Sociedad
Suscríbete

Decoración

El 'síndrome de la casa incompleta' o cómo equilibrar la decoración y el orden

Existe cierto afán por rellenar huecos en paredes y estanterías, pero no siempre se hace de la manera más adecuada.

Un piso de Zaragoza decorado por P&B Goya Interiorismo con estilo neoclásico.
Un piso de Zaragoza decorado por P&B Goya Interiorismo con estilo neoclásico.
P&B Goya Interiorismo | Sergio Padura

Una sensación de inquietud recorre nuestro cuerpo cuando miramos la pared de casa 'desnuda'. "Y yo ahora, ¿qué coloco allí? Un cuadro, un póster, un espejo... O nada, mejor nada", repite día tras otro una vocecita en la cabeza. Al final, la pared acaba llena de cosas sin mucha armonía porque el dicho de mejor que sobre que no que falte existe por algo. Pero, en ocasiones, no es lo más recomendado por los expertos.

Lo llaman 'síndrome de la casa incompleta', y es esa necesidad que tiene gran parte de la población de menospreciar su vivienda cuando unos amigos hacen una visita. "Es que allí me falta colocar algo; es que ahora lo tengo todo patas arriba..." Es un pensamiento inevitable, pero muchas veces no es realidad. Es la percepción y esa manía que han creado, en gran parte, las redes sociales, de que debemos tenerlo todo perfecto y sobrecargado con artículos que son, en gran parte, inútiles.

Para Valvanera Martínez, interiorista del estudio zaragozano Acuatro, generalmente la vista siempre se va "a los cuadros, alfombras, jarrones y demás artículos de decoración que faltan en la vivienda para convertir el espacio en hogar". "Constantemente vemos imágenes a través de las redes sociales de casas 'perfectas' con cosas que queremos para nuestras viviendas", añade. Generalmente, todo está bien decorado, bonito y organizado, aunque no siempre es funcional. ¿Cuáles son los mejores artículos para este tipo de decoración para no acabar sobrecargando?

Un dormitorio bien iluminado y con tonos naturales.
Un dormitorio bien iluminado y con tonos naturales.
Acuatro Interiorismo

"Aconsejamos elegir artículos concretos a cada cliente y que vayan con su personalidad, como por ejemplo un cuadro o fotografía que tenga significado individualizado y que vaya acorde con el resto de decoración de la casa", comenta esta interiorista. Al fin y al cabo, las tendencias son temporales y es posible que con el paso del tiempo un artículo que escogimos por moda acabe aborreciéndonos.

Así, dice Valvanera Martínez, se puede "dar color" en este tipo de artículos y el resto de decoración dejarla en tonos neutros. "Esto permite, el día de mañana, poderlos cambiar sin tener que modificar mobiliario", añade. Asimismo, aconseja no pasarse colocando muchos cuadros o jarrones para que visualmente quede todo "más despejado".

Una vivienda de Zaragoza decorada por P&B Goya Interiorismo bajo las premisas del estilo neoclásico.
Una vivienda de Zaragoza decorada por P&B Goya Interiorismo bajo las premisas del estilo neoclásico.
P&B Goya Interiorismo / Sergio Padura

La interiorista Ruth Barranco sostiene que, para entender las pulsiones acumulativas en el hogar, "hay que entender de dónde vienen". "Existe una cierta obsesión contemporánea en encontrar fórmulas para un máximo aprovechamiento del espacio doméstico y en conseguir un equipamiento de revista del mismo", añade. Es entendible, ya que con el precio del metro cuadrado en alza lo lógico y la correspondiente disminución del tamaño medio de las casas, es lógico querer aprovechar estos espacios.

"Tanto si nuestro espacio tiene mayor o menor capacidad, a la hora de comenzar un proyecto, encontramos a veces en nuestros clientes un sentimiento de haber estado viviendo en una casa incompleta", comenta Barranco.  Además, existe cierto FOMO ('Fear Of Missing Out' o miedo a estar ausente) en este tema, lo que muchas veces lleva a personas a tratar con marcas que desconocen por cosas que ni siquiera saben si necesitan. "Tampoco suelen plantearse aprovechar el cambio de domicilio para realizar una criba de objetos que ya no utilizan y, sin embargo, centran su atención en que la siguiente casa tenga mucho más espacio de almacenaje, para seguir adquiriendo más cosas", añade esta interiorista.

Asimismo, esta zaragozana achaca este impulso de acumular objetos a las características de la sociedad actual, en la que cada vez hay menos mobiliario y más objetos o 'gadgets' que no requieren de una ubicación prevista. "Otro aspecto que ha influido es la infinidad de webs que existen donde buscar inspiración que yo misma las adoro, pero ¡atención! También son una trampa invisible para los recreacionistas literales", puntualiza. Incluso los artículos de decoración de este mismo diario pueden servir de inspiración, pero solo eso.

Replantearse la vivienda "cíclicamente"

Ruth Barranco, en estos casos, aconseja "replantearse la vivienda cíclicamente". Es decir, es importante no olvidar que la casa ideal, como meta a conseguir no existe. "Nuestro espacio, para llegar a ser perfecto, debe ser flexible y adaptable a cada momento de la vida de sus dueños. Siempre estará inacabado porque lo que es completo ahora, mañana ya no lo va a ser", comenta, a la vez que considera que ese es el mayor encanto de un hogar, "dejar que vaya mostrando la historia de sus habitantes". 

Una estantería decorada con libros agrupados por colores.
Una estantería decorada con libros agrupados por colores.
Pinterest

"En este punto, la sinergia del trabajo objetivo del profesional en la planificación estratégica de la distribución de espacio y piezas de almacenaje, con el subjetivo de los deseos expuestos por el cliente, es un acierto", añade esta interiorista. Es decir, ellos actúan como un 'coach' de habitar, ayudando al quien lo demanda a "plantearse sus necesidades reales actuales o futuras" y filtrar las amplias posibilidades de equipamiento o decoración que no encajan con sus objetivos vitales.

Aquí Barranco llama a la prudencia, pues no recomienda dejar expuestos todos los capítulos de la vida de una persona en las paredes de su casa. "Es una gran inversión en calidad de vida, dedicar un fin de semana (o los necesarios) a revisar todos nuestros cachivaches, para rescatar los que realmente dicen algo de nosotros y donar los que no aportan. Dentro de los supervivientes, habrá algunos que verlos cotidianamente nos hará más felices y otros que son solo recuerdos. Los últimos al armario y los primeros, bien visibles", dice. Y, precisamente, son los armarios, baúles, cómodas, cajoneras, trasteros... nuestros mejores aliados.

La neuroarquitectura es la que avala todo esto. "Esta ciencia dice que los espacios donde la visión no se ve abrumada por los estímulos resultan más agradables", especifica esta zaragozana. No son los vacíos, sino espacios serenos y poco abarrotados en los que el cerebro "disfruta de pequeños cambios de ritmo visual" que son traducidos por la neurología como hábitats seguros y confortables. "Lugares para la vida", sentencia.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión