Economía
Suscríbete

Alba Riera: "Se hace mucha bota de vino para regalar, por ser algo único"

Alba Riera encarna la cuarta generación de una saga familiar dedicada a la elaboración artesanal de botas de vino. El negocio, ubicada en Sariñena, cumple 125 años. Es la única botería que aún resiste en Aragón.

Alba Riera, en el taller de Botería Mairal, de Sariñena
Alba Riera, en el taller de Botería Mairal, de Sariñena
Patricia Puértolas

Nunca había entrado en una botería. ¿A qué huele?Huele a piel. Para mí, es el olor que me retrotrae a mi infancia, el que me lleva a recordarme de niña correteando por el taller y ayudando a mis tíos.

¿Y qué tipo de piel es la que utilizan?Para la bota tradicional, la piel es siempre de cabra. Aquí llegan ya curtidas, gracias al trabajo de un artesano que está situado en un pueblo de la provincia de Burgos y que es el único dedicado a este oficio en toda España.

También su negocio es único en Aragón.Sí. En Aragón solo estamos nosotros y en toda España, únicamente hay cinco boterías.

Ha habido épocas difíciles, aunque hemos sabido superarlas, encontrando nuevos mercados y reinventándonos. Porque hemos sabido innovar en el diseño con botas para todos los gustos: de equipos de fútbol, con flores, motivos infantiles o de la tierra...

¿Se trata de un oficio en vías de extinción?Ahora mismo son más los que prefieren tener un trabajo seguro y cobrar una nómina a final de mes. A mí me encanta trabajar con las manos, crear y tocar los frutos de mi esfuerzo. Y por suerte, cada vez son más los que se paran frente a nuestra puerta, entran y valoran lo que hacemos. Ojalá la tendencia se invierta y, al final, la continuidad de este tipo de oficios sea un signo de cambio de la sociedad, donde se valore de verdad el trabajo que realiza el artesano.

¿Por qué debería ser importante ese reconocimiento?Aquí cada bota sigue siendo hecha a mano y con mucho cariño. Todo empieza con la selección de la piel, el corte, el cosido y el tratamiento con la pez, que es la que permite su correcta impermeabilización. También incluye la colocación del brocal, el collarejo y la cuerda así como otros elementos invisibles al ojo. A mí me encanta recibir visitas y mostrar todo el proceso, enseñar que lo que hacemos aquí no solo tiene un valor económico sino sobre todo un valor cultural y emocional, ya que estamos manteniendo vivo un legado. Y la verdad es que nos sentimos muy orgullosos de lo que hacemos.

¿De quién aprendió el oficio de botera?El promotor de Botería Mairal fue el abuelo de mi tío, Nicolás Mairal, que procedía de Casbas y que se trasladó a Sariñena, donde empezó creando primero envases de piel para cubrir una necesidad de entonces ya que había que transportar el aceite que se producía en la zona. Aquí se enamoró, se asentó y después, incorporó la producción de botas de vino. Al jubilarse mi tío, Luis Mairal, apostamos por dar continuidad al negocio, lo que supuso además volver al pueblo, ya que entonces vivíamos en Cuenca, de dónde es mi marido, Ismael.

¿Y continúa pensando que hay futuro?Hace 25 años, cuando nos hicimos cargo del negocio familiar, ya nos decía la gente que era imposible vivir de ello, pero aquí seguimos todavía. Ha habido épocas difíciles, aunque hemos sabido superarlas, encontrando nuevos mercados y reinventándonos. Porque hemos sabido innovar en el diseño con botas para todos los gustos: de equipos de fútbol, con flores, motivos infantiles o de la tierra...

¿Cómo piensan celebrar esta impresionante cifra de 125 años de historia de Botería Mairal?Tenemos previsto personalizar las cajas de envío y hacer una bota conmemorativa, que será una sorpresa. Además, a finales de este año, vamos a dar un salto importante colocando nuestros productos en la mayor plataforma de venta ‘online’. No hace falta ni decir su nombre.

"L primera vez que utilizas una bota te mojarás seguro; pero es divertido y simplemente es cuestión de práctica; y el que no sabe, también puede beber a morro"

Con un proceso tan artesanal, ¿qué producción pueden alcanzar anualmente?Pues la verdad es que producimos alrededor de 15.000 o 20.000 unidades al año. Se vende más de lo que puede parecer.

¿Y quiénes son sus clientes? ¿Quiénes beben todavía en bota de vino?Antes, la bota solo era un elemento propio de los que iban a trabajar al campo. Pero ahora mismo, la usa cualquier persona, desde un niño a un mayor. Se hace mucha bota para regalar, ya sea en bodas o comuniones o directamente, como suvenir, ya que entra muy bien en la maleta y es algo único. De hecho, regalas más que un objeto, regalas artesanía, tradición y cultura.

¿Usted es de las que también bebe en bota de vino?

A diario. Tengo mi bota con vino para las comidas y además, la saco siempre con agua fresca cuando voy a caminar. Y, por supuesto en fiestas y romerías. Ahora, gracias a las nuevas técnicas, ya le puedes meter lo que quieras, incluso hielo picado.

Hay que tener una maña especial para beber…La primera vez que utilizas una bota te mojarás seguro; pero es divertido y simplemente es cuestión de práctica; y el que no sabe, también puede beber a morro.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión