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En busca de un fármaco contra la celiaquía

Un inhibidor de la transglutaminasa 2 demuestra el potencial de revertir el daño en la mucosa intestinal causado por el gluten en personas celíacas.

El sistema inmunitario de las personas celíacas reacciona si ingieren gluten, un conjunto de proteínas presentes en cereales como el trigo, el centeno y la cebada.
El sistema inmunitario de las personas celíacas reacciona si ingieren gluten, un conjunto de proteínas presentes en cereales como el trigo, el centeno y la cebada.
Pxhere

¿Qué has desayunado hoy? Muchos de nosotros empezamos el día con unas tostadas, galletas, algo de bollería o unos cereales. Puede que tomes un bocadillo o un pequeño sándwich a la hora del almuerzo, para matar el gusanillo hasta la hora de comer. Para entonces, tal vez te hayas preparado un buen plato de pasta y uses un trocito de pan para rebañar la salsa que ha quedado en el plato, que estaba riquísima. Al salir del trabajo es posible que te quedes un rato con los compañeros mientras tomáis una cerveza antes de ir a casa. Y ya, por fin, terminas la jornada cenando en casa. Es verano y hace calor, ¿qué tal algo ligero? ¿Una ensalada de lechuga, tomate, fiambre de pavo, queso fresco y unos trozos de pan tostado? Riquísimo. Una fruta de postre y a dormir.

Ahora, me gustaría que pensases cuánto cambiaría tu día a día si no pudieses tomar nada de pan. Ni pan, ni bollos, ni galletas, ni pasta, nada que lleve trigo. Otros cereales como la cebada o el centeno también quedan prohibidos, así que despídete de esa cerveza 'afterwork'. Ah, y mucho cuidado con los alimentos como el fiambre de pavo o las salsas, que, aunque no te lo creas, también pueden contener trazas de estos cereales. Estoy bastante segura de que tu vida se volvería, como mínimo, bastante más estresante. 

Este es el día a día de una persona con enfermedad celíaca. Estas personas no pueden consumir gluten, que es el nombre que recibe un conjunto de proteínas presente en cereales como el trigo, el centeno y la cebada. En caso de que ingieran gluten, lo que puede ocurrir a sabiendas o sin querer, al no saber que está presente en un alimento, su sistema inmunitario va a reaccionar contra ella. Algo en cierta medida similar a lo que ocurre en una alergia, cuando se produce una respuesta inmunitaria frente a una sustancia que, realmente, no es dañina para nosotros. Solo que la enfermedad celíaca no es una alergia, sino una enfermedad inflamatoria inmunomediada, que no es lo mismo.

Gluten, genética e inflamación

El gluten, por lo tanto, no puede producir daño alguno por sí solo. Lo que ocurre es que el sistema inmunitario de algunas personas va a creer que sí. Esto provoca una fuerte inflamación en la mucosa intestinal que va a acabar dañándola. Por ello, el consumo continuado de gluten se traduce en estas personas en diarreas, pérdida de peso y malnutrición. Además, de rebote se enfrentan a otros trastornos relacionados con la malabsorción de nutrientes clave como el hierro o el calcio, lo que puede derivar en osteoporosis. 

En torno al 2% de la población mundial padece este trastorno, siendo algunos más sensibles que otros a la cantidad de gluten que consumen debido a su genética. No existe una cura para la enfermedad celíaca, por lo que deben mantener de por vida una dieta muy estricta en la que se evite consumir alimentos que contengan gluten.

El interés de la comunidad científica por la enfermedad celíaca ha ido en aumento, para lograr comprenderla bien y poder desarrollar nuevas estrategias farmacológicas con las que ayudar a estas personas. En los últimos años, se ha identificado a una enzima intestinal que podría ser la diana molecular perfecta para sintetizar un medicamento contra la celiaquía. Se trata de la transglutaminasa 2.

Bloqueo a la transglutaminasa 2

Decíamos antes que el gluten es un conjunto de distintas proteínas. Cada cereal tiene una composición de proteínas ligeramente distinta, por lo que el gluten, así como término paraguas, no va a ser exactamente igual en el trigo que en la cebada o el centeno. Para comprender realmente la enfermedad celíaca tenemos que ahondar un poco más en esas distintas proteínas que van a conformar el gluten, centrándonos especialmente en las llamadas prolaminas.

Las prolaminas tienen como misión en el vegetal constituir una reserva energética. Existen distintos tipos de prolaminas, siendo perjudiciales para las personas celíacas la gliadina, presente en el trigo, la secalina del centeno y la hordeína, que se encuentra en la cebada. 

Durante el proceso de digestión, normalmente las proteínas se van a ir rompiendo poco a poco en fragmentos más pequeños que serán absorbidos en por la mucosa intestinal. Esto ocurre por la acción del contenido ácido del estómago y de distintas enzimas. Pues bien, resulta que estas prolaminas no se rompen del todo bien y al intestino llegan unos fragmentos muy concretos. Fragmentos que son reconocidos y modificados por la transglutaminasa 2.

Tras ser modificados por esta enzima, la transglutaminasa 2, el sistema inmunitario de algunas personas se va a volver loco y desencadenará la respuesta inmunitaria que provoca todos los daños de los que ya hemos hablado. Es por ello que se ha desarrollado un inhibidor que bloquea la acción de esta enzima para tratar de ayudar a las personas que padecen este trastorno.

El efecto de este inhibidor, que recibe el nombre de ZED1227, se ha estudiado en 58 personas con enfermedad celíaca. Bueno, más bien en la mitad, ya que se dividió a los participantes del ensayo clínico en dos grupos, uno de los cuales recibió el fármaco y, el otro, un placebo. Tras estudiar la mucosa intestinal de ambos grupos después de consumir gluten durante 6 semanas, los investigadores observaron que este nuevo inhibidor lograba preservar la función intestinal. Es decir, que las personas con celiaquía podían consumir alimentos con gluten sin que su sistema inmunitario se volviese loco y dañase la mucosa intestinal.

Esta intervención farmacológica está pensada especialmente para aquellas personas que, debido a su genética, tienen una mayor sensibilidad al gluten, por lo que el consumo accidental de trazas, por pequeñas que sean, les produce daños. Se plantea, por tanto, como un apoyo a esa dieta libre de gluten que deben mantener estas personas, para ayudarles a sobrellevar el consumo accidental de trazas.

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