La patronal hostelera tiene dudas sobre la demanda de este verano ante la sensación de que, una vez superado el recelo a los lugares masificados que dejó la pandemia, el turismo de playa vuelve a acaparar el interés del público en detrimento del interior. El presidente de Teruel Empresarios Turístico, Roche Murciano, se mostró "intrigado" respecto a los resultados de los próximos meses y recordó que 2023 fue un año "muy flojo", tras un 2022 espectacular debido a la inclinación de la clientela hacia los lugares descongestionados por efecto de la covid-19. "Lamentablemente, me temo que las playas nos ganarán la partida", auguró el industrial.

No confió mucho en la demanda de julio, aunque prevé que agosto "vaya bastante bien". Aventuró que solo el Matarraña y las ciudades de Teruel y Albarracín colgarán el cartel de completo en agosto. Destacó la tendencia positiva del Matarraña, que tiene "las mejores expectativas, lo que se viene repitiendo en los últimos años. Los hosteleros trabajan allí muy bien".

Te puede interesar

Zaragoza aspira a mejorar este verano el volumen de turistas recibidos

La opinión del dirigente patronal fue compartida por el presidente de la Asociación de Empresarios del Matarraña, Víctor Vidal, que prevé unos meses de julio y agosto "a tope" de ocupación. Añadió que las expectativas son "muy altas" en la comarca, que, además, desde la pandemia ha ampliado sus buenos niveles de actividad turística. "Antes de la covid -relató Vidal-, solo llenábamos en el mes de agosto, pero desde la pandemia en el mes de julio se trabaja al mismo nivel que en agosto".

El empresario apuntó, como principal inconveniente derivado del crecimiento turístico comarcal, a la falta de mano de obra para cubrir las necesidades. A su juicio, la escasez de las plantillas es un problema generalizado en el Matarraña. Aunque no cree que ningún negocio tenga que cerrar por esta causa, complicará mucho la gestión.