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    Azcón gana su primer test de fuerza

    Jorge Azcón, en el centro, en la celebración de los resultados electorales de las europeas.
    Jorge Azcón, en el centro, en la celebración de los resultados electorales de las europeas.
    Toni Galan

    Si algo tenían estas elecciones europeas era su papel como test de fuerza. Los primeros comicios que se celebran en Aragón tras la investidura del presidente, Jorge Azcón, venían a ser la prueba del algodón al músculo electoral que las distintas fuerzas políticas tienen en la Comunidad. Y tras el examen europeo el jefe del Ejecutivo saca una primera conclusión: sale reforzado en su acción de Gobierno. Es un fenómeno que se ha replicado en el resto de las comunidades autónomas en manos del PP. Pero le vale.

    Al margen de la diatriba nacional, en la que los porcentajes se estrechan, Azcón cumple sus objetivos. El más importante era ganar. Lo hace con un porcentaje altísimo, del 37,16% en Aragón, por encima de los resultados de las autonómicas (35,5%) y de las generales (36,33%). Su resultado es mejor que la media nacional de su partido (está tres puntos por encima) y agranda la distancia que mantenía con su principal seguidor, el PSOE, que pasa de 6 a 7 puntos. La primera lectura de estas elecciones es que los populares no solo mantienen su predominio en Aragón. Salen con más brío.

    Pese a la polarización vivida en la campaña, que a priori podría haber reforzado el bipartidismo, el PSOE aragonés no mejora. Replica los resultados del partido a nivel nacional, lo que evidencia que su éxito y su fracaso dependen hoy por hoy de Pedro Sánchez, y pierde un punto respecto al 23-J. Lo hace en un contexto en que las formaciones de la izquierda experimentan un retroceso significativo en Aragón. 

    Sumar, que en las generales del pasado julio logró un 12,26% con CHA, IU y Podemos en la coalición, se queda en un exiguo 5%. El desplome no lo compensa la formación morada, que confirma su declive con siete puntos menos que en 2019, ni lo capitalizan los socialistas. La izquierda no se ha movilizado en estas elecciones europeas.

    Capítulo aparte es el de Vox. Se consolida como tercera fuerza política de Aragón, aguanta sus porcentajes de voto de las autonómicas, pero retrocede cuatro puntos respecto a las generales. Lejos de lo previsto no aprovecha la efervescencia de la extrema derecha en la gran mayoría de los países europeos y ni siquiera el fenómeno excéntrico de Alvise Pérez justifica su estancamiento. A Alejandro Nolasco, que no ha sacado ningún rédito a las brechas de tensión abiertas con el PP en los últimos meses, solo le quedó anoche el consuelo de felicitar a Marine Le Pen.

    Mientras tanto, con los resultados sobre la mesa, Azcón ya tiene su test de fuerza: su partido está tan robusto o más que cuando tomó posesión en agosto. Sin síntomas de desgaste, estas elecciones no quiebran la línea de estabilidad fijada por el presidente, que marca su terreno frente a Vox y frente a la izquierda. Tras las europeas, por tanto, nada debería moverse en la política aragonesa. Justo lo que quería Azcón.

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