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Tribunales

Acusado de robar en Zaragoza en dos comercios en Nochebuena y en los Santos Inocentes

Juan C. A. reconoce ante el juez haber asaltado el 24 de diciembre de 2021 un salón de manicura, pero niega haber entrado cuatro días después en un establecimiento de empanadas argentinas. 

Imagen de los juzgados penales de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Imagen de los juzgados penales de la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Heraldo

Ambos asaltos se produjeron en Zaragoza en fechas señaladas de la Navidad de 2021. En la madrugada de Nochebuena, un ladrón entró en un salón de manicura de la calle de Madre Vedruna del que se llevó 200 euros y una ‘tablet’, mientras que en la noche del 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, el establecimiento allanadado fue un negocio hostelero especializado en la venta de empanadas argentinas situado en la calle de Alfonso I del que sustrajeron la caja registradora con unos 300 euros en su interior además de un ordenador. Juan C. A. compareció este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 4 como presunto autor de los dos robos. Reconoció ser el responsable del primero, pero negó haber llevado a cabo el segundo.

“Lo que he hecho siempre lo he admitido. Hubo una época de mi vida en la que cometí locuras y asumo las consecuencias, pero lo que no voy a hacer es ‘comerme’ algo que no me corresponde”, manifestó Juan C. A. en su alegato final. Previamente, a preguntas del fiscal, ya había expuesto en relación con el comercio de empanadas que era un cliente habitual, pero que allí no había robado nunca, que estaba “convencido” de ello.

El establecimiento cuenta con una cámara de seguridad que registró el allanamiento. En la grabación se observa a un hombre que la investigación policial concluyó que era Juan C. A., algo que ratificó uno de los agentes responsables durante la vista oral. El presunto ladrón, en cambio, no se reconoció en las imágenes. También se encontraron unas huellas en la puerta de entrada que pertenecen al acusado.

Como testigo compareció la dependienta que al día siguiente de los hechos acudió a abrir el comercio de empanadas. Según expuso, se encontró con la verja levantada. Al entrar observó que faltaba la caja registradora y otros efectos como unas botellas de vino. Al respecto, en la grabación de seguridad de aquella noche se ve como un tiempo después de la entrada del primer ladrón al local, aprovechando que la persiana se había quedado sin bajar, accedieron un par de personas sin identificar que se llevaron varios productos de una vitrina. La empleada comentó que habitualmente no cerraban la persiana con llave y que para abrir la puerta bastaba con empujarla hacia un lado.

El acusado, que está cumpliendo condena en la actualidad por hechos similares, reconoció que desde los 18 años ha sido consumidor de drogas y que por ello ha estado en tratamiento. De hecho, en la vista oral compareció una médico forense que indicó que, a causa de su historial de adicción, había sufrido “una merma leve volitiva”.

En un primer momento, la Fiscalía solicitaba para Juan C. A. una pena de cinco años de cárcel por un delito de robo continuado. Sin embargo, finalmente rebajó sensiblemente su petición. Calificó el asalto al salón de manicura como un robo con fuerza en las cosas merecedor de un año de prisión. Además entendió que para lo ocurrido en el comercio de empanadas se ajustaba mejor la consideración de hurto y pidió por ello otro año de privación de libertad. Incluyó la agravante de reincidencia, pero también la atenuante por drogadicción. La acusación particular, ejercida por la compañía aseguradora del comercio de empanadas, mantiene en cambio una solicitud de tres años de cárcel por un robo con fuerza afirmando que la persiana fue forzada y que hubo que arreglar su cerradura.

La defensa de Juan C. A., a cargo de la abogada Eva Salas, pidió la absolución en el caso del comercio de empanadas. Sostuvo que la grabación del vídeo no tiene la calidad suficiente como para poder identificarlo y, sobre las huellas, apuntó que, dado que su representado era cliente del local, estas no podían determinar la autoría porque las podría haber dejado ahí en una de sus visitas.

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