Otro paso más en la pretemporada del Real Zaragoza, que camina a toda velocidad en el calendario del verano, esta vez para unir y dar el salto de los meses de julio y agosto. La expedición zaragocista llegó a las 20.50 de este domingo al Hotel Thalasia de San Pedro del Pinatar (Murcia), junto al Mar Menor y en una localidad lindera con la provincia de Alicante, a la que acude por tercera vez en las cuatro últimas campañas. 

Es la única concentración fuera de Zaragoza que el club ha programado en el periodo de preparación de la plantilla en este estío de 2024, un grupo que está en pleno proceso de restauración masiva de sus componentes, tal vez aún sin llegar a cubrir la mitad de las operaciones de fichajes y salidas que requiere Víctor Fernández, el entrenador que obró en junio la salvación del equipo de caerse fuera del profesionalismo a Primera RFEF y que se ha quedado con el único objetivo de armar un bloque que aspire a ascender a Primera División. 

Con Víctor, el cuerpo técnico, el médico, los fisios, auxiliares y otros empleados de la SAD, han llegado en un largo viaje en autobús que empezó a las 14.00 en Zaragoza un total de 27 futbolistas, de los que alrededor de una docena (contando con que hay 7 de filial) no estarán en el equipo cuando la liga coja en septiembre velocidad de crucero. Estos son Femenías, Poussin, Acín, Calero, Luna, Tasende, Nieto, Boaz Hallebeek, Lluís López, Jair, Hugo Barrachina, Sabater, Moya, Aguado, Grau, Gori, Francho, Keidi Bare, Terrer, Bermejo, Soberón, Bazdar, Azón, Liso, Sergi Enrich, Cuenca y Pau Sans. 

En tierra se quedaron por la mañana los lesionados Cristian Álvarez, Borge y Lecoeuche; y, también, por motivos técnicos, Bakis, Sabin Merino y Baselga. Entre los convocados también hay jugadores tocados físicamente, casos sobre todo de Francho y Nieto, además de Gori y Bazdar (que no jugaron el sábado en Tarazona por precaución y han de mejorar de los golpes y problemas que sufrieron en el primer amistoso el miércoles pasado en Calahorra). 

La zona mediterránea del Pinatar ha acogido al Real Zaragoza con el inevitable calor de este periodo del año y de su microclima: temperaturas que, sin pasar de los 33 o 34 grados, sí que dan una sensación superior a causa de la humedad relativa del aire, mucho más alta que el el Valle del Ebro. Este domingo sopla algo el viento de Levante, que alivia el sentir al aire libre ligeramente. Pero no es algo habitual durante muchos días. 

En esta ocasión, a diferencia de las dos experiencias anteriores en el Pinatar Arena, instalaciones de primer nivel deportivo a las que acuden durante el año infinidad de equipos de diversos países de Europa y Asia, el Real Zaragoza solo va a jugar dos amistosos y no tres. 

El primero, además, no será en el campo central del Pinatar, pues se ha programado a las 19.00 del miércoles día 31 frente al Getafe de Primera División en el campo de La Finca, un resort ubicado a 40 kilómetros de San Pedro, en la localidad alicantina de Algorfa. Será a puerta cerrada, pues allí no hay tribunas ni posibilidad alguna de dar entrada a público. 

El segundo no consistirá en un partido ordinario, al uso. Estaba previsto contra el Elche, rival de Segunda División, pero finalmente será un 3x1, con tres partidos de 45 minutos entre estos dos clubes españoles a los que se ha sumado el Al-Ettifaq de la primera categoría de Arabia Saudí. La fecha, el sábado 3 de agosto a las 19.00, esta vez sí, en el Pinatar Arena y con espectadores. Esa noche, durante toda la madrugada del domingo 4 de agosto, el equipo regresará a casa. 

Va a ser una estadía extraña, anómala, con enormes puntos de inestabilidad en lo referente a los miembros del equipo que van a tomar parte de los ensayos, a menos de 20 días para que empiece la liga. Son demasiados los que aún deben marcharse (Jair, Bermejo, Sergi Enrich, Poussin..., tal vez algunos más entre los canteranos Aguado, Azón o Francho), un amplio grupo es del equipo B, el Aragón, y especialmente se echan en falta al menos 8 de los nuevos fichajes de peso específico que todavía faltan por contratarse.