Sanidad pone en marcha la ley que prohibirá fumar en las terrazas
La reforma legal, aún en fase de borrador, ampliará los espacios públicos sin humos y restringirá la venta y publicidad de cigarrillos electrónicos.
El Ministerio de Sanidad sigue pisando el acelerador con el objetivo de tener aprobadas antes de que acabe el año las reformas legales contenidas en el plan contra el tabaquismo que consensuó esta primavera con las comunidades autónomas.
Si el 8 de abril dio el primer paso para aprobar el real decreto que implantará el etiquetado genérico y prohibirá los aromatizantes y sabores en cigarrillos y vapeadores, hoy, el departamento que dirige Mónica García, hizo lo propio pero con el anteproyecto de ley que ampliará los espacios públicos sin humos, restringirá la venta y consumo de todo tipo de cigarrillos electrónicos y limitará la publicidad y patrocinio de los nuevos productos relacionados con el tabaco, incluidos los vapeadores.
Todas las sociedades científicas señalan a este repertorio de artículos y compuestos para fumar de moda entre los jóvenes como la puerta de entrada de los menores a la adicción tabáquica, que cada año mata a unos 60.000 españoles.
El ministerio sacó hoy a consulta previa, su primer trámite oficial, el anteproyecto que reformará por primera vez en una década la ley que regula la venta, el suministro, el consumo y la publicidad del tabaco. El borrador, que describe de forma genérica el contenido y objetivos de la reforma, así como las razones de urgencia para abordarla, podrá recibir propuestas y alegaciones de los ciudadanos, asociaciones y ONG hasta el próximo 15 de agosto, momento en que comenzará la redacción del texto articulado que se enviará al Consejo de Ministros para su aprobación.
Con este paso estarían en fase de elaboración las principales actuaciones y reformas previstas por el plan gubernamental, pues la tercera gran medida, una importante elevación de los impuestos y precios del tabaco y de sus productos relacionados, quedó en suspenso en abril por el veto del Ministerio de Hacienda, que no descarta, no obstante, que pueda acordarse en un futuro próximo y sin previo aviso.
El documento desvela que la ley acordará medidas para cumplir con el objetivo de reducir la exposición indeseada de los ciudadanos a los humos y tóxicos del tabaco y de otros productos relacionados, como el cigarrillo electrónico o los vapeadores, en los lugares públicos. En concreto habla de actuar en "ambientes comunitarios y sociales". No especifica espacios concretos donde se prohibirá o limitará fumar, pero en el punto de mira del ministerio están desde un principio las terrazas de hostelería, las marquesinas de autobuses y otros lugares comunitarios como los estadios o las playas.
Es una reclamación apoyada por dos de cada tres ciudadanos y por toda la profesión médica, que recuerda que hay miles de españoles no fumadores que desarrollan cánceres u otro tipo de patologías graves por su tabaquismo pasivo, una intoxicación involuntaria que cada año mata a 1,3 millones de habitantes del planeta. Los afectados indican que donde con mayor regularidad aspiran estos humos y vapores nocivos es en las terrazas y zonas de ocio, seguidas de los propios hogares y los aledaños de colegios y lugares de trabajo.
El segundo bloque de reformas del anteproyecto es el que ampliará las restricciones legales que tiene el tabaco a los cigarrillos electrónicos y, en algunos aspectos, a los vapeadores. En primer lugar, equiparará las prohibiciones y restricciones en la publicidad, promoción y patrocinio que sufre el tabaco a las nuevas formas de fumar. Se espera que prácticamente se igualen y que especialmente se limite la promoción de estos productos por parte de los 'influencers' o de festivales y otros eventos orientados a los jóvenes, que hasta ahora actúan sin cortapisas.
En segundo lugar, prevé equiparar las restricciones de venta y consumo que desde hace años tiene el tabaco a los cigarrillos electrónicos, tengan o no nicotina, y a los productos para fumar elaborados a base de hierbas.
El borrador del ministerio justifica la necesidad de las reformas legales porque las restricciones que se realizaron hace casi 15 años dan ya muestras de agotamiento (el consumo de tabaco ha dejado de reducirse en España) y por el aumento de la exposición de los ciudadanos, sobre todo de los jóvenes, a las nuevas formas de consumo.
Sanidad entiende que la regulación actual no contempla la mayor oferta y la gran exposición a la publicidad de los nuevos productos relacionados con el tabaco y que, además, la ley vigente ni siquiera establece restricciones a los cigarrillos electrónicos sin nicotina y a los productos a base de hierbas para fumar.
