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El plan de choque de Lectura y Matemáticas empezará solo en los centros con más rezagados

El ministerio transferirá en breve 95 millones a las autonomías, de los 500 en que tasó la ejecución completa, para echarlo a andar ya en septiembre.

Alumnos de 4º de la ESO del colegio El Salvador recuperaron ayer la presencialidad total en el aula.
Foto recurso de un aula. 
F. Jiménez

El Gobierno va a cumplir su promesa de poner en marcha en septiembre un plan de choque escolar para mejorar y reforzar el aprendizaje en Matemáticas y Comprensión Lectora durante toda la enseñanza obligatoria, pero su despliegue en el conjunto de los centros públicos españoles será más lento de lo anunciado. La inexistencia de Presupuestos del Estado propios para 2024 (están prorrogados los de 2023) ha mermado la dotación económica inicial prevista.

El Consejo de Ministros aprobó hoy la propuesta del Ministerio de Educación de transferir en breve a las autonomías, que son quienes gestionan esta competencia, 95 millones de euros para poner en marcha las medidas del plan. Ante la merma inicial de recursos, se comenzarán a implantar solo por los colegios e institutos en los que haya un porcentaje superior de alumnos rezagados en ambas asignaturas, normalmente los de barrios más pobres.

El presidente Pedro Sánchez, cuando anunció el proyecto hace medio año, habló de una inversión plurianual para ejecutarlo de unos 500 millones, pero nunca llegó a especificar en cuántas anualidades y con qué montante. Fuentes gubernamentales indicaron que si el Ejecutivo logra aprobar este otoño Presupuestos para 2025 incluirían una cantidad para el próximo curso adicional a la que ahora se transfiere, rescatada de partidas de fondos del ministerio sin ejecutar.

El anuncio de Sánchez se produjo el 21 de enero, justo un mes y medio después de que los alumnos españoles de 15 años (la mayoría de cuarto de ESO) sacasen sus peores resultados en Matemáticas y los segundos más bajos en Lectura de las ocho ediciones realizadas en lo que va de siglo de las pruebas PISA, la evaluación educativa externa más prestigiosa del mundo. Eso sí, en línea con el desplome generalizado de las calificaciones en los países más desarrollados. Este plan busca evitar que la auditoría de calidad que supone PISA siga alertando a España cada trienio, como ocurre hace más de una década, que el nivel de los estudiantes al final de la educación obligatoria es cada vez más bajo.

El acuerdo que el Ministerio de Educación terminará de cerrar en los próximos días con las autonomías prevé destinar las dos terceras partes del dinero, 64,8 millones, al impulso de la enseñanza de Matemáticas, que es donde está el grueso del retroceso. Para el inicio de las actuaciones de refuerzo de Lectura recibirán otros 30 millones.

El plan de lectura se aplicará en toda la enseñanza obligatoria, desde el último curso de Infantil hasta el final de la ESO, incluyendo la FP Básica. El de Matemáticas abarcará desde tercero de Primaria (8 y 9 años) hasta el último curso de ESO o FP Básica (que llegan de forma general a los 16 años). La limitación financiera inicial obligará a una implantación progresiva. El ministerio aún no ha determinado cuándo saltará de los centros con más rezagados hasta los casi cinco millones de estudiantes de colegios públicos a los que está previsto que beneficie el despliegue total.

Esta financiación específica actual y futura tiene como objetivo permitir cuatro grandes actuaciones. En primer lugar, desdoblar los grupos durante el horario escolar para rebajar la ratio de alumnos por profesor en estas materias y poder realizar una enseñanza más intensiva y personalizada, que aumente el aprovechamiento individual.

Instrucción en cascada

La segunda actuación es impartir clases de refuerzo en Matemáticas fuera del horario lectivo (con docentes del centro o contratados al efecto) a los alumnos con mayor retraso en el aprendizaje. El proyecto también aportará fondos a los centros para medios que aumenten su autonomía a la hora de planificar y aplicar la enseñanza.

La cuarta medida es muy relevante. Se abordará lo que se llama una formación en cascada a todos los profesores que imparten la competencia en Matemáticas. La idea es que, paulatinamente, todos logren una actualización de conocimientos tanto docentes como pedagógicos para la puesta en marcha de nuevas metodologías que mejoren los resultados del alumnado. Para ello, expertos del ministerio diseñarán el programa formativo y habrá, tanto en cada autonomía como en cada centro, un coordinador del proyecto y docentes asesores, que a su vez irán formando a profesores que se convertirán también en formadores del resto.

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