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El hospital de Teruel, sin consulta de dermatología desde hace casi un mes al faltar especialistas

Los casos urgentes se derivan a Zaragoza a la espera de que médicos del Servet o el Clínico acepten desplazarse a Teruel para ver pacientes

Entrada principal al hospital Obispo Polanco de Teruel, que se ha quedado sin dermatólogos.
Entrada principal al hospital Obispo Polanco de Teruel, que se ha quedado sin dermatólogos.
Antonio García/Bykofoto

El hospital Obispo Polanco de la capital turolense se ha quedado sin consulta de Dermatología desde que el pasado 1 de junio se marchara el único especialista en esta materia que quedaba. Desde hacía meses, este facultativo hacía frente en solitario a la demanda asistencial generada en el área de influencia del centro, con 85.000 habitantes, al haberse ido a finales de 2023 el otro médico que completaba la plantilla.

Se trata de una situación inédita en el hospital de Teruel para la que el Gobierno aragonés está buscando solución. Fuentes sanitarias señalaron este miércoles que, a partir de la próxima semana, podrían desplazarse al Obispo Polanco, quizá con una periodicidad de dos días por semana, un dermatólogo y un Médico Interno Residente (MIR) de los hospitales zaragozanos Miguel Servet y Clínico Universitario. El cometido de estos dos profesionales sería aligerar la lista de espera que se está formando.

Dos Mir en septiembre

Las mismas fuentes destacaron que el próximo mes de septiembre el problema podría quedar resuelto definitivamente con la llegada al Servicio de Dermatología del hospital Obispo Polanco de la capital turolense de dos MIR ya formados en la especialidad médica que se ocupa del tratamiento de la piel.

Mientras, un día a la semana, un médico de Atención Primaria examina a pacientes con lesiones cutáneas mediante la técnica diagnóstica conocida como dermatoscopia, que detecta daños no apreciables a simple vista. Si la patología no parece revestir gravedad o puede solucionarse con cirugía menor ambulatoria, el enfermo es atendido en Teruel. Por contra, si el médico de Familia no ve claro el diagnóstico o sospecha que se trata de una lesión grave, envía al paciente al Obispo Polanco, que a su vez lo deriva a uno de los hospitales públicos de la capital aragonesa, a 176 kilómetros de distancia, que supone un viaje de dos horas de ida en coche y otras tantas de vuelta.

Desde el Gobierno aragonés puntualizan que el Servicio de Dermatología del Obispo Polanco "no está cerrado", pues el personal de Enfermería se ocupa de tramitar derivaciones, realizar curas o revisar el historial de los pacientes.

La mayor demora en Aragón

Los problemas para llenar las plazas de la plantilla de Dermatología en el Obispo Polanco han dado como resultado que el hospital turolense tenga la mayor demora de todo Aragón para acudir a la consulta del especialista de la piel. Según datos del pasado mes de mayo publicados por el Gobierno aragonés, un paciente de Teruel espera, por término medio, 347 días para poder ser visto por primera vez por el dermatólogo. En el hospital Clínico de Zaragoza la demora está en 187 días; en el Servet, en 132; en el San Jorge de Huesca son 153 días. El hospital Comarcal de Alcañiz también tiene un retraso elevado, 203 días.

Los médicos de Urgencias harán más guardias

No solo faltan dermatólogos en Teruel. Los médicos del Servicio de Urgencias del hospital Obispo Polanco de Teruel afrontan la llegada de un verano que se prevé muy duro. Al haber quedado desiertos los cuatro contratos temporales ofertados por el Gobierno aragonés para realizar sustituciones por permisos, ausencias y vacaciones o interinidades por acúmulo de tareas, los facultativos en plantilla van a tener que realizar prácticamente el doble de guardias.

Fuentes sindicales explicaron este miércoles que mientras un médico realiza el resto del año entre cuatro y cinco guardias al mes, durante julio, agosto y septiembre la cifra oscilará entre seis, siete y hasta ocho jornadas de vigilancia y atención nocturna por facultativo al mes.

Ante esta situación, desde la Gerencia del Salud se ofreció a aquellos médicos de más de 55 años y, por tanto, exentos de la obligación de hacer guardias, la posibilidad de retomarlas y dos de ellos han recogido el guante. Aún así, el trabajo será ingente, pues en verano la población de Teruel se multiplica y la presión asistencial crece. 

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