Economía
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Emesa: cabinas de ascensor de Épila al mundo

La empresa, del Grupo Savera, cumple 25 años con más capacidad después hacer realizado recientes inversiones por valor de 6 millones, un equipo de 300 trabajadores y una exportación directa del 35% e indirecta de hasta el 70%.

Un operario en la empresa Emesa fabricante de componentes de ascensor en sus instalaciones en Épila.
Un operario en la empresa Emesa fabricante de componentes de ascensor en sus instalaciones en Épila.
Francisco Jiménez

Con sus productos presentes en cuatro continentes y centros de trabajo en La India (desde 2015) y en República Checa (desde 2018), además de la fábrica de Épila, la exportación representa para la empresa aragonesa Emesa (Estampaciones Metálicas en Épila, del Grupo Savera) el 35% . Y hasta el 70% de toda su facturación –de 38 millones  en 2023– acaba fuera de España debido al fuerte componente exportador de sus clientes, apunta el director general de Emesa, David Guillén,

Apertura de nuevos mercados e inversión continua son las directrices que han guiado durante 25 años a esta empresa de la elevación, especializada en diseño y fabricación de cabinas, chasis y componentes de hueco para ascensor, que está de aniversario y que se ha convertido en una referencia en Europa, recuerda Guillén, al tener entre sus principales clientes a las cuatro grandes multinacionales que lideran el sector.

Con casi 300 profesionales en la planta de Épila y la ampliación el pasado año de superficie productiva hasta los 22.000 metros cuadrados, son múltiples los hitos que jalonan la trayectoria de Emesa que se ha mantenido fiel a sus orígenes: el 87 % de su volumen de compra (productos férricos) proviene del mercado nacional y, en particular, el 31%, de proveedores aragoneses. 

Ya en 2007, recuerda Guillén, se duplicó la superficie productiva en la factoría de Épila, alcanzando los 12.000 m2,; en 2015 se fundó Emesa India, para satisfacer la demanda del mercado local de ese país; y en 2018 hubo que recrecer de nuevo la superficie productiva de la planta epilana hasta los 17.000 metros cuadrados a los que se sumaron otros 5.000 el pasado año.

Pero, la inversión no se detiene ahí. Y en 2019 Emesa abrió un nuevo centro de producción en Chequia por temas logísticos. Mientras que en 2021, se apostó además por diversificar y utilizar su experiencia dilatada en el sector del ascensor para introducirse en el de energías renovables con la fabricación de componentes metálicos como subcontratistas.

«Durante los últimos tres años, se han invertido alrededor de 6 millones de euros», destaca el directivo de Emesa y para este 2024, «la inversión prevista es de 1 millón en tecnología para la deformación metálica». 

Con una capacidad instalada para poder alcanzar los 47 millones de facturación, Guillén reconoce que «el sector de la elevación en Europa está atravesando una recesión encabezada por Alemania» que está afectando a las empresas aragonesas del sector desde principios de año y que esperan no se prolongue más allá de mitad de 2025. 

Aunque la expectativa inicial para este 2024 eran de crecimiento de alrededor del 6%, según el directivo de Emesa, no están consiguiendo mantener las cifras de 2023 y no cree que puedan recuperarlas en lo que resta de año.

Posiblemente la entrada en vigor en julio de la nueva normativa para incrementar la seguridad del parque de ascensores existente en España sea un acicate, que junto a la diversificación de Emesa les permita consolidar su cifra de negocio al cumplir sus 25 años.

Otros retos, señala David Guillén, la falta de profesionales para la industria manufacturera ante «una nueva generación que valora más allá del salario tener mayor disponibilidad de tiempo con modalidades de trabajo semipresenciales, difíciles de implantar en empresas con necesidad de mano de obra intensiva como Emesa». 

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