LETRAS ARAGONESAS. OCIO Y CULTURA

Cristina Grande y su 'Diario del asombro': la vida tal como viene, va y nos estremece

La escritora recoge una selección de sus artículos y sus notas cotidianas, desde el año 2019 al 2022, y los convierte una novela de la intimidad

Cristina Grande es una seguidora constante de la literatura de la claridad de Natalia Ginzburg.
Cristina Grande es una seguidora constante de la literatura de la claridad de Natalia Ginzburg.
Antonio Ceruelo.

Cristina Grande va a su aire. O a su marcha, ya sea en coche, en moto, a pie o en una bicicleta soñada, que para eso es una gran seguidora del Tour, de la Vuelta o del Giro. Parece no tener prisa; incluso cuando tiene ansiedad o el vértigo de las horas y los días, halla un resorte, algo así como el don de la lentitud, la serenidad y de la melancolía para esculpir su prosa tranquila, envolvente, evocadora, una de esas prosas que en pocas líneas abre una espiral hacia una película llena de adherencias sentimentales, de misterio y de la enigmática gravedad del pasado.

La autora de ‘Naturaleza infiel’, una novela quizá proustiana en el fondo, y de dos libros de cuentos personalísimos como ‘La novia parapente’ y ‘Dirección noche’, sigue a lo suyo, que es contarse, bucear en los recuerdos, atrapar instantes y darles una nueva dimensión, traerlos al presente o hacer del presente la puerta del porvenir y un pasadizo hacia el pretérito.

Acaba de publicar ‘Diario del asombro’, donde recoge textos de 2019 a 2022, esos textos que suelen aparecer todos los martes en HERALDO. Es y no es una compilación de artículos. Es y no es un registro de la vida tal como viene y como se sueña y como emerge como un batiscafo o un submarinista. Y ahí a la escritora le llega todo: la familia (ese padre que se murió joven, sus antepasados, tantos y tantos seres, la niña que fue, la niña que sin saberlo anticipaba su destino con su mirada incomparable), los paisajes, los viajes, las lecturas, las películas, las series de televisión y, por supuesto, los amigos (tan imprescindibles, tan necesarios, tan constantes) y la literatura.

La literatura está siempre presente en este libro que en el fondo tiene algo de novela libre, narración de la intimidad y de la duda, de la existencia acelerada que se refrena para fijarse en páginas llenas de plasticidad, de hermosura y de perplejidad. La literatura llega como un efluvio de autores y nombres: la Marguerite Yourcenar de ‘Memorias de Adriano’, con la que siente una paradójica identificación en términos de edad; su diosa permanente y sencilla, la maestra de la claridad, Natalia Ginzburg; Rosa Montero, que le recuerda que “la estima de los creadores -de los escritores en concreto– es muy frágil siempre, a lo largo de su carrera”.

«Tengo que recuperar la serenidad, me digo mirándome al espejo, en el cual empiezo a no reconocerme», anota tras leer ‘El huerto de Emerson’, de Luis Landero, de donde extrae una cita que explica la urdimbre y la hilatura de oro y paz radical de este volumen: «Casi en toda mi vida está ya vendimiada, (…) pero en cambio la memoria de lo vivido no se acaba nunca».

A Cristina Grande le interesa casi todo. O, al menos, cualquier hecho minúsculo se vuelve útil y evocador en sus textos, hasta un cambio de ruta de vuelta a casa con su conductor preferido Antoine o Antonio Muñoz, un curso de escritura, una charla, una entrevista, un azaroso encuentro, una relectura, un olor, un paseo con su madre o uno de esos objetos que le gustan y le inquietan: el espejo. «Tengo que recuperar la serenidad, me digo mirándome al espejo, en el cual empiezo a no reconocerme», anota tras leer ‘El huerto de Emerson’, de Luis Landero, de donde extrae una cita que explica la urdimbre y la hilatura de oro y paz radical de este volumen: «Casi en toda mi vida está ya vendimiada, (…) pero en cambio la memoria de lo vivido no se acaba nunca».

No se puede cerrar esta nota sobre ‘Diario del asombro’ –un tesoro de aforismos y adivinaciones– sin citar Zaragoza. Cristina es una de las grandes voces de la ciudad, la capital del cierzo y del tiempo que habla desde su prosa miniada, que mira con sus ojos y que conversa consigo misma y sus fantasmas en casi todas las páginas.

LA FICHA TÉCNICA

'Diario del asombro'. Cristina Grande. Los Libros del Gato Negro. Zaragoza, 2024. 222 páginas.

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