Sociedad

Muere el videoartista Bill Viola, uno de los creadores más influyentes del siglo XX

El neoyorquino falleció "pacíficamente" el viernes en su domicilio por complicaciones derivadas de la enfermedad del Alzheimer

Muere el videoartista Bill Viola, uno de los creadores más influyentes del siglo XX
FRANCK ROBICHON

El videoartista estadounidense Bill Viola ha fallecido a los 73 años en su residencia de Long Beach (California) tal y como ha confirmado este sábado su estudio. 

El neoyorquino falleció "pacíficamente" el viernes en su domicilio por complicaciones derivadas de la enfermedad del Alzheimer que padecía, según informó hoy en redes sociales Bill Viola Studio, que es dirigido por su esposa, Kira Perov.

Señalado como uno de los artistas contemporáneos más importantes del mundo, Viola empezó a ganar reputación de manera rápida cuando en la década de 1970 empezaron a surgir los primeros creadores artísticos que trabajaron con el video.

Inspirado por los grandes maestro del Renacimiento, muchos de sus trabajos hicieron eco de grandes obras e este periodo, si bien sus primeros proyectos muestran una fascinación por los efectos especiales.

Durante la década de 1990 sus trabajos adquirieron un cariz más personal tras la muerte de su madre y el nacimiento de su segundo hijo, periodo en el que destaca 'Tríptico de Nantes', en donde en uno de los tres paneles expone imágenes de su progenitora en su lecho de muerte.

Los videos e instalaciones que expuso a lo largo de su trayectoria reflejan una fijación por las diferentes etapas de la vida humana, incluida la muerte, así como por el desarrollo de la conciencia y las tradiciones espirituales occidentales y orientales, incluyendo el budismo zen, el sufismo islámico y la mística cristiana.

Los medios estadounidenses aluden hoy a sus mayores trabajos, entre los cuales destacan The Quintet Series (2000), Observance (2002), The Tristan Project (2004), The night Journey (2005), Ocean without a shore (2007) y Bodies of light (2009).

Viola, nacido en 1951 en Nueva York, se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Siracusa, en 1973, y poco después empezó a colaborar con el pianista y compositor de vanguardia David Tudor, uno de los tantos artistas e instituciones con los que se trabajó durante su dilatada carrera.

Ha recibido numerosos galardones, entre ellos el que otorga la Fundación MacArthur (1989), el Premio Internacional Cataluña XXI (2009), el Praemium Imperiale de la Asociación de Arte de Japón (2011) y el título honorífico de Doctorado Honoris Causa (2011) de la Universidad de Lieja (Bélgica).