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Junqueras-Rovira, un divorcio político que puede salir muy caro

La secretaria general de Esquerra se hace con el poder en el partido y ahora todo acuerdo en Cataluña pasa por negociar en Ginebra.

Junqueras y Rovira piden "revalidar mandato" del 1-O para que sea definitivo
Imagen de archivo de Oriol Junqueras y Marta Rovira

Oriol Junqueras y Marta Rovira han formado durante años uno de los matrimonios más longevos de la política española. Las parejas (González-Guerra, Iglesias-Errejón, Sánchez-Calvo...) suelen desgastarse y acaban rompiéndose. El tándem Junqueras-Rovira parecía eterno. Pero también ha acabado saltando por los aires. Es un divorcio muy reciente, tras trece años al frente de ERC, y ha provocado que la formación pactara con Junts y no con el PSC en la Mesa del Parlament y que los republicanos no hayan entrado aún al Gobierno socialista de Barcelona. Y falta la investidura del presidente de la Generalitat.

Junqueras y Rovira cogieron una ERC hundida y partida por la guerra entre Carod y Puigcercós -tras la experiencia del tripartito- y la llevaron al Palau de la Generalitat 40 años después. Esta pareja resistió la distancia (uno en la cárcel y ella en Ginebra), pero lo que ya no ha podido aguantar es el fracaso electoral registrado en los cuatro últimos comicios (municipales, generales, catalanes y europeas). La gestión del descalabro les ha separado definitivamente. Junqueras y Aragonès chocaron sobre la conveniencia de adelantar los comicios catalanes. Rovira ha acabado alineándose con el presidente del Govern en funciones.

Junqueras cesó como presidente del partido pero avisó que su intención es volver a presentarse. Rovira, que abandonará la secretaría general tras el congreso del partido de noviembre, aboga por nuevos liderazgos y está buscando un candidato alternativo a Junqueras. Pero hasta noviembre, la riendas republicanas las lleva ella. Junqueras se ha apartado de la dirección y por tanto todo el poder recae en la secretaria general. Si en la investidura de Pedro Sánchez todo pasaba por Waterloo, ahora todo pasa por Ginebra: la investidura del presidente de la Generalitat, la repetición electoral, la elección de un candidato si hubiere nuevos comicios y el futuro del partido.

En el distanciamiento entre Junqueras y Rovira no solo cuenta lo personal. También hay motivos estratégicos. El expresidente del partido fue el ideólogo del acercamiento al PSOE y de intentar ensanchar la base republicana. Dicen quienes bien le conocen que con los años se ha inclinado más hacia la E de Esquerra que hacia la C de Catalunya de las siglas del partido. La dirigente está ahora más en la tesis de volver a la unidad independentista. Si hay elecciones, Puigdemont intentará seducir a ERC para ir juntos en la misma candidatura, como en 2015. La secretaria general lo rechazó en los momentos duros del 'procés', en pleno 2017. Quizá ahora cambie de opinión.

Causa de Tsunami

Rovira podría volver tras la entrada en vigor de la ley de amnistía. Pero ya ha avisado que hasta que el juez no archive la causa por terrorismo del Tsunami Democrático no regresará a casa. De hecho, en sus últimas declaraciones públicas incluso no ha descartado quedarse a vivir en Ginebra unos años, una vez que su hija se ha hecho a su colegio suizo y su marido ha encontrado trabajo en la ciudad helvética. Su hija tiene 13 años y cumplió seis cuando su madre huyó sola a Ginebra ante el riesgo de ir a prisión.

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