Opinión
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  • Jaime Armengol

La noche les confunde

El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons; la vicepresidenta de la Comisión Europea, Vera Jourová, y el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, durante la firma del acuerdo para la renovación del CGPJ, en el Parlamento Europeo
Esteban González Pons, Vera Jourová, y Félix Bolaños, durante la firma del acuerdo para la renovación del CGPJ, en el Parlamento Europeo
Comisión Europea

Noche oscura’ es una excelente canción del cantante De Pedro que puede aplicarse estrofa por estrofa para definir la situación política de nuestro país. Indudablemente no fue escrita con ese propósito, pero viene como anillo al dedo para describir y comprender el momento actual.

"Todo el mundo exige un cambio / Pero nadie quiere cambiar / Todo el mundo odia a los raros / Pero quiere ser original / ¿Por qué esta noche es tan oscura?".

La pregunta del autor no es nada retórica. De Pedro acierta con esta letra melancólica y desgarrada al sintetizar con brillantes ejemplos cómo la falta de generosidad está muy presente en nuestras actuaciones. "Todo el mundo va a lo suyo menos yo, que voy a lo mío", nos decimos unos a otros. El egoísmo nos define, y como tal ese egoísmo se traslada a la acción política. La cosa común, abordada desde una óptica egocéntrica y manoseada, deja de ser común.

Superados los últimos procesos electorales parecía llegado el momento de la distensión, circunstancia que parecía evidenciarse con el acuerdo para la renovación del Poder Judicial

El tema del cantante madrileño pone de relieve con brillantez la constante contradicción de nuestra condición humana. La diferencia entre lo que podríamos hacer ante una determinada situación y lo que finalmente hacemos, la distancia entre el debe ser y el ser. Y más. Denuncia la falta de valentía para afrontar esas paradojas y sus consecuencias. Esa falta de coraje nos sume en el desconcierto de la oscuridad. Su simple escucha habría de servir a unos cuantos próceres públicos para afinar sus mensajes. La integridad y la coherencia brillan por su ausencia.

Superados los últimos procesos electorales parecía llegado el momento de la distensión, circunstancia que parecía evidenciarse con el acuerdo para la renovación del Poder Judicial. Nada más lejos. Se llegó a un pacto pero pesan más las diferencias. La noche envuelve la política. Falta claridad. En qué quedamos… ¿realmente han pactado? Cuando los firmantes de un acuerdo se lanzan las arras a la cara nada más ser entregadas… ¿podemos hablar de un buen acuerdo?

Muchos dirán que la dialéctica política es la dialéctica de la confrontación, y es cierto. El enfrentamiento ideológico puede ser troncal y de tono elevado, cuando apela a derechos sociales, a reparto de la riqueza, a modo de organización social… El problema se produce cuando la característica principal de esta dialéctica es el enconamiento. El ruido lo inunda todo, incluso las auténticas nimiedades. ¿Cualquier excusa es buena para la discrepancia? ¿Realmente hay alguien que lo haga todo bien, o todo mal?

Y vuelvo a la canción de De Pedro: "Todo el mundo necesita tiempo / Pero nadie se quiere detener".

Nada más lejos. Se llegó a un pacto pero pesan más las diferencias. La noche envuelve la política

El buen momento económico va tapando las goteras del enfrentamiento. La música sigue sonando. Y mientras, escuchando la balada… "¿Por qué esta noche es tan oscura? / Ya no hay estrellas que contar / Se ha escondido la cordura / Ya solo el sol nos puede guiar".

Un sol, en forma de razón, que no alumbra nuestro debate público. Encerrado el Gobierno en el estrecho canal que le imponen sus socios. Atrapada la oposición por los extremos que le llevan a radicalizarse… La noche (oscura) les confunde…

Jaime Armengol es periodista

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