Un texto de la Cábala que menciona a Satán, en el lateral de la iglesia de San Carlos

La segunda inscripción que el 'Banksy aragonés' ha colocado en un templo zaragozano es una oración "para conectarse con el poder de la Creación"

La inscripción ha despertado ya mucho interés en el vecindario de la iglesia de San Carlos.
La inscripción (a la izquierda, en tono claro) ha despertado ya mucho interés en el vecindario de la iglesia de San Carlos.
Toni Galan

Hay un bromista, o quizá un 'Banksy aragonés', que está colocando inscripciones falsas en algunos templos zaragozanos. A la inscripción de 'Memento amori' aparecida hace ahora 10 días en el exterior de la catedral de la Seo, se ha sumado en las últimas horas otra en la iglesia del Seminario de San Carlos. La inscripción, realizada en piedra arenisca de color claro y de casi un metro de altura, está escrita en caracteres hebreos. Aunque en las primeras horas tras el hallazgo se pensó que no significaba nada, que era una serie de letras al azar, o incluso que se trataba simplemente de la reproducción del alfabeto hebreo (el alefato) parece que no es así. Timna Freire, presidenta de la asociación Sefarad-Aragón, ha logrado dar con la clave, no sin consultar a rabinos y a otros especialistas. Se trata de la reproducción, con tres 'faltas de ortografía' incluidas, eso sí, de un texto de la Cábala.

La Cábala (también escrita Kabala y Kabbalá, entre otras grafías) es, según el diccionario de la RAE, "el conjunto de doctrinas teosóficas basadas en la Biblia, que, a través de un método esotérico de interpretación y transmitidas por vía de iniciación, pretende revelar a los iniciados doctrinas ocultas acerca de Dios y del mundo".

"El texto de la inscripción es algo que muy pocos pueden entender de verdad, pero que todo el mundo puede copiar mirando en internet", destaca Timna Freire. Se trata del Aná Bejóaj, que no es exactamente una oración, pero sí algo parecido, creada por Rav Najunyá ben HaKaná entre el primer y segundo siglo de nuestra era y que está considerada por los cabalistas como "una de las formas más poderosas de conectarse con el poder de la Creación". Para los cabalistas, cada vez que se recita se regresa a la Creación y a la energía cósmica. 

La inscripción encontrada en la iglesia de San Carlos tiene la particularidad (la incongruencia, más bien) de estar encabezada por dos símbolos taoístas, dos hexagramas que representan al fuego y al agua. Este dato, unido a las 'faltas ortográficas' (el autor, no familiarizado con el alfabeto hebreo, ha copiado mal algunos caracteres) llevan a Timna Freire a una conclusión firme: "El autor de la inscripción no es judío. Ha debido tomar el texto de internet o de un libro y lo ha copiado en la piedra, no sabemos con qué intención".

El problema que planteaba en un principio la identificación del texto, y por eso se pensó que era un conjunto de letras inconexas, es que el Aná Bejóaj es bastante críptico. Es un texto en siete líneas (está relacionado con los siete días de la Creación) y cada una de ellas consta de dos secuencias de tres caracteres. El autor zaragozano de las inscripciones no pudo copiarlo tal cual porque busca un emplazamiento ideal para pegarlas a la pared y el que encontró en el Seminario de San Carlos le ofrecía un serio problema: disponía de una franja muy estrecha de espacio, lo que le obligó a dividir cada línea en dos y, así, en lugar de siete líneas de seis caracteres, esculpió 14 líneas de tres caracteres cada una. Con ello ha desvirtuado el espíritu del mensaje, otro dato que apunta a que no conoce en realidad la oración.

En todo momento hablamos de caracteres, porque el texto del Aná Bejóaj no está constituido por palabras, sino por iniciales de palabras. Es como si fuera un acróstico o una regla memorística. Así que en un primer momento, y más si no presenta la apariencia original, el lector hebreo no le encuentra sentido y solo los iniciados saben interpretarlo.  El lector interesado en estos temas encontrará en internet algunas páginas en las que se profundiza en el Aná Bejóaj y en la Cábala, y en el gráfico que acompaña a este artículo se incluye una de las traducciones encontradas en la red. 

Lo que está claro es que, aunque pueda pensarse en un simple bromista o en un vándalo, parece tener más peso la hipótesis de que el 'Banksy aragonés' está intentando trasmitir algo. Pero el mensaje, de momento parece incompleto.

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