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Autónomos resilientes en Zaragoza: "Se vive más tranquilo trabajando para otros"

La carga fiscal y el precio de los alquileres preocupan a los trabajadores por cuenta propia, que Aragón sigue perdiendo sin volver a los 100.000 que tuvo. Pese a todo, el espíritu emprendedor resiste.

Ramón Lertxundi, propietario de La Barbería del 68 en el barrio de La Almozara.
Ramón Lertxundi, propietario de La Barbería del 68 en el barrio de La Almozara.
H. A.

Ramón Lertxundi ha tocado varios palos antes de coger las tijeras de su barbería en el barrio de La Almozara de Zaragoza.  Además, sabe lo que es ser empleado y después su propio jefe y tiene claro que "se vive más tranquilo trabajando para otros". Sin embargo, sigue viendo más ventajas al trabajo por cuenta propia. "Es una preocupación constante, pero también una satisfacción", asegura. El número de autónomos en Aragón ha seguido bajando la primera mitad del año (493 menos) y se mantiene por debajo de la barrera casi psicológica de los 100.000 (99.097), según el saldo de bajas y altas que publica mensualmente la Seguridad Social. 

La carga de impuestos y los precios de los locales figuran entre los costes más difíciles de sobrellevar por los autónomos. "Los alquileres han subido en Zaragoza y a las peluquerías y barberías nos subieron el IVA al 21% y aún no lo han bajado", cuenta el barbero en la lista de costes que tienen que encajar periódicamente. El sector de la imagen lleva desde la crisis  pasada reclamando que se recupere un tipo más bajo, sin suerte pese a sus protestas. Lertxundi, nacido en San Sebastián pero afincado en Zaragoza hace doce años, tuvo muy en cuenta el coste fijo que supone un arriendo. "Busqué un local que no tuviera muchos gastos. Desde el primer momento cubrí gastos, por lo menos me sacaba un sueldo y hoy en día, también", afirma sobre su negocio, La Barbería del 68, nombre que puso por su año de nacimiento.

Carga fiscal y financiación

"Hay dos elementos que paralizan la actividad de estos sectores: la carga fiscal y que el acceso a la financiación es asimétrico, tienen más dificultad los pequeños", añade Álvaro Bajén, secretario general de la organización de autónomos y profesionales UPTA-Aragón. "Es necesario un estatuto fiscal propio para los autónomos", plantea. Añade un tercer quebradero de cabeza del que asegura "nunca se habla", como es la carga laboral. El coste que supone crear empleo, que es el mismo que para una mediana o gran empresa. "Hay que favorecer más la contratación a los autónomos", para lo que apoya "cargar más a la administración", en cuando al reparto del peso para que el trabajador no pierda derechos, pero el autónomo pueda afrontar el coste de contratar. 

En cuanto a la renta del local, Javier Val, director de Emprendimento de CEOE Aragón, considera que "ahora mismo los alquileres están muy variables, puedes encontrar opciones asequibles y muy cerca otros carísimos". De ahí que, en algunos casos, "los profesionales buscan espacios conjuntos que les ahorren costes".

Comercio y hostelería sufren caídas

De los 99.097 autónomos que permanecían de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en la comunidad en junio, 63.906 fueron hombres y 35.191, mujeres. El dato total se situaba por encima de los 100.000 antes de la crisis económica anterior. En 2008 el número de afiliados al RETA llegaba a 117.865 personas. El saldo comenzó a bajar ese año, cayó por debajo de la barrera de los 100.000 en 2022 y así ha seguido, según los datos oficiales recogidos por UPTA en su último análisis mensual. 

A nivel nacional, la tendencia de descenso de autónomos se mantiene. Para la organización ATA, la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada la semana pasada y correspondiente al segundo trimestre (de abril a junio) muestra una "preocupante pérdida de autónomos" en la comparación interanual. En el último año se ha registrado una caída de 14.900 autónomos en España, aunque el saldo respecto al trimestre anterior sea positivo, con 58.300 cotizantes más.

"Los autónomos tradicionales, comercio y hostelería, tienen caídas significativas"
(Álvaro Bajén, UPTA Aragón)

​"Tras la pandemia hemos detectado una mayor oferta de traspasos de negocios en marcha. Mucho mas ajustados en cuanto a inversión inicial que antes. Igualmente negocios de profesionales que tras un tiempo por cuenta ajena dan el paso al autoempleo"
(Javier Val, director de CEOE Aragón de Emprendimiento)

En Aragón, las actividades de construcción, el comercio y la hostelería  reúnen tradicionalmente a más autónomos. La primera sufrió una importante criba en la última crisis inmobiliaria. En los tres se han perdido afiliados al RETA en el último año. En el caso del comercio hay 447 negocios menos (caída del 2,33%); en agricultura, un sector marcado por las campañas, 320 (1,79%) y en hostelería se pierden 30 en la resta entre altas y bajas (0,31%). "Los autónomos tradicionales, comercio y hostelería, tienen caídas significativas", resalta Bajén. Todo ello en un momento de desempleo en mínimos, con la tasa de paro en el 8,25% en Aragón según la citada EPA.

"Tras la pandemia hemos detectado una mayor oferta de traspasos de negocios en marcha. Mucho más ajustados en cuanto a inversión inicial que antes. Igualmente negocios de profesionales que tras un tiempo por cuenta ajena dan el paso al autoempleo", cuenta Javier Val, director de CEOE Aragón en el área de Emprendimiento.

Quienes emprenden se enfrentan al reto de cuadrar las cuentas. "Los gastos corrientes tanto de energía como de otros suministros han aumentado y sin embargo la clientela somos mucho más sensibles ante variaciones de precios", reconoce Val. Por ello, destaca que "los nuevos negocios saben que es el trato personal con el cliente lo que puede diferenciarlos".

Sandra Bueso en su tienda Del Revés de Zaragoza.
Sandra Bueso, en su tienda Del Revés de Zaragoza.
H. A.

Sandra Bueso, emprendedora de 41 años, que montó su tienda de ropa de señora unos meses antes de la pandemia, confía en ese trato con el cliente para retener clientela. En marzo de este año se trasladó a un local más grande, en una calle más transitada. "En el cambio de local la visibilidad es diferente, he ampliado en género. Hay un público que cada mes o cada temporada viene, ya tengo una clientela que viene y estando aquí ha surgido una nueva clientela", cuenta desde su comercio Del Revés de la calle Tomás Bretón de Zaragoza. Buscó también un local reformado que no requiriera mucha inversión. En estos casi cinco años de emprendedora ha aprendido a ser resiliente porque al mes de abrir la tienda descubrió que estaba embarazada y seis meses después de la inauguración llegaron las restricciones de la pandemia de covid. Y pese a estos parones ha conseguido incluso crecer con su nueva ubicación.

Otra lucha diaria es diferenciarse frente a la competencia de nuevos canales de venta, incluidos los negocios de precios bajos. "Si no se comprara tanto por internet se compraría más en los barrios", apunta, como defensora del comercio de proximidad. En su caso, busca diferenciarse con "un género pensado para una persona que si quiere una prenda buena no necesita comprarla por internet, la tiene en el barrio".  Ha añadido también el servicio de arreglos, que tiene buena aceptación. "La clienta no tiene que ir a buscar a una persona de fuera", comenta como ventaja. 

Falta de relevo

Bajén explica que por la organización de autónmos pasan también "detallistas que tienen una rentabilidad para poder tener un buen salario e ingresos, pero que no cuentan con relevo generacional ni nadie que quiera un traspaso". A ello se une la expansión de las franquicias de grandes cadenas en zonas céntricas donde los alquileres elevados expulsan al pequeño comercio. En la hostelería "hay una caída significativa del autónomo tradicional", vacío que van llenando emprendedores extranjeros. 

Por otro lado, reconoce que en algunos comercios hace falta una "reconversión" para cerrar "negocios no rentables" que no se han adaptado a las nuevas necesidades y "migrar a actividades rentables". 

El emprendimiento sigue centrado en personas que buscan un cambio profesional por circunstancias personales, crear su propio empleo o estudiantes que empiezan, según la experiencia en las asesorías de la patronal aragonesa. "Debemos favorecer más las transiciones de personas que desde una situación laboral activa quieren mejorar aprovechando su experiencia y optando por montar algo por su cuenta. Al autoempleo no se pasa solo desde el desempleo", recalca Val. 

Ramón  y Sandra pueden considerarse dos emprendedores resilientes. Conscientes de las dificultades pero tenaces en su idea de seguir adelante. "Siempre con miedo, pero con la ilusión de que va a ir a mejor", asegura ella, que disfruta ahora de la ilusión del cambio de establecimiento. No deja de ser realista: "Muchas veces te arrepientes", confiesa, sobre todo cuando llega el momento de cuadrar ingresos y gastos para "no endeudarme y poder pagar todas las facturas".

"Es una carrera de fondo", añade Ramón. "Trabajas para ti y como quieres", recalca del lado positivo, pese a ser consciente del negativo. "Los autónomos nunca hemos estado bien y seguimos igual de mal. Si algún día paráramos todos, se paralizaría el país", asegura, sobre el peso de un colectivo formado por 3,2 millones de personas en España.

"Surgen momentos difíciles, pero a quién no", plantea Sandra.

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