Economía
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El Internet de las Cosas se planta entre los viñedos de Cariñena

La bodega Pago de Aylés instala junto a sus cepas sensores de Libelium para “conocer mejor su explotación” e incrementar hasta un 20% la calidad de sus uvas.

Técnicos de Libeliumy remOT Technologies instalando los sensores en los viñedos de Pago de Aylés
Técnicos de Libeliumy remOT Technologies instalando los sensores en los viñedos de Pago de Aylés
Heraldo.es

La bodega Pago de Aylés, situada en la localidad zaragozana de Mezalocha e integrada en la Denominación de Origen Cariñena, ha decidido apostar por la tecnología del Internet de las Cosas (IoT) para gestionar de forma más eficiente su explotación. Y así, en colaboración con expertos de agricultura de medición de la firma remOT Tecnologhies -fruto de la actividad investigadora del grupo Geoforest de la Universidad de Zaragoza- ha plantado entre sus viñedos dos dispositivos con los que monitorizan automáticamente la temperatura, humedad y presión ambiental, la temperatura del suelo y su humedad, así como la pluviometría, la velocidad y la dirección del viento. Una tecnología desarrollada por la empresa aragonesa Libelium que permitirá mejorar la productividad de la bodega, ahorrar costes y aumentar la capacidad predictiva para determinar el comportamiento de las cepas durante el proceso de maduración de la uva.

Los datos recopilados por estos sensores, detallan desde Libelium -empresa aragonesa puntera en alta tecnología-, se envían a través de tecnología 4G directamente a la nube de Microsoft Azure. Para este proyecto, puntualizan, la bodega ha elegido la solución Agrimés, una aplicación web que trabaja sobre esta nube, una aplicación desarrolada por remOT Technologies, con la que el usuario puede ver los datos en formato de tabla de valores o gráfico y comparar los mismos con parámetros entre diferentes fechas.

“El objetivo de este proyecto de innovación consiste en modelizar y establecer patrones de comportamiento predictivo del viñedo que afecta a su calidad, producción, ciclos biológicos, potenciales plagas y enfermedades”, explica la directora técnica y responsable de las áreas de producción en viñedo y bodega, Inmaculada Ramón, que señala que con esta certera información se puede precisar cuándo y como regar, cuándo es necesario tratar la planta, que vigor es el óptimo y cuál la capacidad productiva óptima.

Con dicha tecnología, en el primer año del proyecto Pago de Aylés espera incrementar un 20% la calidad de la producción. Además, sus responsables estiman que se reducirá un 30% los costes de gestión de información y entre un 10% y un 50%, dependiendo de la añada, los costes de producción o de competencia.

“Tenemos la necesidad imperiosa de obtener información que nos permita tomar decisiones anticipadas de estrategias de producción, de tal manera que podamos estandarizar la producción en términos de calidad y cantidad”, detalla Julio Prieto, ingeniero agrónomo de la bodega, responsable además de la dirección del proyecto, en el que se ha conjugado la agricultura de medición manual con la tecnológica de sensorización. Prieto insiste en que cuánto mayor es el conocimiento de la producción, mayor es la capacidad para mantener la calidad del producto y con ello “mantener nuestro posicionamiento de mercado en unos niveles de calidad-precio elevados”.

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