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El Plan General de Ordenación Urbana de Teruel prevé 8.580 nuevas viviendas, 2.608 más que el avance

Las principales bolsas de suelo urbanizable residencial están junto a la Vía Perimetral, pero aparece un área nueva en la carretera de Villaspesa. El documento se aprobará inicialmente el 29 de julio.

Las principales áreas de crecimiento residencial del nuevo PGOU están junto a la Vía Perimetral.
Las principales áreas de crecimiento residencial del nuevo PGOU están junto a la Vía Perimetral.
A. G. / B.

Teruel dispondrá de suelo para construir 8.580 nuevas viviendas con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), cuya aprobación inicial está prevista para el próximo 29 de julio. La cifra de viviendas contempladas entre el suelo urbanizable y el urbano no consolidado supera en 2.608 a la recogida en el avance del PGOU, aprobado a finales de 2020. El nuevo planeamiento urbanístico sustituirá al vigente desde 1985.

La aprobación inicial del nuevo planeamiento urbanístico –más de 7.000 páginas– por el pleno es solo el primer paso de un largo proceso administrativo hasta que el documento entre en vigor. Tras el visto bueno plenario, se abrirá un periodo de información pública y alegaciones de tres meses. Después de evaluar y aceptar, en su caso, los reparos ciudadanos, se procederá a la aprobación provisional, mientras que la definitiva corresponderá al Gobierno aragonés a través del Consejo Provincial de Urbanismo.

Uno de los aspectos fundamentales del nuevo PGOU, determinar las áreas de crecimiento para viviendas, sitúa las principales bolsas de suelo urbanizable –sin dotación de infraestructuras y pendiente de desarrollar– en torno a la Vía Perimetral, fundamentalmente, con la voluntad de generar una ciudad "compacta" para reducir el coste de nuevas infraestructuras y servicios y favorecer la sostenibilidad.

El documento que se someterá a la aprobación inicial amplía notablemente el número de viviendas respecto al avance del PGOU, al pasar de 5.972 a 8.580, un 44% más. Aparece una nueva mancha junto a la carretera de Villaspesa de 52.817 metros cuadrados con capacidad para 225 viviendas que no figuraba en el avance y las áreas situadas junto a la Vía Perimetral incrementan su superficie. También se prevén espacios urbanizables para la "regularización" de áreas de edificación ilegal, un "fenómeno muy extendido" y que tiene un "importante impacto" en el desarrollo urbano de Teruel.

El concejal delegado de Urbanismo, Juan Carlos Cruzado, afirmó que el incremento de la previsión residencial respecto al avance responde a un estimación al alza de la población para los próximos 20 años, el teórico horizonte temporal del nuevo PGOU. Frente los 39.606 habitantes estimados en el avance, el documento de aprobación inicial eleva los residentes al cabo de las próximas dos décadas hasta 41.190.

Las principales bolsas de suelo urbanizable para uso residencial son la Ampliación de Las Viñas, con 970 viviendas; los Aljezares, con 950; y San Julián Este, con 860. La primera se ubica en el extremo norte de la ciudad y las otras dos junto a la Vía Perimetral. El suelo urbanizable previsto tiene capacidad para 5.263 viviendas, mientras que el urbano no consolidado –dotado de infraestructuras básicas, pero donde no se ha completado la ocupación ni la urbanización– podría albergar otras 3.317.

Dentro de la voluntad de diseñar una ciudad compacta, se "desclasifican" áreas "satélites" que el PGOU anterior consideraba urbanizables para viviendas, como el polígono de Celadas, en el noroeste de la ciudad, o espacios junto a los 10 barrios rurales.

El nuevo PGOU repasa los dos intentos de revisión fallidos: el de 2001 con el arquitecto Carlos Ferrán –en el que apenas se detiene– y el posterior a cargo de Idom, contratado en 2007 y que tiene más "interés". Su revisión del planeamiento llegó a aprobarse inicialmente, aunque quedaría descartada posteriormente. Ni su cartografía ni su criterio expansivo de ciudad fueron aprovechables.

Un pasillo para la A-40

El nuevo PGOU contempla las grandes infraestructuras de comunicación previstas en la ciudad, como el corredor Cantábrico-Mediterráneo, que pasaría por el norte de la ciudad, o la autovía A-40, que ha reanudado la tramitación tras una primera evaluación de impacto ambiental negativo. El planeamiento reserva un pasillo para el trazado de la A-40 entre Platea y el aeropuerto hasta enlazar con la A-23. Contempla también una variante para sacar el tráfico de la travesía de San Blas que, a la vez, conectaría la A-40 con el polígono industrial La Paz.

El equipo de gobierno municipal prevé que la aprobación definitiva del nuevo PGOU se pueda completar con esta corporación. La aprobación inicial conllevará la suspensión de la concesión de licencias durante dos años en las zonas que cambian de calificación urbanística respecto al anterior planeamiento. Juan Carlos Cruzado indicó que la previsión municipal es que el visto bueno final del nuevo PGOU llegue antes de agotarse el plazo de suspensión de licencias, en 2026.

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