La juez que dirimirá el pacto por la herencia de los Luengo oye a uno de los hijos demandados y a un directivo de Samca
Durante la vista, celebrada a puerta cerrada, se reprodujeron testimonios grabados de Aurora Sanz, esposa del empresario.
La primera sesión del juicio civil que deberá resolver el pacto sucesorio firmado en 2010 entre Ángel Luengo, el empresario turolense que forjó una de las mayores fortunas de Aragón, y su mujer, Aurora Sanz, fue mucho más corta de lo esperado. En poco más de dos horas, la titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 escuchó las declaraciones de uno de los ocho hijos del matrimonio y de uno de los directivos del Grupo Samca demandados en la causa. Sus testimonios no han trascendido, puesto que la vista se está celebrando a puerta cerrada.
Igualmente, durante la sesión se reprodujeron algunos de los audios aportados en la causa por los demandantes -Ángel Antonio y Javier Luengo Sanz y la hija del primero, Caroline- de testimonios de la propia Aurora Sanz con los que pretenden demostrar su voluntad respecto al destino de su herencia y que en su ánimo no estaba que fuera para dos de sus nietos, sino “para sus hijos por igual”, algo que daba por “hecho”. Igualmente, buscan probar que la mujer no era consciente de haber firmado nada en relación con la sucesión, aunque admitía que “no se atrevía” a preguntarle a su marido por el tema de la herencia.
La realidad, a la muerte de Ángel Luengo, ocurrida en Zaragoza en agosto de 2021, fue que el pacto sucesorio firmado en 2010 dejaba como herederos de todo el patrimonio consorcial a dos de sus nietos, Javier y Guillermo Luengo Egido, hijos de Gregorio, y a ninguno de sus hijos. La demanda presentada contra ellos busca la nulidad del pacto sucesorio y de otras escrituras firmadas posteriormente al entender que se anuló la voluntad de Aurora Sanz en relación a la herencia de su esposa, pues la privaba de decidir sobre sus bienes, y la sustituía por la decisión exclusiva del marido. Incluso si él moría antes que ella, como así sucedió.
Los demandantes señalaban en su escrito que a partir de la muerte del marido, como se firmó en el pacto, esas personas decidían por ella "en todo lo relativo a su esfera económica" y la "privan de todo control" sobre su patrimonio, de su "capacidad de obrar" y de su "autonomía de la voluntad". Estos terceros son tres directivos del Grupo Samca y los dos nietos, frente a quienes se dirige la demanda que se dirime en los tribunales.
En ella se recoge también que el empresario aragonés tomó la decisión "en contra de los deseos" de Aurora Sanz y se apoyan en que en esa fecha la anciana, debido a su deterioro, ya "no estaba en condiciones de comprender ni el objetivo ni los efectos del documento", un escrito, por otra parte, muy complejo técnicamente y con un lenguaje jurídico difícil para legos en derecho. Durante la vista tratarán de demostrar con informes médicos que presentaba signos de deterioro cognitivo cuando firmó esos documentos.
La situación, calificada como de "incapacitación de facto" y considerada "denigrante" para la mujer, no se habría producido en relación con Ángel Luengo si hubiera sobrevivido a su esposa, puesto que en el contrato se establecía que el empresario se quedaba con el control de todo su patrimonio, el de su mujer y con la fiducia sobre todo ello. Los demandantes sostienen que se vulneraron los derechos "inviolables" de Aurora Sanz, como la "libertad y la dignidad humana", y que el acuerdo firmado "contraviene los límites que marcan la ley, la moral y el orden público".
Durante la sesión de este martes está previsto que declaren veintiséis testigos y, mañana, seis peritos.
