entrevista

Lizt Alfonso: "Los cubanos nacemos con la música y la danza en la sangre"

La coreógrafa y creadora presenta este viernes (20.00) el espectáculo 'Cuba vibra' con su compañía, la Lizt Alfonso Dance Cuba, en el Teatro Principal de Zaragoza.

Lizt Alfonso, directora de ‘Cuba vibra’, creó su propia compañía escuela en 1991
Lizt Alfonso, directora de ‘Cuba vibra’, creó su propia compañía escuela en 1991
Monik Molinet

¿Cómo definiría ‘Cuba vibra’, el ‘show’ que su propia compañía presenta hoy (20.00) en el Teatro Principal de Zaragoza?

Es un espectáculo muy variado, muy dinámico, con mucha técnica fuerte y mucha interpretación. Dura casi dos horas y el público va a encontrar un fuerte componente de lo que es la danza fusión y la música fusión, ballet, danza moderna, danza contemporánea, danza española, bailes populares cubanos (chachachá, mambo, conga, danzón...) y afrocubanos, toda esa influencia de las danzas y las músicas de otros países en Cuba, por ejemplo, las de Estados Unidos, como el swing, el jazz, el latin jazz, el rock and roll... Es realmente un espectáculo complejo de hacer, pero muy lindo, muy elegante y de muy buen gusto.

La esencia de la música y el baile en Cuba tiene un sinfín de aromas...

Cuando el público ve ‘Cuba vibra’, tanto por la factura de la coreografía como de la música, como por toda la dramaturgia que lleva el espectáculo, no ve las costuras y eso para mí es muy importante. Todo está mezclado, como es la vida misma en Cuba: una gran mezcla de culturas donde la raíz africana y la española son las más fuertes. Toda esto enriquece tanto y tiene tanto ritmo que ha influenciado a otros géneros y a otras músicas.

Recorrer el planeta con un elenco tan numeroso es toda una peripecia, dentro y fuera del escenario. ¿Cuántos artistas hay en escena?

Veinticinco, entre bailarines y músicos. Estos últimos son intérpretes que además de hacer la música participan de la historia que se cuenta. Es un peripecia, sí, aunque con mi compañía hemos hecho giras mundiales con un elenco aún mayor. Tenemos espectáculos en los que hemos viajado hasta 50 personas.

La compañía escuela Lizt Alfonso es conocida en todo el mundo, pero también gracias a su participación en el videoclip de la canción ‘Bailando’ de Enrique Iglesias, que acumula millones de visualizaciones...

Trabajamos con él en el año 2014, si mal no recuerdo. Hicimos el videoclip de ‘Bailando’ con Enrique Iglesias, Descemer Bueno y Gente de Zona. Realmente, fue una experiencia muy bonita y muy enriquecedora. Un trabajo intenso porque, además, no se hizo un solo vídeo sino cuatro, en realidad. Primero se hizo el original, como le digo yo, en el que no estaba Enrique. Después se hizo otro con él y luego dos más (con Sean Paul, Luan Santana y Mickael Carreira. Tiene billones de visitas. Sigue siendo una música que donde quiera que vas la escuchas. Eso es bien bonito porque es una música que no ha pasado de moda.

¿Es la primera vez que la Lizt Alfonso Dance Cuba recala en la capital aragonesa?

Así es. Venimos por primera vez y nada más y nada menos que al Teatro Principal, que además es un escenario tan conocido y tan querido. Estamos felices de poder bailar aquí.

La danza es un arte y una profesión muy exigente, con muchas dificultades, más todavía en Cuba. Y sin embargo, siguen saliendo muchos bailarines de su escuela. ¿Cómo se consigue que en su país se mantenga esa pasión por el baile?

Los cubanos nacemos con la música y la danza en la sangre. Yo creo que es esta mezcla que tenemos de España y África la que nos lleva un poco a ser así. Es algo que va con nosotros, como una transformación genética a través de los siglos. Pero también pienso que los jóvenes, como en muchos países del tercer mundo, ven también en las artes y en el deporte una forma de llegar a ser hombres de bien, con buenas carreras y con una profesión que los saque adelante, a ellos y a su familia. Esa puede ser una gran motivación para que en nuestros países las artes se desarrollen. Los comienzos de la compañía fueron difíciles. Empezamos de cero en 1991, en pleno periodo especial en Cuba, imagínese. Fue una locura total.

Y en medio de aquella severa crisis económica decidió seguir adelante.

Me decían que estaba loca, pero más de treinta años después todavía estamos aquí y la escuela tiene más de mil alumnos cada año, con edades comprendidas entre los 5 y los 16. Es una escuela bien completa, incluso para los que finalmente no llegan a ser bailarines profesionales.

A lo largo de su carrera ha recibido importantes reconocimientos (la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica o el Premio de Honor para las Artes y las Humanidades de EE. UU. , que le entregó la primera dama Michelle Obama en 2016). ¿Contribuyen estos galardones a su labor de difusión de la danza?

No. Los premios vienen después de haber hecho toda esa labor. Cuando llevas todos estos años haciendo un trabajo constante, continuo, perseverando, sin darte por vencida, pese a todas las dificultades, pienso que es entonces cuando vienen los premios.

Pero algo ayudan, ¿no?

Sí, ayudan a hacerte aún más visible, a tener más visibilidad sobre el trabajo que estás haciendo, y eso te lleva a nuevas propuestas de trabajo, nuevos intercambios, nuevas colaboraciones con universidades, con escuelas, con compañías, a nuevas giras, a estar hablando usted y yo ahora en esta entrevista en HERALDO, por ejemplo.

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