Francho Serrano progresa adecuadamente, pero no se va a correr ningún riesgo de recaída o empeoramiento de la fascitis plantar que padece desde hace casi medio año. Este jueves retornó al gimnasio, para ser tratado por los fisioterapeutas del Real Zaragoza, después de haber asomado por primera vez en cuatro meses con el grupo un día antes, en el ensayo del miércoles. 

No se quiere correr ningún riesgo de recaída o empeoramiento de una lesión que, sin ser grave, sí que es latosa y de finalización incierta. Se trata de una anomalía en la inserción proximal de la fascia plantar del pie izquierdo. 

Francho viene de perderse los últimos 12 partidos de la anterior liga. Jugó sus últimos minutos el 17 de marzo ante el Espanyol en La Romareda. Estuvo ausente los dos últimos meses y medio del curso pasado, los claves para pelear a muerte por eludir el descenso, ya de la mano del tercer entrenador del torneo, Víctor Fernández, con el que solo coincidió el primer día. Después de este largo camino de padecimiento físico y de mimos al detalles por parte de los médicos y fisios, ahora no cabe error. 

La vuelta de Francho a las rutinas de la plantilla irá teniendo lugar poco a poco, de modo progresivo y seguro. Este jueves tocaba descansar tras haber forzado la zona dañada 24 horas antes. Y observar cómo responde ese pie. 

Si todo fuese por el mejor de los caminos posibles, quizá Francho pudiera estar apto para jugar algún rato en los últimos partidos de la pretemporada, fase que se iniciará la semana que viene en Calahorra (miércoles 24) y Tarazona (sábado 27). A continuación, la plantilla (o parte de ella, según transcurra el apartado de las salidas) se trasladará a San Pedro del Pinatar (Murcia) para estar concentrada una semana, del 28 de julio al 3 de agosto y jugar otros dos duelos, ante el Getafe (miércoles 31) y el Elche (sábado 3). En este tramo, será difícil ver a Francho en condiciones de jugar todavía. Ya en agosto, la cosa debería cambiar.