Aragón prevé otro verano de récord turístico con el reto de superar el millón de viajeros
El sector afronta la campaña con optimismo tras las buenas cifras del inicio de 2024. "Firmaríamos para que fuera como el de 2023", dicen las empresas.
El sector turístico de Aragón encara la campaña de verano que acaba de arrancar con expectativas de repetir e incluso mejorar las cifras récord de la postpandemia. El reto es superar el millón de viajeros entre los meses de julio y agosto, una cifra que se rozó en 2023. Los hoteles, campings, apartamentos turísticos, alojamientos rurales y albergues sumaron entonces 994.968 visitantes, por encima de 2022 (973.906) y de 2021 (962.124), e incluso de un año de referencia como el 2019 (984.826), según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
El 2024, de momento, ha empezado bien. En la presentación de la campaña de promoción ‘Ven de propio’, que difundirá las excelencias de la Comunidad fuera de sus fronteras, el consejero aragonés de Turismo, Manuel Blasco, aseguró que los datos mejoran mes a mes. Entre enero y abril (último disponible), Aragón recibió un total de 1.073.127 viajeros y se registraron 2.263.078 pernoctaciones, lo que supone superar la cifras tanto de 2019 como de 2023. En concreto, un 1,17% más de visitantes que el año pasado en las mismas fechas y un 16,34% más de pernoctaciones.
Uno de los focos de atracción en julio será el valle de Tena, con el inicio del festival Pirineos Sur. "Hemos arrancado con la marcha cicloturista Quebrantahuesos y de cara a las próximas semanas tenemos incluso mejores previsiones que el año pasado, cuando la ocupación en julio y agosto rondó el 80%", afirma la gerente de la asociación turística del valle, Sandra Lecina. "A día de hoy hay más reservas que en 2023 por estas fechas".
En el otro extremo del Pirineo, en el valle de Benasque, el presidente de los empresarios, José María Ciria, espera que el tiempo acompañe para repetir las buenas cifras de ocupación. La meteorología es un factor determinante que puede decantar la balanza. "Firmaríamos para que fuera un verano como el de 2023", declara. De momento la primavera ha atraído a muchos esquiadores de travesía dada la abundancia de nieve.
"Las perspectivas son optimistas y sobre todo esperamos muchos extranjeros. Nos estamos internacionalizando cada vez más", añade Ciria. Y desestacionalizando. "Hace años el verano era solo agosto y ahora va de finales de junio a septiembre. Llevamos varios años con veranos buenos y largos", constata el responsable de los empresarios de uno de los valles más visitados del Pirineo.
Una oferta de 127.000 plazas
Para esta temporada estival, los alojamientos turísticos de Aragón ofertan 6.693 establecimientos con una capacidad de 127.000 plazas, un 3% más que un año antes, repartidas entre un 35% de hoteles, un 29% de campings, un 11% de turismo rural, un 16% de viviendas turísticas, y el resto apartamentos. El 56% están en la provincia de Huesca, el 24% en Zaragoza y el 20% en Teruel.
La presencia de un tipo u otro de alojamientos varía mucho en función de las zonas. Según el ranquin municipal de plazas turísticas, el Sobrarbe, por ejemplo, es el líder del sector del camping. De los 10 municipios aragoneses con más plazas, los cuatro primeros son de esta comarca: Torla, Bielsa, Labuerda y Boltaña.
La explicación del liderazgo de Sobrarbe, que supera en capacidad de acampada a Jaca, Benasque, Alquézar e incluso Zaragoza, está en la cercanía del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el lugar más visitado por los turistas en verano en Aragón, con un perfil más propicio a elegir ese tipo de alojamiento.
"Es un destino puro de naturaleza y atrae más a ese tipo de cliente", afirma Paz Agraz, presidenta de la Asociación de Empresarios del Sobrarbe, que cuenta con una docena de campings asociados. De cara a este verano, ella también es optimista y destaca sobre todo la recuperación del visitante extranjero, ya superado el bache que supuso la pandemia.
Turismofobia y turimofilia
El sector del camping comparte con los hoteleros las buenas expectativas, con previsiones que rondan el 70-80%, "un poco por encima del año pasado, que ya fue bueno", asegura María Segura, al frente de un establecimiento en Benasque y presidenta de la Asociación de Campings de Aragón. A lo largo de todo el año pasado su sector registró 1.380.000 pernoctaciones y 472.000 viajeros. Durante el verano, el 63% de los viajeros optaron por alojarse en hoteles y el 23% por la acampada. Esta opción ha ido creciendo en la era postcovid, «porque hay más gente que quiere estar en contacto con la naturaleza y es lo que el camping ofrece».
La capital aragonesa sí es líder en el ranquin de plazas hoteleras, por delante de Jaca, Sallent, Teruel, Benasque y Huesca. El turismo rural lo encabeza un pueblo de Teruel, Beceite, seguido de las localidades pirenaicas de Aínsa, Broto y Jaca. En cuanto a viviendas turísticas, por detrás de las casi 4.000 plazas de Zaragoza, están las 2.296 de Benasque o las 2.140 de Jaca.
Anabel Costa, vicepresidenta del sector de Hospedaje de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Huesca, asegura que las previsiones son positivas. "España está de moda. Estamos muy bien considerados por los extranjeros, y el buen tiempo juega a nuestro favor. Los valles pirenaicos tienen la ventaja de que son un lugar donde refugiarse del calor y disfrutar de la naturaleza". Prueba de la importancia del visitante de otros países es la promoción emprendida por el Gobierno de Aragón en el mercado latinoamericano, en México, Colombia, Argentina, Chile, Uruguay y Miami.
Costa pone el énfasis en trabajar "para que el cliente que venga sea de calidad, no solo de cantidad", aportando más valor al conjunto de la actividad turística. A diferencia de otros lugares, donde está empezando a imperar la turismofobia, dice, con la polémica de fondo de las viviendas turísticas, cree que Aragón es un destino interior de "turismofilia, amamos al turista". "Los problemas se dan en lugares donde existe masificación", advierte.
