gastronomía

Una discreta tasca junto al paseo Sagasta de Zaragoza con comida casera por bandera

Las croquetas son un imprescindible, con sabores son variados, por ejemplo, de cecina con puerro, longaniza con pimiento y huevo frito o de borraja, gamba y oliva de empeltre.

Pilar Oliván, en Casa Arriazu, en Zaragoza.
Pilar Oliván, en Casa Arriazu, en Zaragoza.
Montañés

Pilar Oliván Arriazu confiesa que la hostelería le enganchó y al final entró hasta los fogones. Estaba estudiando Psicología y en los veranos comenzó a trabajar en los bares de piscinas rurales en verano, como Jaulín o Longares.

Ahora muestra su pasión en Casa Arriazu, una tasca que se ubica en un alto de la calle de Gil de Jasa, paralela al céntrico paseo de Sagasta. "Arriazu es como la cocina de una familia numerosa", resume Pilar, se aprecia en las recetas artesanas y de aprovechamiento.

El nombre hace honor a su madre, Pili, una hija de Ribaforada que siempre había tenido la espinita de abrir una casa de comidas. "No sabía que le iba a poner su apellido y se emocionó mucho", recuerda Pilar.

Casa Arriazu es destino del vermú y se ofrecen bocados muy tradicionales: ensaladilla, vinagrillos... Y otros clásicos, pero «con un toque diferente», como describe Oliván. Por ejemplo, un ‘perrico’ caliente, con secretos como el calçot.

Las croquetas son totalmente caseras: "Hago hasta el pan rallado", confiesa Pilar. Los sabores son variados, por ejemplo, de cecina con puerro, longaniza con pimiento y huevo frito o de borraja, gamba y oliva de empeltre que presentó en la última edición del Concurso de Croquetas de Zaragoza y Provincia. Otra opción para picar es el preñao de huevos rotos y longaniza. A la oferta se suman sus cachopos, cachopines, hamburguesas en pan de cristal y bocadillos.

También ofrece algún plato suelto que prepara en el momento, "pucheros a fuego lento y guisos con paciencia y cariño" los denominan. Son pencas rellenas de crema de longaniza –que es una estrella que casi siempre tiene–, pollo al chilindrón, bacalao, legumbres, potajes... Y de postre, algo casero, como una tarta de queso con caramelo o de zanahoria, coco y almendra.

En la barra llama la atención una amplia gama de vermús. "Tengo unos diez o doce diferentes. Están de moda, es el nuevo gin-tonic", concluye entre risas.

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