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Zaragoza actualizará el reglamento que fijó en 2003 el límite de los distritos y la participación vecinal

El Ayuntamiento afronta el debate "sin líneas rojas" y quiere regular su comunicación con el ciudadano a través de las redes sociales. El Zorongo y Montemolín estudian pedir cambios en la organización.

Los barrios de Zaragoza.
Evolución de la ciudad de Zaragoza
K.U./ HERALDO

Dos décadas lleva en vigor en Reglamento de Organización Territorial y Participación Ciudadana. Más de 60 sesiones de trabajo, en las que participaron 40 entidades y 80 asociaciones de vecinos, permitieron aunar criterios para lograr que los zaragozanos tuvieran un papel más activo en la vida municipal. Pero la sociedad ya no es la que era. Se inicia, ahora, una renovación del reglamento que el Ayuntamiento afronta "sin líneas rojas" y con el objetivo de que vea la luz en enero de 2025. Los miembros del Consejo de Ciudad estudian ya un borrador que recoge el texto actual y propuestas para uno nuevo. El objetivo es debatirlo en tres sesiones, una por trimestre: organización territorial, participación ciudadana y el texto definitivo. Si se necesita más tiempo, se ampliará. El nuevo texto entrará en vigor cuando se apruebe en el pleno.

El concejal de Participación Ciudadana y Régimen Interior, Alfonso Mendoza, defiende que la reforma es uno de los "grandes proyectos" de su departamento. En el borrador se plantea una simplificación del texto, una mayor presencialidad en los órganos competentes y la actualización de los umbrales mínimos para el lanzamiento y validación de los procesos participativos. Recoge, también, cómo se ha de afrontar la relación del Consistorio con los ciudadanos a través de las redes sociales, algo que hace 20 años era impensable.

¿Se modificarán los límites de los distritos? Mendoza explica que "no se dice que se vaya a hacer", pero cada miembro deberá decir qué quiere y someterlo al debate en el Consejo de la Ciudad. La discusión se afrontará "sin líneas rojas" y algunos barrios ven en la reforma una oportunidad.

Es el caso de Montemolín, "el único barrio que quedó dividido entre dos distritos, los de Las Fuentes y San José". Lo explica José Antonio Prades, escritor y miembro de la asociación de vecinos Larrinaga-Montemolín, que defiende que son muchos los que aún mantienen su identidad. Tantos, como los más de 1.200 que siguen en Facebook la web "orgullosos de ser de Montemolín". Su barrio, sostiene, es "parte de la historia de Zaragoza" y lo que piden son más referencias locales, carteles como los que dirigen el tráfico a Torrero o al barrio Jesús. Cree que sería una buena ocasión para "sentirse reconocidos". La reforma del reglamento llega, también, en pleno intento de segregación de El Zorongo, unido en un barrio rural a Juslibol.

Así han evolucionado los barrios

Zaragoza, en 1927.
Zaragoza, en 1927.
K.U./ HERALDO
Zaragoza, de 1927 a 1967.
Zaragoza, de 1927 a 1967.
K.U./ HERALDO
Zaragoza, de 1967 a 2001.
Zaragoza, de 1967 a 2001.
K.U./ HERALDO
Los barrios de Zaragoza.
Zaragoza, en la actualidad.
K.U./ HERALDO

En la primera sesión de debate en el Consejo de Ciudad se hablará de la organización territorial. Será el momento de poner encima de la mesa las peticiones de cambio, si las hay, y que la mayoría decida. En los últimos 50 años, se han registrado una treintena de cambios en los límites de los distritos. Desde 1981 a la actualidad pasaron de 12 a 15, con la inclusión de Santa Isabel, Miralbueno y el Distrito Sur, y la división de Margen Izquierda en Actur Rey Fernando y El Rabal.

El borrador recoge dieciséis distritos: Centro, Casco Histórico, Delicias, Universidad, San José, Las Fuentes, Oliver Valdefierro, Torrero, Actur-Rey Fernando, El Rabal, Casablanca, Santa Isabel, Miralbueno, Sur y Distrito Rural. De este último forman parte catorce barrios rurales: Alfocea, Casetas, Garrapinillos, Juslibol, La Cartuja Baja, Montañana, Monzalbarba, Movera, Peñaflor, San Gregorio, San Juan de Mozarrifar, Torrecilla de Valmadrid, Venta del Olivar y Villarrapa.

La modificación de la delimitación actual requiere "acuerdo del pleno municipal por mayoría absoluta". Se propone que los límites coincidan con los distritos censales, zonas escolares y zonas básicas de salud. En la organización territorial extrapola el contenido del reglamento actual, que aboga por una propuesta de distritos y barrios rurales que tenga en consideración "las nuevas infraestructuras que se están realizando en la ciudad y su repercusión física y sociológica, procurando que los límites que se definan coincidan con accidentes geográficos o elementos urbanísticos reconocibles y perdurables". Aunque han pasado 20 años y hay disfunciones, como el hecho de que grandes vías como el Camino de las Torres y Miguel Servet sirvan de frontera entre dos distritos distintos.

Desde la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza ya han empezado a trabajar el documento para hacer sus aportaciones. En él se articulan las figuras de Participación Ciudadana.

Entre las novedades figura que las juntas municipales y vecinales deberán disponer de un porcentaje conjunto mínimo del 0,13%. Se repartirá en función de las competencias ejercidas, la población, la extensión territorial, la dotación de infraestructuras y la disponibilidad de servicios municipales (artículo 8.5).

El presidente de una junta de distrito y el alcalde de barrio convocarán los plenos con cinco días de antelación, en lugar de con dos como es ahora, y se publicará en la plataforma de gobierno abierto y en el tablón de anuncios, el sistema que se usa en la actualidad. Aunque persiste la apuesta por la presencialidad, se admite que "excepcionalmente y por motivos de enfermedad", los miembros participen en las sesiones de forma telemática, "siempre que sea posible verificar su identidad" y mantener la interactividad.

¿Cómo se comunicará el Consistorio por las redes sociales?

Impensable era en 2003, cuando se aprobó el reglamento actual con José Atarés como alcalde, pensar que regidores como Natalia Chueca y portavoces de la oposición como Lola Ranera (PSOE) iban a utilizar las redes sociales como medio de comunicación. El borrador del reglamento plantea ahora que se regule el uso que puede hacer de ellas el Ayuntamiento. Recoge que podrá crear y mantener cuentas, canales de comunicación directa o perfiles públicos en redes para "informar y dialogar con los vecinos sobre cuestiones de interés local y temas relacionados con la gestión municipal". Las redes deben ser plataformas gratuitas y se limitarán a emitir alertas y anuncios, incidencias en servicios municipales, recordatorios recaudatorios, información sobre decisiones municipales de relevancia y transmisión de eventos en directo.

Un documento deberá regular el uso de las redes por parte del Consistorio. Fijará cómo participarán los ciudadanos suscritos, el grado de autonomía del administrador del canal, el "filtrado y la edición parcial» de los contenidos y comentarios, el volumen de mensajes, el estilo lingüístico, la privacidad y protección de datos, las normas de conducta y de participación. La generación y administración de perfiles oficiales del Ayuntamiento en las redes estará a cargo de uno o varios ‘community managers’, que actualizarán las información y se ocuparán de la "supervisión constante y celosa de la participación del público en los canales y perfiles municipales". El Ayuntamiento procurará que los temas se aparten de movimientos que puedan "suscitar un menoscabo de la reputación de la ciudad y del Ayuntamiento o repercutan negativamente en los servicios municipales".

La FABZ y la Unión Vecinal Cesaraugusta gozarán de la declaración de utilidad pública. En el borrador se plantea que, transcurrido un año desde que entre en vigor el reglamento, "caducarán todas las cesiones en precario de locales e instalaciones municipales realizadas a entidades ciudadanas para sede social" y deberá formalizarse otro acuerdo. Los gastos de mantenimiento y reparación correrán mientras tanto a cargo de las entidades. 

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