Los datos oficiales no dejan lugar a la duda de que Aragón se ha convertido en toda una referencia en el nuevo mapa energético. La incesante construcción y puesta en marcha de parques eólicos y plantas solares fotovoltaicas en los últimos cinco años ha consolidado a la Comunidad como la cuarta potencia renovable del país, hasta el punto de que el 82% de la generación ya sea verde. Esto supone casi duplicar el nuevo objetivo marcado por las autoridades comunitarias, que quieren que la cuota de producción de fuentes sostenibles llegue al 42,5% para el año 2030.

La inversión milmillonaria desembolsada para construir más de 3.000 aerogeneradores y 1.911 instalaciones solares contabilizadas por el Gobierno de Aragón hasta principios de año han permitido dar un salto cualitativo y cuantitativo. La energía eólica y solar sumaban al cierre del pasado ejercicio 7.638 megavatios, nada que ver con los 3.328 instalados en 2016. Y todo se ha desarrollado en los veinte años transcurridos desde que La Muela estrenó el primer parque para explotar un recurso endógeno de Aragón, el viento. Su potencia solo alcanzaba 5,2 megavatios. Si se suman todas las fuentes renovables, se cerró el pasado ejercicio con 8.992 MW, un 9,3% más.

Y los proyectos que se siguen tramitando tanto en la Administración autonómica como en el Ministerio para la Transición Ecológica aún harán crecer más al sector, pero los promotores tendrán que correr si quieren hacerlo realidad porque los plazos obligan a tener una parte de las plantas en servicio en 2028.

Los permisos de construcción deberán obtenerlos no más tarde de julio, lo que afecta a 60 instalaciones de tramitación autonómica con un total de 2.009 megavatios y otros nueve macroproyectos que suman otros 1.965 MW y deben obtener la autorización estatal. No obstante, las actuaciones que se han propuesto y se encontraban en distintos grados de tramitación alcanzaban el año pasado nada menos que 30.000 megavatios.

De hacerse realidad solo una mínima parte, la generación renovable copará el ‘mix’ energético, siguiendo la escalada de los últimos años. En 2018 se hubiera cumplido con creces el objetivo marcado ahora por Europa para 2030 porque ya se generaba el 54% con energía verde y desde entonces ha subido su peso porcentual en 28 puntos.

Como indica el propio Parlamento Europeo, el objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% de aquí a 2030, y alcanzar la neutralidad climática en 2050. Si la pretensión era llegar al primer horizonte temporal con un mayor peso de las renovables en la generación de energía, fijado en el 32%, la Eurocámara aprobó la actualización de la directiva, acordada con el Consejo. Y esto supuso elevar la cuota de energías verdes en el consumo final al 42,5% para 2030, con la pretensión de esforzarse por alcanzar el 45%.

Del mismo modo, el Plan RepowerEU, presentado en mayo de 2022, subraya la necesidad de acelerar la transición hacia una energía limpia y eliminar gradualmente las importaciones de energía de Rusia, aumentando la proporción de energías renovables en la generación de electricidad, la industria, los edificios y el transporte hasta el 45% en 2030.

Respaldo legal para acelerar

Esto se traduce en una nueva legislación para acelerar los permisos a las centrales de energía renovable nuevas o adaptadas, incluidos los paneles solares y las turbinas eólicas.

Aunque con una creciente oposición política y social a la proliferación de instalaciones, Aragón ha contribuido a lo largo de los últimos años a esta transición energética. Y lo ha hecho cerrando sus tres centrales térmicas alimentadas por carbón, las de Escatrón, Escucha y Andorra. La última se desenchufó a principios de 2020, pero perder sus 1.451.380 megavatios hora de producción anual no supuso una caída de la producción, ya que se compensó con creces con los nuevos aerogeneradores y plantas solares.

En los últimos cinco años se ha pasado de una potencia total instalada de 7.236 a 11.633 megavatios. La eólica, con 5.230 MW, supera con creces a la suma del resto de tecnologías, 3.996 MW, a excepción de la fotovoltaica. Y en la lista se suman energías limpias (hidráulica, turbinación y otras) y las que no son renovables (ciclo combinado, cogeneración y otras).

El informe del sistema eléctrico español 2023 y el informe de energías renovables 2023, presentados hace tres meses por Red Eléctrica, evidencia que Aragón se ha convertido en la segunda autonomía con mayor cuota de generación verde y solo Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía le siguen adelantando en producción renovable, que aporta el 13,5% del total del país.

El reto está puesto ahora en consumir en el territorio lo que se produce, de modo que los grandes proyectos se instalen donde se genera una de las materias primas imprescindibles para la industria electrointensiva. El primer paso se dio en la pasada legislatura con la atracción de los centros de datos de Amazon Web Services, cuya ampliación se acaba de anunciar, sumándose a los comprometidos por Microsoft, grupo Bester y Box2bit. Solo las dos multinacionales han requerido 2.100 megavatios de potencia para alimentar a sus servidores, lo que cambiará por completo el actual balance energético. La demanda de electricidad en la Comunidad aragonesa alcanzó los 9.679 GWh en 2023, lo que implica que el 56,4% de la producción se acaba exportando a otras autonomías.