Aragón
Suscríbete

La ola de calor se ceba en Zaragoza: "He salido a la calle porque no tenía otra opción"

La capital aragonesa ha alcanzado unos sofocantes 41 grados este miércoles. 

En el paseo de la Independencia, la atmósfera tiene un aire desértico. A lo lejos, un espejismo distorsiona la visión, creando un efecto de borrosidad que difumina el horizonte. Algunos héroes urbanos, refugiados en los márgenes del paseo, se protegen del sol abrasador. A pesar de los 41 grados que han azotado a Zaragoza este miércoles, los turistas que han venido a explorar la ciudad y locales que no tienen otra que salir a la calle resisten la chicharra por algún recado inexcusable.

En plaza España, seis repartidores de Glovo se congregan en los bancos frente al KFC. Incluso los más resistentes al calor evitan salir de la sombra. Las terrazas de los bares, equipadas con sistemas de riego, permanecen vacías, mostrando que ni las mejores medidas contra el calor son suficientes para atraer a los clientes en estas condiciones extremas.

Los turistas también están buscando maneras de escapar del calor. En la calle Alfonso, Patricia Marota, una visitante italiana, cuenta que no esperaba tanto calor, "en Roma suele estar cuatro o cinco grados más fresco”. Para sobrellevar las altas temperaturas, Marota se dedica a recorrer museos, catedrales y bares. Además, dice que en las horas más calientes, se retira a su habitación del hotel para descansar un rato.

En la plaza del Pilar, Karine Dussau, una turista francesa, se refugia bajo la sombra en un banco de piedra junto a su familia. Todos con gorras, excepto su hijo, que estaba tumbado boca abajo en el banco buscando el ‘aire acondicionado natural’. Dussau señala: "Estamos alojados en un camping, en un bungalow con aire acondicionado. Hemos salido a las 4 de la tarde para recorrer la ciudad, y después de una hora, volvemos a la zona de acampada". Además, menciona que lleva "tres botellas de agua" en la mochila y que intentan evitar pasar mucho tiempo al aire libre.

No había quien se atreviera a sentarse en una terraza, salvo algún valiente. En la del bar 'Vuelve Santiago', Alex Efron, que lleva dos días de visita en Zaragoza, está sentado disfrutando de una cerveza, mientras su esposa se sirve una copa de vino. Tras solo 15 minutos en la explanada, ambos se quejan de que sus bebidas ya estaban calientes. Efron, preocupado por el calor, aclara: "Debido a las altas temperaturas, hemos decidido priorizar nuestra salud sobre el turismo y limitar nuestras caminatas. Llevamos tres semanas en España y, cada vez que salimos del hotel, nos llevamos una botella de agua cada uno".

Con horchata en mano, Alonso Martínez, un granadino que trabaja en Zaragoza, no se preocupa por el tipo de bebida mientras sea refrescante: "He comprado horchata en el Carrefour. Normalmente trato de no salir de casa, pero he tenido un compromiso al que asistir". 

El conductor del autobús de la línea 35, Marcial Roc, espera su turno en un banco frente a la fuente del Monumento a los Mártires de la Religión y de la Patria. Con un pañuelo en la mano para secarse el sudor, Roc ha explicado que lleva consigo una botella de agua que rellena “en los grifos de los baños disponibles en las terminales". Añade que esta es su manera de mantenerse hidratado mientras está en su turno de trabajo.

Compras a última hora

Nada era capaz de obligar a los ciudadanos a salir de casa, o eso parecía, hasta que la ansiedad de última hora se ha convertido en una realidad inevitable para aquellos que se van inminentemente de vacaciones. Nuria Gracia, de Alcañiz, está en plaza España comprando un bañador para su novio en la tienda Álvaro Moreno. "Nos vamos mañana a Peñíscola y necesita uno", ha subrayado Gracia. "He intentado quedarme a la sombra siempre que he podido. Además, he estado bebiendo agua fresca para mantenerme hidratada". También procedente de Alcañiz, Carol Mateo Bono, quien ha adquirido unas zapatillas blancas en El Corte Inglés, ha decidido salir en ese momento “porque no he tenido otra opción, nos vamos dentro de una hora y necesitaba el calzado".

Por su parte, la zaragozana Alicia Bautista lleva una hora comprando por el mismo motivo: "Porque mañana me voy de viaje y necesitaba hacer algunos recados antes de mi salida". Ha comprado un joyero como regalo para su hermana, que celebra su cumpleaños la próxima semana. Aunque es habitual que lleve una botella de agua para mantenerse hidratada, hoy se le ha olvidado. "Normalmente llevo un spray de agua para refrescarme, y me aplico crema solar en la cara", ha resaltado . Mientras tanto, se dirige al Botánico para disfrutar un rato con sus amigas, intentando mantenerse fresca y protegida del sol.

A medida que el día avanza y el sol comienza a declinar, se espera que la ciudad recupere algo de su animación habitual. Sin embargo, la experiencia de este miércoles deja claro que, en momentos de calor tan intenso, incluso los más intrépidos desafían las altas temperaturas. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión