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La reubicación de los abonados, primer reto de Fernando López en el Real Zaragoza

El nuevo director general tiene en la singular campaña de abonados de esta temporada su primer desafío en el club aragonés.

Fernando López, con los empleados del club.
Fernando López, con los empleados del club.
Real Zaragoza

Fernando López cumple su primer semana en el Real Zaragoza como director general. Un periodo marcado por la adaptación al medio, la toma de posesión y de posiciones, la recopilación de información, el conocimiento de los engranajes ejecutivos, organizativos y administrativos del club, el contacto con el personal y los empleados más o menos próximos a sus funciones… El relevo de Raúl Sanllehí ha llegado a la entidad impulsado desde el Atlético de Madrid y lo ha hecho ‘virgen’ en zaragocismo y funcionamiento del Real Zaragoza. De momento, el club no le ha presentado, y no contempla hacerlo hasta que aumenten sus horas de vuelo en su nuevo destino.

En estos primeros días de aterrizaje de Fernando López, más allá de su aproximación al asunto deportivo -a principios de semana se reunió con Cordero para conocer la estrategia y planificación de mercado-, la campaña de abonados ha ocupado buena parte de sus tareas. En este sentido, la reubicación de abonados que exigen las inminentes obras de La Romareda, con la demolición del Gol Sur, constituye su primer reto o cometido de importancia al frente de la dirección general.

Raúl Sanllehí ya dejó perfilado un plan de actuación diseñado por el área de social y de ‘ticketing’ dirigido por Enrique Novella. Es ahora Fernando López quien debe analizar, supervisar y validar esa viga maestra de la próxima campaña de abonados y su cuestión nuclear: ¿qué hará el Real Zaragoza con los abonados del Gol Sur y cómo se va a gestionar el posible exceso de abonados sobre el aforo disponible para la próxima temporada? En ello están Fernando López y el Real Zaragoza, ya bajo la tutela general de Fernando López.

Las obras de La Romareda van a inutilizar entre 8.000-10.000 butacas de esa grada sur, lo que implica el realojo de los abonados en esa zona del campo. Hay que recordar que el Real Zaragoza viene un registro histórico de 28.000 abonados en la pasada temporada y que el aforo oficial de La Romareda son algo más de 33.300 espectadores, por lo que de mantenerse esa masa social, descontando las localidades afectadas en el fondo sur (una de las zonas del estadio con más densidad de abonados), la demanda será superior a la oferta de asientos disponibles. En estos asuntos está poniendo su empeño el Real Zaragoza, estudiando criterios de antigüedad, rotación o liberación de abonos para concretar el plan final para evitar o limitar las afecciones a los abonados. Lo que parece seguro ya es que la próxima temporada las entradas disponibles a la venta para cada partido se reducirán notablemente y que difícilmente el club admitirá nuevas altas de abonados.

El Zaragoza está trabajando en este proyectos de la mano de LaLiga, pues el organismo debe autorizar determinadas decisiones, conocer fechas, aforos mínimos… En este sentido, el club ha solicitado a LaLiga jugar los tres primeros partidos de la próxima campaña fuera de La Romareda, con la idea de facilitar todo el proceso de acomodación y limitar al máximo las molestias al aficionado ocasionadas por la primera fase de las obras del nuevo estadio.

Fernando López tiene en este apartado de La Romareda su primer reto de calado al frente de la dirección general, un cargo que, en teoría, respecto a la etapa de Raúl Sanllehí, va a limitar sus atribuciones deportivas (aunque en el segundo año Sanllehí ya tuvo menos capacidad de decisiones en estos asuntos) en favor de los consejeros Emilio Cruz y, sobre todo, Mariano Aguilar. Sobre el paraguas de ambos, cohabitarán Víctor Fernández como entrenador y Juan Carlos Cordero como director deportivo, en esta heterogénea, compleja y deslocalizada organización del Real Zaragoza.

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