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El verano acentúa la falta de recursos en Aragón para los trastornos graves: "Nuestros hijos necesitan terapia diaria"

Denuncian demoras de 7 días para ingresar en la unidad de agudos del Servet y el cierre de consultas. Los afectados piden aumentar el número de profesionales y hacer más terapias grupales ambulatorias.

Familiares de pacientes con trastornos mentales, a las puertas del Hospital Provincial de Zaragoza.
Familiares de pacientes con trastornos mentales, a las puertas del Hospital Provincial de Zaragoza.
Francisco Jiménez

La escasez de recursos intermedios, como terapia ambulatoria intensiva u hospitales de día, sumado a las bajas de psiquiatras y psicólogos que "no se están cubriendo" en las unidades especializadas del Hospital Provincial de Zaragoza, deja a los pacientes con problemas de salud mental grave en una situación de "desamparo". Así lo indican desde la Asociación El Volcán, que aglutina a más de 80 familias de pacientes con trastornos de personalidad, y desde TCA Aragón, que el pasado jueves denunciaba el cierre en verano de consultas externas del programa de Trastornos de Conducta Alimentaria del Provincial.

La falta de recursos intermedios, lamenta Teresa L. M., médico y madre de una joven de 23 años con TLP, está provocando la "saturación" de los servicos de base, como las Urgencias de Psiquiatría y las unidades de salud mental. "Esta semana ha habido una demora de siete días esperando ingreso en agudos del Servet, y no es la primera vez que pasa. Lo normal es que pasen entre 2 y 4 días en observación hasta conseguir una cama. ¿Se imaginan que eso sucediera con una enfermedad física?", compara esta madre.

Problemas para cubrir bajas

Desde Sanidad reconocen las dificultades para cubrir las vacaciones de los profesionales en verano, teniendo en cuenta, además, que hay personal de baja y que los residentes que iniciaron su formación especializada en 2020 no terminarán hasta septiembre. Recientemente, el PSOE preguntó a la Consejería por la situación de la Unidad de Atención y Seguimiento de las Adicciones del Hospital Provincial de Zaragoza tras la jubilación de los dos médicos que llevaban el servicio. Uno dejó de estar en activo el 10 de mayo y otro, el 27 de junio. "Lo que se ha hecho -explica Manuel Corbera, director general de Salud Mental- es contratar a otro profesional con amplia experiencia previa en adicciones por haber trabajado en la UASA de Cruz Roja de Zaragoza". Según afirma, "los profesionales están haciendo un esfuerzo muy importante para que ningún paciente se quede sin atender" aunque habla de la "sobrecarga" que supone el déficit de plantilla para el resto de compañeros.

"Nuestros hijos necesitan terapia diaria y con suerte la reciben una vez al mes"
Familiares de pacientes con trastornos mentales, reunidos a las puertas del Hospital Provincial de Zaragoza.
Familiares de pacientes con trastornos mentales, reunidos a las puertas del Hospital Provincial de Zaragoza.
F. Jiménez

Con una lista de espera de "casi dos años" para acceder a la única unidad especializada en trastornos de personalidad que hay en Aragón, y de "un año", según señalan las asociaciones de pacientes, en el caso de la UTCA del Hospital Provincial, muchas familias se ven abocadas a ingresos recurrentes en la unidad de agudos de Psiquiatría y a tratamientos farmacológicos que, por sí solos, no les curan. "Los servicios están desbordados y muchas veces a nuestros familiares que necesitan ingresar no los ingresan. Como mucho, reciben un chute que los dejan medio secos y medidas de contención. Están en un box uno o dos días y fuera. Sabemos que los clínicos no quieren hacer eso, porque ellos no han estudiado para dejar al paciente desatendido, pero no hay camas suficientes, en hospitales se cierran plantas y en las únicas unidades especializadas que hay no se cubren las bajas, y esto cada vez va a más", advierte Carolina, madre de una joven con TLP.

Según denuncian las familias de la Asociación El Volcán, que aglutina a más de 80 familias con trastornos de personalidad, la situación actual de falta de recursos conduce a que estos pacientes estén "sobremedicados". "Lo que no puede paliar el control humano hay que paliarlo con químicos. Gran parte de estas enfermedades se tratarían simplemente con terapia. Los fármacos no los curan, pero es lo más barato que le sale al Estado", afirma esta madre, que aboga por dotar a las unidades de salud mental de más profesionales -psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeros- y proporcionar terapia ambulatoria a estos pacientes.

La misma opinión comparte Teresa, madre de una joven de 23 años con trastorno límite de personalidad, quien pide hacer "contratos dignos" para evitar la fuga de profesionales. "Todos los psiquiatras que han atendido a mi hija en Urgencias se han portado fenomenal, el problema es que no pueden hacer más porque no hay recursos ni interés en que los haya. Yo tengo soluciones: que hagan contratos dignos, que hasta ahora hacen contratos basura de tres meses en tres meses sin asegurar su renovación, y la gente así no quiere quedarse en Aragón", añade esta madre. Pide, además, una provisión de plazas mir con diez años vista para evitar los problemas que está habiendo para cubrir jubilaciones y bajas de profesionales e implantar una terapia ambulatoria intensiva que ayude a estos pacientes a "sobrevivir". "Nuestros hijos lo que necesitan es tener una terapia diaria. Y lo que nos estamos encontrando es que con mucha suerte la reciben una vez al mes. Así un paciente con un trastorno grave no se puede curar", afirma Carolina. "La solución actual para casos como el de nuestras hijas es pagar, quien se lo pueda permitir, a profesionales privados que te ayuden a sobrevivir. Porque para vivir, con mayúsculas, lo que hay no es suficiente", lamenta Teresa.

Por su parte, Consuelo Alcalá, presidenta de TCA Aragón, critica el cierre de las consultas externas del programa de Trastornos de Conducta Alimentaria en verano, una etapa "complicada" para estos pacientes. "La enfermedad no se va de vacaciones, al revés, se agrava. Porque en el caso de una paciente con anorexia reaparece el miedo a exponer el cuerpo. La paciente con bulimia, lo mismo. Todo se celebra comiendo cuando llegan las fiestas y el verano. ¿Qué recursos nos quedan? Rascarnos el bolsillo. Tenemos que pagar un tratamiento psicológico semanal. Yo, aparte, la he reforzado con un nutricionista. Si ahora me cierran esto tendré que buscar psiquiatra. Tienes a una hija enferma que no ha elegido la enfermedad, que nos ha venido, y encima nadie te da recursos. Entonces, ¿para qué estoy pagando mis impuestos?", sentencia Consuelo.

Las familias consultadas, reunidas el pasado jueves en el Hospital Provincial para mostrar su malestar ante el cierre de consultas, critican también el trato "discriminatorio" del sistema hacia la salud mental con respecto a la física y piden al Gobierno de Aragón un "compromiso" para cambiar las cosas. "Nos gustaría que, igual que a una persona que necesita diálisis o quimioterapia cada cierto tiempo, nadie cuestiona que se la vayan a quitar, se tomara en serio la atención de calidad a estas personas, más molestas pero menos visibles", concluyen.

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