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La triple pretemporada de Rubén Pulido en la SD Huesca
El central madrileño trabaja para recuperarse de su grave lesión, preparar la temporada y convencer a Antonio Hidalgo.
Rubén Pulido es uno de los protagonistas de la pretemporada de la SD Huesca. Porque para el central madrileño representa varias en una. Trabaja, ante todo, para recuperarse de la grave lesión de rodilla que sufrió en noviembre. A la vez, se somete junto a sus compañeros a la rutina de trabajo estival con la que ponerse a punto para el nuevo curso. Además, deberá convencer a Antonio Hidalgo de que puede ser una figura valiosa en cuanto se ponga a punto, en un año además con una zaga muy continuista respecto a la del curso pasado, cuando solo pudo participar en siete encuentros.
Todo empezó y terminó en Lezama. Aquel 5 de noviembre de 2023, el defensa cayó lesionado en un choque que supuso, además, el primer triunfo de la era Hidalgo gracias a un tanto de Samuel Obeng de penalti (0-1). La cara y la cruz del fútbol reunidos en tan corto espacio de tiempo. Los peores presagios se confirmaron al día siguiente: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Adiós al curso. El madrileño debió además ser intervenido quirúrgicamente y se puso en las manos de un especialista en lesiones deportivas, el doctor Manuel Leyes, quien ha tratado entre otros a Thibaut Courtois, Eder Militao o Marco Asensio.
El crujido en su rodilla se extendió por una carrera deportiva no exenta de problemas en la SD Huesca. De ahí que persiga la normalidad a partir del otoño. Los plazos para su reaparición no son precisos, pero la rehabilitación podría estar completa en unos nueve meses, por lo que se le espera en el primer tramo de la campaña. El trabajo con balón que ya empieza a acometer desde el inicio de la pretemporada el pasado 8 de julio también se encamina a que avance en este apartado, lo que combina con los ejercicios en solitario para fortalecer la rodilla sin que le pierdan de vista los readaptadores del club en ningún momento. Tampoco en Benasque, donde el campo anexo al principal o la bicicleta estática son una prolongación natural de estas labores.
Hasta la fecha, Rubén Pulido no ha encontrado la calma necesaria en la SD Huesca para desarrollar su potencial. En septiembre cumplirá 24 años pero ha atravesado vicisitudes de veterano. Feliz por haber regresado con sus compañeros -había empezado a pisar el césped en el último trimestre de la campaña pasada-, se encuentra además como compañeros de posición a los ya conocidos Jorge Pulido, Jérémy Blasco y al polivalente Miguel Loureiro, además de al recién incorporado Diego González. La lesión le arrastra a comenzar como cuarto central con el objetivo de escalar dentro de este planteamiento.
Hasta la fatídica tarde en Lezama, Antonio Hidalgo le había dado la oportunidad de jugar tres encuentros completos, el de su debut con el Eibar y los posteriores en El Alcoraz frente al Elche y el Albacete. El del Amorebieta era el cuarto consecutivo, lo que convertía la promesa de la continuidad en una realidad palpable. Todo se rompió y el madrileño no pudo sacudirse los fantasmas de su primera temporada en la SD Huesca. Para empezar, con una incorporación tardía en el verano de 2022 por la que no pudo debutar hasta la octava jornada de aquel curso. El entrenador entonces era Cuco Ziganda y el defensa llegaba incorporado desde el Fuenlabrada, con el que había actuado de manera regular y descendió a Primera RFEF.
La lesiones le impidieron gozar de continuidad en los esquemas del navarro, lo que unido a alguna actuación discreta dejaron su hoja de servicios en 16 partidos de liga, 14 de ellos como titular con un peso específico en el tramo final de la temporada en la búsqueda de una permanencia demasiado postergada en el tiempo. Ziganda solo le pudo dar tres oportunidades más antes de su cese debido a molestias musculares que se le produjeron en la segunda jornada ante el Tenerife, y en su aterrizaje Hidalgo apenas pudo emplearle antes de un largo paréntesis con un final cada vez más próximo.
