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El balneario Sicilia de Jaraba demora su apertura hasta finales de año y busca financiación

El centro termal tenía preconcedido un préstamo de 1,5 millones de euros del Gobierno de Aragón que la propia empresa desestimó al considerarlo inviable.

Las instalaciones del balneario de Jarabe no han vuelto a funcionar en 2023
Las instalaciones del balneario de Jarabe no han vuelto a funcionar en 2023
MACIPE

La reapertura del balneario Sicilia de Jaraba ha vuelto a posponerse. Si a finales de 2023 todo parecía encaminado -gracias a la autorización de un préstamo de 1,5 millones de euros del Gobierno de Aragón- a estar en funcionamiento el pasado mes de febrero con visos a la campaña de 2024, finalmente las previsiones han cambiado y todavía no hay una fecha oficial para su vuelta a la actividad. Fuentes de la empresa gestora confirman que poco después del anuncio se desestimó el planteamiento del crédito por considerarlo insostenible para el futuro del negocio. De hecho, el texto del acuerdo ponía como límite para su firma entre la SL y el Instituto Aragonés de Fomento el 31 de diciembre del año pasado.

Según se publicó en el BOA, el convenio estipulaba una duración de seis años, las cuotas semestrales de amortización y compromisos de mantenimiento del empleo. Ahora la compañía sostiene que se encuentran buscando "otras vías de financiación, pública y privada" y reconoce que su intención es poner en marcha la maquinaria del negocio "hacia finales de año" para estar a pleno rendimiento en 2025. Para poder hacerlo, será necesario acometer la renovación de parte del mobiliario, adecuar instalaciones interiores y los jardines exteriores, así como recuperar el sistema de calefacción y agua caliente, incluidas calderas y bombas.

De hecho, estos últimos se vieron especialmente afectados por las crecidas del río Mesa que ocurrieron a principios de abril y que inundaron parte de las plantas bajas. Fuentes de la empresa gestora reconocen que su propósito es asumir todos sus compromisos, incluidos los pagos pendientes a los trabajadores, a los que se les adeudan nóminas, y a los proveedores, de bienes y servicios. "La reapertura se quiere hacer con todas las garantías", insisten, a la vez que reconocen la buena sintonía con las instituciones públicas, específicamente con el Gobierno de Aragón.

Desde el Ejecutivo reconocen que esa fórmula, la del préstamo, era lo máximo que podía ofrecer la administración autonómica. Según se especificó en el convenio, el centro termal contaba con una media de empleados directos de 61, que se acercaba a los 70 en picos de campaña. En la actualidad la plantilla se encuentra en ERTE, expediente que los gestores han solicitado ampliar a través de la fórmula 'de fuerza mayor' debido a las inundaciones del pasado mes de abril.

En ese propósito de una reapertura "con garantías" y para cumplir "compromisos", los responsables de la compañía reconocen que también tienen un debe con sus clientes. "El objetivo es que haya una mejora completa de los servicios que había, incluida la restauración y otros", remarcan.

En 2020, la empresa, que reabrió tras el covid más tarde que otros negocios del mismo tipo, sufrió una caída de su patrimonio neto cifrada en un 50% de su capital social, lo que le generó un "grave problema de tesorería". Además, la crisis energética, derivada de la invasión rusa de Ucrania, supuso un incremento de costes del 43% comparados con 2019, lo que puso contra las cuerdas su viabilidad.

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