La Tarantella abre sus puertas y le da el relevo a Casa Hermógenes en el Tubo de Zaragoza


El Tubo acoge en el corazón de las cuatro esquinas esta trattoría y pizzería que busca acercar la cocina italiana a un público amplio.

Ana María Alexe y Taoufik Akhrib, en la puerta de La Tarantella.
Ana María Alexe y Taoufik Akhrib, en la puerta de La Tarantella.
Alejandro Toquero

El restaurante Casa Hermógenes del Tubo de Zaragoza llevaba seis años cerrado, pero desde esta semana su puerta se ha vuelto a abrir. Lo hace como trattoría y pizzería italiana, un modelo de negocio que no está representado en el corazón de las cuatro esquinas del Tubo. De hecho, en esta zona apenas hay restaurantes donde poder acomodarse y disfrutar tranquilamente a la mesa durante al menos una hora.

Lo que está testado que funciona en esta popular zona de ambiente son los bares de tapas y raciones para un picoteo informal y, generalmente, rápido. Es decir, que haya mucha rotación de publico y de género. Así que una apertura de estas características no deja de ser un riesgo.

Sin embargo, Hermógenes Carazo, propietario de La Tarantella -que así se llama el nuevo proyecto- cree que hay hueco para este tipo de comida “que se adapta desde el niño hasta el abuelo, porque en la carta hay propuestas para todos”. De hecho, no se ha complicado mucho la vida y de la mano del cocinero Taoufik Akhrib, que ha trabajado en Italia, se ha diseñado una carta que, a su juicio, “recoge lo que más demanda la clientela cuando va a este tipo de restaurantes”.

El comedor tiene capacidad para alrededor de 40 personas.
El comedor tiene capacidad para alrededor de 40 personas.
Alejandro Toquero

Como entrantes, provolone al horno y varios carpaccios, ensaladas clásicas como César y Caprese, lasaña de carne y vegetal, escalopines y cuatro risottos muy populares. Otro capítulo es el de la pasta -de trigo duro, fresca y rellena- para acompañar con distintas salsas y, por último, las pizzas. En definitiva, una carta sencilla pero bastante amplia en propuestas para disfrutar en las mesas de la planta calle, donde, como mucho, pueden acomodarse 40 personas.

De momento, la bodeguita de la planta sótano no se abre. Durante la etapa de Casa Hermógenes, por ella pasaron muchos personajes relevantes del ámbito cultural y político. En sus paredes hay un amplio muestrario de fotografías y recuerdos de esas visitas. “Sigue igual que estaba -comenta Hermógenes Carazo-, no se ha tocado nada y la idea es que pueda volver a utilizarse para ese tipo de encuentros privados”.

En la zona de comedor de La Tarantella sí que ha habido algún cambio, como las sillas, aunque no muchos más. El local mantiene un aire modernista y se ha bajado algo la iluminación. Poco más hay que reseñar al respecto.

Taoufik Akhrib, preparando una pizza en la cocina.
Taoufik Akhrib, preparando una pizza en la cocina.
Alejandro Toquero

Hasta cierto punto, explica Ana María Alexe, responsable de sala, el funcionamiento va a ser singular porque “no vamos a hacer reservas de mesas ni ofrecemos comida a domicilio como la mayoría de los italianos; el que quiera una pizza para llevar la encargará en el local y la tendrá diez minutos después”.

Hermógenes Carazo cree que es ahora, con la llegada de Ana María y de Taoufik, “cuando se dan las condiciones para poner en marcha esta trattoría; buscaba un cocinero con experiencia, ilusión y con ganas de asentarse en el proyecto, y me parece que he dado con esas personas”.

“El reto es grande pero creemos que en el Tubo también hay público para esta propuesta”, comentan los dos profesionales a las puertas del local con una pizza tarantella, que le da nombre, en la mano. “Creemos que es una de las que va a triunfar; lleva rodajas de tomate natural, mozzarella de búfala, jamón serrano y rúcula”.

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