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"Cuando un adulto con TDAH recibe el diagnóstico entiende que nada es culpa suya"

Hoy, 13 de julio, se celebra el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se calcula que en torno a un 5% de la población de España lo padece Estas son algunas de sus consecuencias.

El psicólogo zaragozano Álex Mélic, de centro de Psicoterapia Lumos
El psicólogo zaragozano Álex Mélic, de centro de Psicoterapia Lumos
C. Ivars

A sus 31 años, el zaragozano Pablo Gómez, videógrafo de profesión, recuerda los despistes y olvidos, la incapacidad de concentrarse o la tendencia a la procrastinación -es decir, a posponer una y otra vez lo que hay que hacer- como algo normal en su día a día. Lo que no imaginaba es que para el resto no lo era. "De pequeño le decían a mis padres que era un niño muy movido. Sí que me extrañaba un poco que me costase hacer algunas cosas que para el resto, a priori, resultaban sencillas", rememora. Fue hace tres años, después de muchas idas y venidas -y gracias a un meme- como empezó a elucubrar que tenía TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

"Me llegó al teléfono una imagen que explicaba esta condición muy bien, y empecé a preguntarme si quizás no se trataba de una cosa mía", afirma. Hasta ese momento jamás había logrado mantener un empleo estable, algo que le generaba mucha frustración, sobre todo cuando pensaba en el futuro. Así fue hasta que llegó el diagnóstico. "Fui a terapia, entablé una relación más sana con el trabajo y con mis limitaciones, comencé el tratamiento farmacológico, el cual ha ayudado mucho, y reconozco que todo ha mejorado. Hoy trabajo de lo mío en un empleo con proyección y futuro, y no es que sienta que esté todo en orden, pero ahora sé que no es tan necesario como solía creer y está bien así", admite.

Además, reconoce que lo más importante en todo este proceso ha sido llegar a integrar el TDAH como parte de su vida. "Es una parte de la persona que soy. Sin él yo sería otro, y no me cambiaría porque me gusta como soy a pesar de que me haya llevado en algún momento por el camino de la amargura. Sigo siendo olvidadizo y dejando todo para última hora… pero con el tiempo he aprendido que soy mucho más que mi TDAH", reivindica.

Pablo: "Fui a terapia, entablé una relación más sana con el trabajo y con mis limitaciones, comencé el tratamiento farmacológico, el cual ha ayudado mucho, y reconozco que todo ha mejorado"

Este sábado, 13 de julio, se celebra el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Una afección crónica que acompaña a quien la padece toda su vida. Afecta a millones de niños y, a menudo, continúa en la edad adulta, aunque muchos, como le ocurrió a Pablo, en realidad lo desconozcan. El TDAH incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

¿Y en qué se traduce esto? Como relataba el zaragozano, en cosas tan simples como la imposibilidad de poder llegar puntual a un encuentro o de entregar un trabajo; la dificultad a la hora de mantener el orden o los problemas a la hora de gestionar ciertas emociones. En cifras, se trata de una condición cuya prevalencia roza el 5% en España, mientras que en el mundo supera el 7%, pero su infradiagnóstico supone uno de sus mayores retos. Como curiosidad, la hiperactividad se asocia más a hombres, mientras que el déficit de atención afecta sobre todo a mujeres.

En Aragón cada vez es más común hablar de este trastorno, sin embargo, no es fácil encontrar profesionales especializados en este ámbito en concreto en la población adulta. El psicólogo zaragozano Álex Mélic, de centro de Psicoterapia Lumos, es uno de ellos. "Se trata de un trastorno del neurodesarrollo que aparece generalmente en la infancia y que ocasiona un elevado deterioro psicosocial en diversas áreas de funcionamiento de individuo", relata.

Se refiere a dificultades, por ejemplo, a la hora de llevar a cabo tareas de atención sostenida -tanto académicas como laborales-, la impuntualidad, o el hecho de meterse en conversaciones cortando al resto de interlocutores. "Esto genera un sufrimiento en el individuo", admite.

Aunque hoy en día estas pruebas son habituales en niños y jóvenes, la realidad es que hay un gran número de adultos que desconocen esta realidad y que se ven abocados a convivir con estas dificultades sin conocer el motivo- "Esto, muchas veces, deriva en problemas psicológicos como baja autoestima, ansiedad o depresión", señala el experto.  

Psicólogo zaragozano Álex Mélic: "Es imprescindible que cualquier persona disponga de un diagnóstico adecuado e integral, para comprender lo que tiene y encontrar una explicación a la sintomatología"

Existen tres presentaciones en torno a este trastorno. El que solo muestra déficit de atención -en el que cualquier estímulo distractor será suficiente para dejar de llevar a cabo una tarea considerada aburrida por el individuo en cuestión-; aquel que solo incluye hiperactividad e impulsividad -son personas que no pueden parar quietas pues tienen una sensación subjetiva de inquietud y que tienden a la impaciencia-; o quienes presentan ambas, lo que se conoce como TDAH de tipo combinado: "En este caso la persona tiene ambas cosas, pero no a, 50%, siempre habrá uno que destaque más que el otro".

El hecho de que la prevalencia en España roce el 5% es un dato que, según Mélic, refleja el problema que esto supone. Además, se considera que más del 75% de los casos, afirma, son genéticos, "aunque también influyen factores ambientales".

En la actualidad, en torno al 70% de sus pacientes son adultos con TDAH no diagnosticado, que supieron de la existencia de esta realidad y decidieron resolver sus dudas haciéndose una prueba. En muchos casos, el saber lo que tienen se convierte en una de las mejores medicinas: "Es imprescindible que cualquier persona disponga de un diagnóstico adecuado e integral, para comprender lo que tiene y encontrar una explicación a la sintomatología", afirma.

"Desde el momento que un adulto con TDAH recibe el diagnóstico entiende que nada de lo que ha ocurrido en su vida es culpa suya"

"Desde el momento que un adulto con TDAH recibe el diagnóstico entiende que nada de lo que ha ocurrido en su vida es culpa suya, que ha sido el trastorno el que le ha dicho a su cerebro cómo actuar. Y el cambio es real, porque les permite aceptarse, aumenta su autoestima y pueden tomar medidas", asevera el psicólogo, que recuerda que esto no solo ocurre con éste, si no con el resto de diagnósticos.

Vivir con él sin que te complique la vida

En cuanto a los tratamientos, pueden ser de dos tipos: "O farmacológico, a través de la ingesta de metilfenidato -el más popularizado es Concerta-; o Cognitivo Conductual, el cual ofrece un conjunto extenso de estrategias de pensamiento y acciones que permiten que la persona pueda adaptarse mejor a su sintomatología", añade. En definitiva, sí, "se puede vivir con él sin que te complique la vida".

Pero, para eso, lo más importante es recibir una buena evaluación, así como un adecuado diagnóstico. "Nosotros realizamos dos tipos de evaluación: primero una entrevista clínica, en la que analizamos la sintomatología, y luego aplicamos una serie de pruebas validadas por la ciencia empírica", valora. Entre ellas, las escalas de Conners -las más utilizadas para el cribado del TDAH en la actualidad tanto en infancia como en edad adulta- y el test de Wender-Utah. "Por último, realizamos el test aprobado por el DSM5 para analizar si cumple los criterios y ver la gravedad", concluye. 

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