gastronomía
Reabre el restaurante Casa Royo de Zaragoza con novedades a la brasa
Este establecimiento de la carretera de Logroño cerró el pasado mes de marzo y ahora vive una nueva etapa.
"Estimados clientes, les comunicamos que Restaurante Casa Royo cierra sus fogones y brasa de forma indefinida por jubilación". Esa frase era el punto final a una etapa de más de 40 años de Casa Royo, un restaurante de la carretera de Logroño famoso por sus brasas. Sin embargo, este lunes reabrió con novedades, pero sin perder la identidad.
"Continuamos en la misma línea, todo igual, pero hemos introducido algunos cortes nuevos y pescados", cuentan desde el zaragozano Grupo Gustum, que son los nuevos que gestionan el restaurante. Félix, su anterior propietario, ya ha visitado en su nueva etapa el establecimiento fundado en 1947.
Tanto él como otros clientes asiduos mostraban expectación después de que se vieran coches de nuevo en el aparcamiento. "Las redes sociales, como Facebook o Instagram, y el boca a boca han hecho mucho también", añaden desde el grupo hostelero, asentado en Garrapinillos y con presencia en restauración de ruta.
Como han anunciado desde el grupo, la brasa es su fuerte, con Ternasco de Aragón, entrecot, chuletón, conejo, pollo, codorniz o careta. Además de longaniza, butifarra y chorizo. En el capítulo de los pescados se encuentra pulpo, lubina o dorada. Por encargo también se elaboran jarretes al horno, paella de carne, de marisco, fideuá de embutidos o de marisco.
Hay ensalada mixta, ilustrada o sorpresa de jamón. También puede ser una ensalada de rulo de cabra o tomate rosa con ventresca. Los entrantes son variados, desde riñones a lechecillas, pasando por atún en escabeche encebollado o piparras en tempura.
También ofrecen un menú del día: dos platos, bebida y postre por 13,50 euros entre semana. En la bodega hay una especial presencia de las denominaciones de origen aragonesas, aunque también se encuentran vinos de otras zonas de España. Y en el apartado de los postres, los hay caseros, como melocotón en vino, flan, cuajada, natillas o arroz con leche.