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El textil espera unas rebajas más agresivas este verano para compensar el parón de ventas en 2024

El impacto climático y de los nuevos hábitos de consumo obligan al sector a crecer entre el 5% y el 10% para equilibrar los márgenes.

Los comercios de Zaragoza empiezan las rebajas de verano 2023
Los comercios de Zaragoza empiezan las rebajas de verano en 2023, en una  imagen de archivo.
Guillermo Mestre

El sector textil encara las rebajas de verano con el reto de recuperar el frenazo de los últimos meses, en un momento muy delicado para el negocio ante los cambios de hábitos del consumidor y el impacto de la inflación y la climatología en los niveles de inventario.

A pesar de que esta época del año ha dejado de ser un gran reclamo para los clientes -acostumbrados ya a encontrar promociones a lo largo de todo el ejercicio- Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), indica que se esperan "descuentos más agresivos" que el pasado año, ante el stock acumulado. "El adelanto de la Semana Santa a marzo ha sido negativo; las ventas del sector cayeron ese mes un 7,9%, para ceder un 1,9% en abril y un 3,5% en mayo", explica a este medio Zamácola. En lo que va de año, el descenso acumulado es ya del 1,88%.

"La gente no ha comprado en verano y por eso esperamos rebajas más agresivas que en 2023 y un aumento de las ventas", insisten desde la patronal. Sin embargo, eso no implica un escenario positivo para el sector. "Significa que no hemos generado el margen cuando tocaba", advierte Zamácola. Sin una previsión oficial, desde Acotex calculan que para compensar los últimos meses de menor actividad, las ventas en esta época de rebajas tendrían que acelerarse entre un 5% y un 10%.

Además de con prendas que ahora saldrán a los escaparates con descuentos, los comercios del sector deben buscar nuevas estrategias para recuperar a un cliente que, desde la pandemia, ha dejado en un segundo plano el gasto en textil. "Ahora la gente prefiere gastar en ocio, restauración, etc. antes que en moda", apuntan desde Acotex.

Así lo certifica también un reciente estudio de Kantar, que afirma que "hoy hay menos compradores de moda que compran con menos frecuencia y que gastan en vestimenta un 33% menos que en 2008 (584 euros frente a 393 euros antes de la pandemia)". Por su parte, la Asociación Española del Consumidor apunta a un gasto medio de cada español de 104 euros, 15 euros más que el año pasado.

En todo caso, el escenario es complejo para el sector. En un entorno inflacionista, los analistas de Kantar recuerdan que en estos años el consumidor ha evolucionado hacia compras más orientadas a lo estrictamente necesario, en un momento en el que la subida de precios, aunque en moda y calzado ha sido moderada, ha obligado a ajustar como nunca los presupuestos familiares. "Un 72% de las familias viven al día, es decir, sin capacidad de ahorro. Una dificultad que se traslada a todos los ámbitos, incluida la adquisición de ropa, un gasto difícil de afrontar para el 40% de los hogares", añaden desde la la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Con ese telón de fondo, los datos que maneja la consultora Kantar evidencian que muchos consumidores prefieren ahora hacer sus compras en retailers con precios bajos y nuevos operadores 'low cost', como Shein, Pepco, Zeeman o Kik. "La suma de estos factores ha provocado el estancamiento del sector, que sigue sin alcanzar los niveles de facturación prepandemia", explican desde la firma, insistiendo en que la industria ha crecido en valor, pero ha sido a costa de no crecer en volumen, "lo que puede poner en riesgo el crecimiento futuro, ya que el ciclo inflacionario parece que se está agotando".

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