Un nuevo Reglamento de Participación Ciudadana
Vigente en su versión actual desde el año 2003, cuando era alcalde de Zaragoza José Atarés, el Reglamento de Participación Ciudadana es una pieza fundamental para regular las relaciones entre los ciudadanos y su Ayuntamiento.
La revisión que va a emprender el equipo de gobierno municipal puede servir para resolver cuestiones que están planteadas en relación a los límites de algunos distritos, pero ante todo es una oportunidad para modernizar el funcionamiento de la administración pensando siempre en facilitar el día a día a los vecinos.
Los más de veinte años transcurridos desde la aprobación del actual Reglamento son razón suficiente para que su reforma resulte no solo conveniente sino necesaria. Basta pensar en cómo han evolucionado en estos dos decenios las tecnologías de la comunicación y en las ventajas que ese desarrollo puede ofrecer a la relación entre los ciudadanos y la administración local. En esta revisión, que será laboriosa y requerirá debates y negociaciones no solo entre las fuerzas políticas, sino también con asociaciones y entidades cívicas y vecinales, el Ayuntamiento debiera ser autoexigente, buscando siempre las fórmulas para agilizar y flexibilizar su propio funcionamiento en todo lo que afecta directamente al ciudadano, y para promover la participación de los vecinos en la toma de decisiones. También podrá plantearse alguna modificación de las líneas que delimitan los distritos municipales, algunas de las cuales están dando lugar a polémicas y reivindicaciones. Los distritos no siempre representan bien a los barrios ni reflejan una homogeneidad social, y el crecimiento de la ciudad puede hacer recomendable su revisión. Pueden ser muchas las inquietudes y las cuestiones que aparezcan en los debates, pero hay que confiar en que la reforma de un Reglamento tan importante pueda hacerse con un alto grado de consenso.
