Nacional
Suscríbete

Resultados de las elecciones europeas en España

Triunfo de Feijóo en las elecciones europeas ante un Sánchez que resiste a costa de vaciar a sus socios

El líder del PP vence por dos escaños y cuatro puntos, pero no termina de apuntillar a un presidente que encadena tres derrotas.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (centro-i), junto cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Dolors Montserrat, celebran los resultados
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (centro-i), junto cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Dolors Montserrat, celebran los resultados
Jesús Hellín

El test de estrés que ha enlazado cuatro elecciones en apenas cuatro meses en España sometió anoche a los partidos a un martirio a ciegas en unas europeas en las que solo el Gobierno fue conociendo los resultados y que acabó con un escrutinio, pasadas las once de la noche, que reajusta el tablero de la legislatura pero sin un movimiento telúrico. En una jornada agónica, Alberto Núñez Feijóo conquistó una victoria que, en otras circunstancias y si él mismo no se hubiera autoimpuesto convertir este 9-J en un plebiscito para forzar la salida de Pedro Sánchez de la Moncloa, sería incontestable por comparación con 2019: 22 escaños, diez más (9 tras el reparto por el 'brexit) que hace un lustro, con un repunte de 14 puntos y millón y medio de votos. Los populares infligen al PSOE su mayor derrota en unas europeas en un cuarto de siglo y mejoran su porcentaje con respecto a las generales. Pero Sánchez resiste en los 20 eurodiputados (21 después de la salida de Reino Unido de la UE) aunque sea a costa de vaciar a Sumar, cuya debilidad se ahonda profundizando la del Gobierno de coalición.

Las elecciones son no solo los resultados propios, sino también los relativos en conjunto y la gestión de las expectativas. Son estas últimas las que han vuelto a jugar contra un Feijóo que llegaba, según los sondeos, más airoso a esta cita con las urnas transformada en clave para el devenir de una legislatura que no termina de carburar y atada, en buena medida, a la ley de amnistía aún por publicar en el BOE. 

El jefe de filas del PP continúa sin saber lo que es perder unas elecciones -desde que aterrizó en Génova hace dos años ha ganado las municipales, las generales y ahora las europeas y a visto mejorar los resultados de los suyos en todas la autonomías-, pero no consigue el golpe de gracia que ambiciona propinar a Sánchez para que abandone el poder. Cuca Gamarra subrayó en la primera valoración del escrutinio que con una distancia menor que los cuatro puntos de ventaja que su partido ha infligido a los socialistas Sánchez adelantó las generales tras el revés de las municipales del 28 de mayo del año pasado. Pero aquello fue un batacazo en toda regla y lo de estas europeas no, aunque solo sea porque las perspectivas para el presidente pintaban bastante peor en puertas de la campaña.

Haber cedido ante Feijóo por solo dos escaños y retener el 30% de las papeletas que los socialistas interpretan como su principal blindaje es, sin embargo, casi lo único de lo que puede felicitarse un Sánchez que acumula su tercera derrota en unos comicios de ámbito general en poco más de un año pese a mantenerse en la Moncloa, erigida cada vez más en una trinchera pese a que el PP no consiga consumar el asalto definitivo. 

La evidencia de la erosión quedó reflejada en el ambiente más festivo que envolvió la comparecencia de Feijóo pasada la medianoche frente al esfuerzo de la vicepresidenta Teresa Ribera, la cabeza de lista de los socialistas -el presidente se desplazó a Ferraz pero no hizo acto de presencia ante la militancia-, por reivindicar el aguante del "Gobierno de progreso" frente al cerco de "la máquina del fango". 

Aunque el hecho de que las europeas de hace un lustro coincidieran en España con las municipales y varias autonómicas dificulta las comparaciones con este 9-J, en el que la participación se ha quedado en un muy corto 49,21% para todo lo que estaba en juego, el PSOE se impuso entonces a los populares de Pablo Casado por ocho escaños, 13 puntos y casi tres millones de votos de margen.

Cuarta decepción

El vuelco a favor de los de Feijóo no solo es palmario. La resiliencia de Sánchez lo es gracias a la merma de la mayoría de sus socios, empezando por el Sumar de Yolanda Díaz que encadena, con tres escaños, su cuarta decepción electoral en este semestre de feroz competencia política. El PP ha logrado en solitario casi el mismo porcentaje de voto que los socialistas y los magenta juntos, en unas europeas en las que el país ha girado a la derecha en consonancia con los ecos en la Unión, con Vox subiendo de cuatro a seis escaños y la inclasificable irrupción de la plataforma Se Acabó la Fiesta del agitador Alvise Pérez, que entrará en la Cámara de Estrasburgo con casi 800.00 sufragios, tres representantes y un peso del 4,58%. 

Para calibrar lo que estas cifras significan baste consignar que son casi un calco de las obtenidas por Sumar, partido de Gobierno y con una Díaz que hizo campaña mandando "a la mierda" a las derechas que han sacado diez puntos de distancia a las izquierdas. Pérez ha mordido en el electorado potencial de Vox, que ha subido, sí, pero menos de lo que le auguraban los sondeos.

Sánchez presentó estos comicios, primero, como un dique de contención frente a "la internacional ultraderechista" con la que acabó equiparando al PP; y en la última semana, una vez conocida la imputación de Begoña Sánchez por presunto tráfico de influencias, como una respuesta a «los bulos» que acecharían a su Gobierno. El escrutinio certifica no solo que el presidente no ha logrado darse "el gustazo", como proclamó en sus últimos mítines, de vencer a Feijóo. También que su estrategia puede ayudarle a él a sobrevivir, pero con el precio de nutrir a la derecha más radicalizada que dice combatir y de ir socavando a los aliados de los que depende. Y el resultado, en lo más personal, dista de suponer la pretendida exoneración popular del señalamiento judicial a su esposa.

Le ha ido mal a Sumar y tampoco le ha ido bien a Podemos pese a amarrar el escaño de Irene Montero y uno más: una década después de su fulgurante aparición en las europeas de 2014, los morados, divorciados de Sumar, quedan relegados a séptima fuerza. A Sánchez le aguarda desde hoy mismo la incierta agenda catalana con Junts y ERC padeciendo de nuevo en las urnas frente a un PSC que ha asentado su triunfo del 12-M sin que eso garantice ni la continuidad de la legislatura en la comunidad ni la española. Y en Euskadi, el pulso PNV-Bildu ha caído del lado de los de Arnaldo Otegi tras el empate en las autonómicas de abri. Hoy la legislatura entra en otro trance, con Feijóo sin terminar de apuntillar a Sánchez y éste con su fortín monclovita cada vez más martilleado.

  

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión