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El Chamo se juega 9 años de cárcel por la fuga más sonada de los últimos años en Zaragoza

¿Cuándo volverá a intentarlo? Esa es la pregunta que se hacen casi todos los que conocen a Arturo Giménez, uno de los delincuentes más escurridizos de Aragón.

El delincuente, cuando intentó escapar de la Policía en Huesca en 2018 a través de los tejados.
El delincuente, cuando intentó escapar de la Policía en Huesca en 2018 a través de los tejados.
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¿Cuánto tiempo tardará en volver a intentarlo? Esa es la pregunta que se hacen casi todos los que conocen a Arturo Giménez Gutiérrez, alias El Chamo, quien a sus 33 años ha logrado convertirse en uno de los delincuentes más escurridizos de Aragón. Una fama ganada a pulso, sobre todo, después de que el 24 de agosto del año pasado lograra escapar de los calabozos de la comisaría de Delicias de Zaragoza a través del falso techo. Lo hizo apenas unas horas después de ser detenido por otra fuga de la cárcel de Zuera, a la que no se presentó después de un permiso, logrando pasar casi dos años en paradero desconocido.

Por la forma y el lugar elegido para protagonizar su último ejercicio de escapismo, Arturo Giménez sabía que la Policía Nacional no iba a escatimar esfuerzos para encontrarlo. Aún así, los agentes tardaron casi un mes en localizar su escondite en el municipio de Pedrola. El Chamo es de Huesca, ciudad en la que también reside gran parte de su familia, razón por la que fue allí donde primero fueron a buscarlo. Pero el habilidoso delincuente debió imaginar que así lo harían y prefirió refugiarse en la Ribera Alta del Ebro, donde fue finalmente detenido a finales de septiembre de 2023. Dados los precedentes y alegando una “cuestión de seguridad”, la Jefatura Superior de Policía se limitó entonces a confirmar su arresto sin dar muchas más explicaciones.

Según ha podido saber HERALDO, la última ‘aventura’ protagonizada por Arturo Giménez podría costarle bastante cara. Concluida la fase de instrucción, la Fiscalía acaba de solicitar para él una condena de nueve años de prisión. Porque no es la fuga de los calabozos de la comisaría de Delicias lo único que le imputa, también lo acusa por conducción temeraria, atentado contra los agentes de la autoridad, resistencia y lesiones.

El abogado que representa al Chamo, Octavio Sesma del Val, intentará reducir al máximo su condena. Pero, además de al Ministerio Público, durante el juicio, para el que todavía no hay fecha, la defensa tendrá en frente a los letrados Marco Antonio Navarro y Pilar Sangorrín, que ejercen la acusación particular en nombre de los policías que resultaron lesionados al intentar atrapar al delincuente.

Una accidentada persecución en coche

Eran las 18.30 del 23 de agosto de 2024 cuando una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía creyó reconocer a Arturo Giménez en el centro comercial Torre Outlet, ubicado junto a la carretera de Logroño. Los agentes sabían que llevaba fugado del centro penitenciario de Zuera desde el 15 de noviembre de 2021, por lo que se dirigieron hacia él para identificarlo. Haciendo gala de sus dotes para desaparecer, el Chamo aceleró el paso y logró subirse a su coche: puso en marcha el motor, pisó el acelerador y se dio a la fuga.

Los policías no estaban dispuestos a dejar marchar a una pieza tan cotizada como Arturo Giménez, así que pidieron refuerzos a la sala del 091 y lo persiguieron por un camino de tierra. El Chamo fue haciendo trompos y dando continuos acelerones y frenazos hasta que, como consecuencia de su brusca conducción, se estrelló contra el muro de hormigón de una finca causando daños valorados en más de 2.500 euros. Pero ni siquiera aquello le hizo recapacitar y entregarse. Todo lo contrario, el delincuente continuó la marcha y, en un momento dado, dirigió su coche contra el de la patrulla que trataba de darle alcance, dando lugar a una violenta colisión.

El impacto inutilizó ambos vehículos, así que a Arturo Giménez no le quedó otro remedio que continuar la huida a pie. Salió corriendo tras él uno de los funcionarios del Cuerpo Nacional, al que se enfrentó para intentar evitar su detención. Y aunque no logró su propósito, durante el forcejeo el agente sufrió lesiones de las que tardó en recuperarse dos semanas.

Del instinto huidizo del Chamo también fueron víctimas dos de los agentes que estaban de servicio en la comisaria cuando horas más tarde, sobre las 2.30 del día 24 de agosto, se dio a la fuga por el falso techo, al parecer, valiéndose de un tenedor de la cena. Cuando los policías se dieron cuenta de que el delincuente deambulaba por el edificio, fueron tras él y lograron interceptarlo. Pero en otro violento forcejo el ahora encausado los tiró al suelo y saltó por una ventana hacia la avenida de Valencia. Uno de los funcionarios tardó un mes en recuperarse.

Condenado por disparar a un policía en Huesca

El delincuente tiene antecedentes por distintos delitos, pero fue en junio de 2016 cuando recayó sobre él la primera condena: cinco años de cárcel por atentado y agresión a un policía local de Huesca, al que disparó con una escopeta de perdigones. Los hechos se produjeron el 2 de marzo de 2015, después de que la central de emergencias del 112 recibiera una llamada alertando de la presencia de varias personas haciendo hogueras y rayando coches en la calle de Valencia de la capital altoaragonesa. El aviso resultó ser falso y al primer agente que acudió a ver qué ocurría le dispararon con un arma de aire comprimido desde un edificio cercano. La víctima fue intervenida de urgencia y precisó de 14 puntos de sutura. Una semana después, la Policía Nacional detenía al Chamo como presunto autor del ataque.

Tras declarar en el juzgado de guardia, el joven quedó en libertad provisional, y tras ser juzgado y condenado por sentencia firme, Arturo Giménez se ‘evaporó’. El juez tuvo que dictar una orden de búsqueda y captura, pero nada se supo de él hasta junio de 2018, cuando una redada antidrogas en el barrio del Perpetuo Socorro de Huesca permitió descubrir su escondite. Dando muestra de su naturaleza escapista y sabedor de que le aguardaba una celda, el delincuente intentó huir de la Policía a través de los tejados –como prueba la fotografía que acompaña la información–, pero acabó finalmente detenido.

El Chamo ingresó entonces en la cárcel de Zuera para cumplir la condena de cinco años que le habían impuesto por disparar al policía local. Sin embargo, aprovechó el primer permiso que le concedieron –de seis días, el 27 de octubre de 2021– para poner pies en polvorosa y protagonizar otra gran ‘desaparición’.

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