gastronomía
El restaurante Amazonic fusiona Colombia y el Mediterráneo en Zaragoza
Frutas tropicales y pescados frescos protagonizan la carta con platos muy creativos.
Amazonic by Gala es la apuesta de dos jóvenes colombianos, Camilo Andrés Casallas y Lina Vanesa Soto, afincados desde hace tiempo en Zaragoza que muestran lo que da de sí su propuesta de fusión de Sudamérica y el Mediterráneo. Cunde mucho desde el desayuno hasta la cena. A ello contribuye el local -el mismo donde estaba el restaurante Goralai-, que tiene una cocina magnífica, un sueño para cualquier cocinero con ganas de trabajar.
El punto de partida está en su país, de donde muestran muchas frutas y trabajan con cariño el maíz, ajís o papas criollas. Hay bastantes argumentos de la gastronomía colombiana, que no es tan conocida como la de Perú o Brasil. Con las frutas tropicales preparan salsas como la mayo, guayaba o piña colada y reducciones de tamarindo, mango y aguacate.
Las notas dulces, ácidas, amargas o saladas sorprenden en el paladar, pero están perfectamente adaptadas a nuestra cultura gastronómica. Ni los picantes saturan, ni el dulce empalaga y la acidez de la fruta está equilibrada. Se experimenta, pero sin salirse de un guión reconocible. Es el caso, por ejemplo, del steak tartar clásico, aliñado con una vinagreta de frísales y crocante de yuca.
La carta es amplia y no se ciñe solo al momento de la comida y la cena. Abre a las ocho de la mañana para ofrecer desayunos y complementarlos hasta mediodía con muchas propuestas para que cada cliente diseñe su propio brunch. Hasta 25 recetas pueden incorporarse a este momento gastronómico: varias omelettes y curiosas tostadas como la Capresse. En este caso, la típica pizza se ha transformado en una tostada de masa madre bañada en pesto de pistacho, burrata de bufala y raf asado a baja temperatura.
Por supuesto, en un buen brunch no pueden faltar los huevos benedict, pero también los hay turcos o rancheros. Y los pancakes o tortitas caseras tienen apartado propio. El de taro es uno de los más sugerentes. Es de arándanos relleno de frutas de temporada bañado en chocolate Kinder caliente y avellanas tostadas.
El listado continúa con los bowl amazonic, griego y de pollo, y entre las bebidas, merece la pena acercarse a sus sodas (agua gasificada con siropes naturales), como la de jengibre, miel y limón, y a las limonadas, como las de coco o de hierbabuena y lima. De momento, no hay una propuesta de brunch a precio cerrado, pero son tantas las alternativas que casi se agradece.
A Camilo le gusta ir a Mercazaragoza por lo menos tres veces a la semana, ver el género y escoger. Sobre todo la fruta y el pescado, así que se lleva la nevera, compra lo que le apetece cocinar y su frescor lo traslada a la mesa.
En este sentido, uno de sus platos más representativos es el aro de pescados, elaborado con corvina acevichada, salmón marinado y atún rojo sobre una base de plátano macho y huevas de lumpo. Entre los entrantes, la vieira se presenta en la concha con pulpo y camarón con una salsa cremosa a base de portobello trufado. Tacos acompañados de cochinita pibil, arepas o nachos también forman parte del muestrario de platos para compartir en el que los huevos rotos en versión poché se sirven con salsa de chirivía y foie.
Una de las recetas que más se identifica con Colombia es la porchetta de la casa. La carne de cerdo se asa a baja temperatura y se glasea en un chutney de lulo con chips de papas nativas. Le va muy bien el dulzor.
En cuanto al resto de la carne, se puede disfrutar de cortes variados como el carpaccio de solomillo, osobucco, picaña de vaca, meloso de codorniz o costillas de cerdo glaseadas. La parrillada mar y tierra combina en el mismo plato gambones de Huelva, panceta, picaña y chorizo con salsa chimichurri y ají de mango.
Lo dicho, una carta amplia para dejarse sorprender.
