Aragón afronta la primera alerta por riesgo alto de incendios y llama a la prudencia
La DGA pide extremar las precauciones y adaptar al peligro las actividades en el monte. Las elevadas temperaturas y el viento del sureste mantienen vigilante a un operativo de extinción de 625 personas.
Con las temperaturas de hasta 39 grados que se alcanzarán este jueves en la primera ola de calor de este verano, el mapa de la Comunidad empezará también a teñirse de rojo para alertar de la alta probabilidad de incendios en entornos forestales. Si se cumplen las previsiones, el riesgo se decretará muy alto en la Depresión del Jalón, Jiloca-Gallocanta, Pinares de Rodeno, Maestrazgo y el Bajo Ebro. En el resto de Aragón el peligro de fuego en los montes no será tan elevado y muy bajo en el Pirineo, que presenta las condiciones más favorables por la humedad que acumula el terreno.
Será la primera vez que se activa este código este año, marcado por una campaña de incendios con riesgo desigual en la que desde el primer momento preocupa la sequía de Teruel. Según cómo evolucione la canícula, este aviso se extenderá a otras zonas.
La jefa de servicio de Gestión de los Incendios Forestales, Maribel Ureta, valora que la "situación global no es mala", aunque insiste en que la Comunidad vive dos realidades muy diferentes, con zonas del sur y el este que han recibido un 25% menos de la precipitación media anual y "la vegetación tiene una mayor disponibilidad para arder". A ello añade que las temperaturas extremas estarán acompañadas de "un bochorno intenso, un viento fuerte de componente sureste" que puede complicar cualquier conato.
Ureta llama a extremar las precauciones y adaptar al peligro las actividades al aire libre. Y es que en caso de declararse el riesgo muy alto de incendios forestales no se puede encender fuego en espacios abiertos, en los que se suspende cualquier autorización con la que se disponga. Se prohíbe además el uso de material pirotécnico en entornos forestales y se suspenden temporalmente las autorizaciones de pruebas deportivas y actos públicos que se desarrollen en ellos, siempre y cuando la resolución que las autorice no haya previsto de forma expresa las condiciones para su celebración en este nivel de peligro.
Los agricultores también ven limitadas sus labores. Así, por ejemplo, se prohíbe el uso de equipos y maquinaria que puedan producir deflagración, chispas o descargas eléctricas en áreas situadas a 400 metros del monte. Hay excepciones para los trabajos agrarios.
"La situación global no es mala"
Ureta valora que "la situación a nivel global no es mala", pero no hay que caer "en un exceso de confianza". En comparación con el promedio histórico desde 2005, en lo que llevamos de año se han registrado solo un 35% de siniestros forestales que han arrasado un 75% de la superficie. La excepción es la zona arbolada devastada, que es superior, como consecuencia del incendio originado en la localidad tarraconense de Batea en mayo que se propagó a Fabara y Nonaspe.
Un operativo de 625 personas que trabaja diariamente en la extinción permanecerá especialmente vigilante durante los próximos días. De momento el helicóptero para las labores de coordinación de medios aéreos no ha podido estrenar la nueva base de Villanueva de Gállego, que compartirá con el del 112. Será ya para la campaña del próximo año.
Ante las jornadas que se avecinan, Ureta recuerda que en los últimos años "el 90% de la superficie forestal que se nos ha quemado ha sido en el 1% de los incendios que ocurren en días de alerta naranja o roja". En lo que va de 2024, el 27,67% de los 159 incendios registrados han sido intencionados y el 26,42% han sido originados por negligencias.
