artes & Letras
Sugerencias para el verano con perspectivas de mujer: guerriero, gutiérrez y orúe, borraz...
Pasiones, viajes, regresos a los orígenes: diez títulos para llevarse de vacaciones al mar, a las ciudades o a las montañas
Este 2024 está siendo un año en el que muchas escritoras nos están dejando fantásticas lecturas. De algunas les he hablado en estas páginas –Rosa Montero, Clara Usón, Rosa Ribas…–, otras aún no habían encontrado su hueco. Aquí van diez recomendaciones para disfrutar en esta pausa veraniega:
1. ‘La seca’, de Txani Rodríguez (Seix Barral). Nuria viaja con su madre al pueblo donde tienen sus raíces familiares y se ve obligada a enfrentarse a algunos cambios que tambalean su estabilidad. El carácter arisco de la mujer, la enfermedad de los alcornoques que da título al libro y amenaza el tradicional oficio de corchero, el efecto del hombre sobre el medio ambiente, las siempre complejas relaciones madre-hija y la soledad son los temas centrales de esta espléndida novela.
2. ‘La vida por delante’, de Magalí Etchebarne (Páginas de Espuma). Cuatro estupendos relatos donde Etchebarne despliega historias cotidianas –los cuidados de una madre enferma, el viaje de una correctora editorial junto a la autora ‘bestseller’ de su sello, las vacaciones de una pareja de artistas con una relación turbulenta…– para hablarnos del peso del pasado, de la vejez y el paso del tiempo, de la soledad y de lo que se espera de la vida. Y lo hace con una prosa limpia y elegante y unas imágenes bellísimas.
3. ‘Pasión Nails’, de Rosario Izquierdo (Alianza). Pepa es una socióloga en paro que acaba de cumplir cincuenta y se ha vuelto invisible para el mercado laboral. Sus visitas a un salón de manicura en un barrio marginal de una ciudad del sur son el escenario de esta hermosa historia de amistad y crítica social. Una novela sorprendente, afilada, llena de humor y mala leche, pero también de lucidez para analizar la realidad.
4. ‘En el Transiberiano’, de Sara Gutiérrez y Eva Orúe (Reino de Cordelia). Hace treinta años, Sara Gutiérrez era una joven oftalmóloga y Eva Orúe (zaragozana y directora de la Feria del Libro de Madrid) era una joven periodista que por azares profesionales coincidieron en Moscú. Juntas emprendieron un viaje que dura toda una vida y que empezó cruzando Rusia en el mítico Transiberiano. Lo cuentan en este libro que mezcla su historia personal con la historia de esta línea ferroviaria, un libro precioso lleno de erudición, de humor, de anécdotas curiosas y de una emocionante defensa de la libertad.
5. ‘Años de vida’, de Marta Borraz (Xordica). En casa O Medico, en Alquézar, aún se conservan las cartas de amor de Alfonso Borraz. Porque Alfonso fue un hombre de amores, a pesar de una guerra civil que asesinó injustamente a su padre, llenándolo de rabia y deseos de venganza, y que se llevó por delante su inocencia e ideales. Marta Borraz reconstruye la historia de su abuelo Alfonso, marcada a sangre y fuego por una guerra fratricida que nos recuerda lo frágiles que somos frente a la sinrazón de la violencia.
6. ‘Felicidad perversa’, de Tove Ditlevsen (Seix Barral). En estos cuentos se respira la misma atmósfera oscura e incómoda que inundaba su descarnada ‘Trilogía de Copenhague’, con la que nos dejó boquiabiertos: son veintiocho historias donde sus protagonistas, mujeres —y algunos niños— infelices, tratan de salir adelante cuando la vida les da la espalda. Una colección de cuentos poderosa que se queda rondando mucho tiempo en la cabeza.
7. ‘No volverán tus ojos a mirarme’, de Marta Barrio (Tusquets). La autora reconstruye la historia de amor de sus abuelos a través de la correspondencia que mantuvieron durante su noviazgo en los años 50, y lo hace a través de los ojos de una niña que deja atrás la inocencia de la infancia para entrar tímidamente en la adolescencia. Un excelente retrato de la época en una historia familiar emocionante.
8. ‘La llamada’, de Leila Guerriero (Anagrama): Silvia Labayru tenía veinte años y militaba en los Montoneros cuando la dictadura argentina la secuestró. Embarazada de cinco meses, fue enviada a la siniestra ESMA y allí, tras dar a luz, fue retenida durante año y medio, golpeada y violada sistemáticamente. Leila Guerriero, con la fuerza y la elegancia en la escritura que la caracteriza, cuenta esta durísima historia que se expande cuando, años más tarde, un fantasma del pasado reaparece en la vida de Labayru.
9. ‘Tres maneras de decir adiós’, de Clara Obligado (Páginas de Espuma). Una madre joven que acaba de perder a su pareja, fotógrafo de guerra; esta misma mujer, años después, madre y abuela, que vive un amor sereno; y de nuevo ella, ya fallecida, que se las ingenia para seguir formando parte de la vida de su joven nieta. El exilio, el desarraigo, la violencia y el duelo están muy presentes en este libro fronterizo de Clara Obligado entre géneros y bellamente escrito.
10. ‘La última frase’, de Camila Cañeque (La Uña Rota). En la historia de la literatura hay muchos inicios memorables, desde el «Todas las familias felices se parecen» de Tolstoi a «La señora Dalloway dijo que compraría ella misma las flores» de Virginia Woolf o al «Llamadme Ismael» de Melville, pero la contundencia de las últimas frases estaba por explorar. Cañeque ha armado este original e interesante ensayo recopilando 452 grandes frases finales a la vez que reflexiona sobre los desenlaces y sobre el significado de terminar y llegar al final de las cosas.
