Opinión
Suscríbete
Por
  • Julio José Ordovás

Cómeme el toto

Leticia Sabater, con la camiseta del Real Zaragoza en el camerino.
Leticia Sabater, con la camiseta del Real Zaragoza en el camerino.
L. S.

El idilio de Leticia Sabater con Aragón es digno de estudio. ¿Qué tendrá la Leti que nos gusta tanto a los aragoneses? ¿Las ganas de cachondeo? 

Tal vez los aragoneses, además de nobles y somardas, seamos unos cachondos. No lo sé. No lo tengo claro. El caso es que no hay ciudad, pueblo o barrio aragonés que no quiera contratar a la Leti para que caliente las fiestas con sus shows petardos.

Leticia Sabater es una Taylor Swift pasada por el Callejón del Gato, pero tampoco creo que haya aspirado nunca a ser la Beyoncé hispánica ni nada parecido. Es una tía sin complejos, que se ríe de todos y de sí misma y que supo reinventarse tras el declive de los programas infantiles de los noventa. De ‘A mediodía, alegría’ hasta ‘Titi cómeme el toto’ hay un largo trecho. Y para recorrer ese trecho, desde los platós de televisión a las plazas de los pueblos, hay que echarle mucha jeta. Y mucho valor.

Yo admiro a la Leti más que a cualquier funcionario del Estado. Es la encarnación de la España cañí del siglo XXI, una España que por fin ha perdido el sentido del ridículo. Con más operaciones estéticas que Cher e incontables horas de gimnasio, se ha construido un personaje freak y despendolado con el que no factura tanto como Shakira pero que le da para seguir viviendo del espectáculo. Porque lo que ella vende es espectáculo. Un espectáculo cutre y chabacano, pero espectáculo.

La gente vuelve a los pueblos en verano para dormir la siesta a la fresca, para comer tomates con sabor a tomate, para cotillear mientras los niños chapotean en la piscina y para pillar un buen pedo cuando llegan las fiestas y se levanta la veda alcohólica. Y ahí es cuando entra en escena Leticia Sabater cantando ‘La salchipapa’. 

Julio José Ordovás es escritor

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión