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Sacarse el carnet de conducir en el pueblo: "Para una sola clase práctica pierdes toda la mañana"

Las autoescuelas del medio rural se ven obligadas a agrupar a varios alumnos a la hora de salir a la carretera.

FOTO RECURSO FALTA EXAMINADORES CARNE DE CONDUCIR. COCHES AUTOESCUELA Autor: NAVARRO, ARÁNZAZU Fecha: 21/07/2014 Propietario: Colaboradores Aragón Id: 2014-1622926 [[[HA ARCHIVO]]]
Coche de autoescuela durante un examen de conducir.
H.A.

Sacarse el carnet de conducir en Zaragoza resulta relativamente cómodo. Los aspirantes a conductores pueden escoger entre una gran variedad de autoescuelas y valorar, dependiendo del precio, la flexibilidad de horarios o la distancia hasta su casa, cual es la que mejor se adapta a sus posibilidades. Además, cada autoescuela suele tener en plantilla a varios profesores que se reparten al alumnado para poder abarcar el máximo número posible de clases prácticas al día, mientras que en lo relativo al examen, rara es la semana que no disponen de plazas para presentar a sus alumnos. Sin embargo, los municipios rurales no disponen de esta suerte y, en ocasiones, sacarse el carnet implica un sacrificio extra de tiempo, esfuerzo y paciencia.

La Jefatura Provincial de Tráfico de Calatayud centraliza los servicios de exámenes teóricos y prácticos de todos los municipios rurales de sus alrededores, por lo que, a la hora de realizar las clases prácticas, todos los aspirantes que estén apuntados en autoescuelas de otros municipios deben desplazarse hasta Calatayud para poder practicar sobre el terreno donde tendrá lugar la prueba final. La Almunia, Illueca, Ariza o Calatorao son algunos de estos municipios que cuentan con autoescuela y cuyos profesores tienen que hacer muchas veces encaje de bolillos con sus alumnos a la hora de realizar las prácticas.

Javier García es el propietario de la Autoescuela Delta en Illueca y cada verano le surge el mismo problema. “En verano nos viene toda la gente de golpe y a todos les corre mucha prisa sacarse el carnet. Para intentar presentarlos a todos, hay días que me tengo que pegar 12 o 14 horas trabajando”, asegura. Como el examen se realiza en Calatayud, Javier lleva a todos sus alumnos a practicar a la localidad bilbilitana, lo que supone un trayecto de 35 minutos de ida y otros 35 de vuelta para completar los poco más de 40 kilómetros que separan a ambos municipios. “Lo que solemos hacer para estas fechas es ir 3 o 4 alumnos en el coche y como las clases duran una hora cada una, uno lleva el coche hasta Calatayud y conduce un poco por allí, otro hace la clase íntegra allí y el último lo trae de vuelta”, explica.

De esta forma, lo que en Zaragoza supone ir a la autoescuela, realizar la clase y volver a casa, en estos municipios supone echar toda la mañana fuera. Víctor Benedí es de Illueca, tiene 19 años y se está sacando allí el carnet de conducir: “El verano pasado me saqué el teórico, pero luego me fui a estudiar a Zaragoza y tuve que dejar el práctico para el próximo año”. Víctor sabe que dar la clase práctica en Calatayud supone pasar varias horas fuera de casa. “Para una sola clase práctica pierdes toda la mañana. Solemos salir temprano porque, al final, tenemos casi cuarenta minutos hasta allí y una vez que completamos nuestro turno, pasamos a vivir las clases desde otra perspectiva”, señala.

“Es que no queda otra que quedarse con lo bueno y tratar de sacarle el máximo partido a todo. Ya que tienen que invertir toda la mañana, los alumnos aprovechan su clase y la de sus compañeros, viviendo las clases desde un punto de vista distinto, pudiendo fijarse mejor en los errores”, añade Javier, al que no le queda otra que recurrir a este tipo de organización. “A mitad de mañana solemos parar un rato a tomar un café porque si no la jornada se hace muy larga y pesada. Si los chicos quieren, también pueden quedarse por Calatayud aprovechando a comprar o hacer otras cosas hasta que sea la hora de volver”, asegura.

Una realidad en muchas zonas de Aragón

José Camarzana, presidente de la Asociación Rural de Autoescuelas de la Comarca de Calatayud, destaca que esta es una práctica común en los municipios de los alrededores: “Dentro de lo que cabe, somos afortunados por poder examinarnos en Calatayud, porque si no tendríamos que ir hasta Zaragoza, con todo lo que implicaría ir a practicar también allí”. En Calatayud, cada mes se examinan del examen práctico unos 300 alumnos de más de 50 municipios. “Suelen venir unos 12 examinadores y cada uno hace entre 10 y 12 pruebas”, concluye José.

Esta es una realidad inevitable en otras muchas zonas de Aragón, como Sariñena y sus alrededores, cuyos aspirantes a convertirse en conductores tienen que desplazarse a Huesca para practicar por sus calles, ya que es allí donde se examinan. Un trayecto de 57 kilómetros que se tarda cerca de 50 minutos en completar y para el que los profesores de autoescuela repiten la misma fórmula que en Calatayud, agrupando a hasta cuatro alumnos para cada clase práctica.

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