Así es la Torre Nueva de Zaragoza que propone construir la Fundación Ingenio Azul

Juan Ros y un grupo de estudiantes de Arquitectura han redactado una propuesta del proyecto, que ya se ha entregado al Ayuntamiento de Zaragoza 

Recreación de la nueva Torre Nueva, junto al Museo Gargallo y la iglesia de San Felipe.
Recreación de la nueva Torre Nueva, junto al Museo Gargallo y la iglesia de San Felipe.
Heraldo.es

La zaragozana Fundación Ingenio Azul sigue dando pasos para conseguir su principal objetivo: reconstruir la Torre Nueva. Si hace unos días presentó una proposición no de ley en las Cortes de Aragón para volver a construir la icónica torre (se verá el día 20 de junio), en los últimos días ha presentado al Ayuntamiento de Zaragoza un documento escrito en el que detalla el proyecto. Aunque el documento tiene más de un centenar de páginas, se trata únicamente de un borrador de trabajo. Pero en él ya se trasparenta cómo podría ser el edificio.

"La proposición no de ley la presentamos el 28 de mayo no por casualidad, sino porque era el día en que se cumplían 132 años del derribo de la torre original –relata Emilio Parra, presidente de Ingenio Azul–. Y acto seguido hemos presentado la propuesta al ayuntamiento. El plazo de ejecución que tenemos previsto es de 38 meses, de los que solo 18 serán de construcción propiamente dicha, el resto es tiempo necesario para lograr los diferentes permisos. Hay trámites que realizar ante el Ayuntamiento pero también ante la DGA, porque la torre se ubicará en el entorno de varios edificios declarados BIC y tiene que pasar por la comisión de patrimonio".

La propuesta de reconstrucción de la Torre Nueva ha sido redactada por Juan Ros y un grupo de sus estudiantes de quinto de Arquitectura de la Universidad de Zaragoza: Jorge Buil, Matilde García, Diego Lagunas, Elena Maschi, Daniel Prieto, Graciela Puppi y Carla Zagal.

Y el equipo, en las primeras páginas del documento, plantea: "La pregunta más importante que tenemos que hacernos es si realmente los zaragozanos estamos obligados a lamentar la pérdida de la Torre Nueva eternamente, generación tras generación, y si es así, por qué, quién decide que sea así y si una sociedad inteligente, informada, madura y dueña de su destino puede decidir en algún momento lo que corresponde en un caso como éste, lo que nos retrotrae a la cuestión de sondear la voluntad ciudadana (…) Apostamos abiertamente por que, si la sociedad mayoritariamente así lo decide, el poder político proceda a la reconstrucción de la Torre Nueva".

El documento propone recontruir la torre en el mismo emplazamiento en el que estaba, en la plaza de San Felipe. Para ello, se pivotará la cimentación para que no apoye en los vestigios de la torre que se conservan bajo el suelo de la plaza.

Un aspecto importante es el de la inclinación. La torre llegó a presentar tres tramos diferenciados. Según el proyecto, "por razones de coherencia estética y artística proponemos que tenga una sola inclinación, aunque con ello no reproduzcamos la sucesión de eventos antiguos a modo de pastiche temporal". Y la inclinación arrancará ya desde el mismo suelo, no en el primer cuerpo.

Otro punto importante será el chapitel. La torre original tuvo uno, muy airoso, pero se derribó en 1878, 14 años antes que el resto de la torre. Según el documento presentado al ayuntamiento, "la retina social, el icono popular, la singularidad, la magnificencia máxima alcanzada y su relevancia internacional exigen apostar por una torre con chapitel y sus casi 20 metros de altura añadidos, para emerger singularmente en el ‘skyline’ de la ciudad". "Habrá chapitel -subraya Emilio Parra–. Así serán 80 metros de altura, lo que le dará espectacularidad".

¿Tendrá reloj? "En esto tenemos algunas dudas –añade–. No sabemos si ponerlo, si hacerlo mecánico o digital pero con esfera tradicional... Lo que sí tenemos claro es que las campanas nos las vamos a ahorrar". Y también se da por hecho que el ascensor va a ser completamente vertical, que no va a reproducir la inclinación de la torre porque "obligaría a convertirse en un funicular". "La nueva Torre Nueva va a ser igual a la original en un 85%", concluye Parra. Y el documento firmado por Juan Ros reconoce que la clave del proyecto está en "acertar con el respeto a esa herencia intangible, sin violentarla. Aquí es donde puede volver a reproducirse el habitual debate sobre si deben replicarse con total fidelidad los aspectos más detallados y menores de la torre o es suficiente con un grado de similitud que haga a la nueva torre totalmente identificable con la antigua".

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