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El Real Zaragoza y Liso avanzan en su renovación
El club aragonés y el futbolista han dado en las últimas horas un paso adelante en la mejora contractual del extremo izquierdo, con una ampliación de cuatro o cinco temporadas.
El Real Zaragoza y Adrián Liso han dado un paso más hacia la revisión y mejora del contrato del extremo izquierdo. Un encuentro entre Juan Carlos Cordero y los agentes del jugador en las últimas horas ha dado un impulso clave al curso de las negociaciones. Tal y como avanzó este diario el pasado fin de semana, ambas partes habían iniciado conversaciones para dar forma a un nuevo acuerdo, dentro del objetivo del Real Zaragoza de atar la continuidad del joven atacante de 19 años ante el interés mostrado por diferentes clubes ingleses y españoles, atraídos por el notable rendimiento del jugador en el tramo final de la temporada, pero sobre todo por una accesible cláusula de rescisión de solo dos millones de euros.
Ese blindaje, si las negociaciones desembocan en el pacto hacia el que parecen ya bien encaminadas, se reforzaría por encima de los 10 millones de euros, mientras Adrián Liso experimentará una mejora salarial y su calificación como futbolista de la primera plantilla. Aunque ambas partes están tomando como base el contrato opcional de primer equipo ya pactado en marzo para tres temporadas, el acuerdo ahora negociado sería una revisión general de esos términos. Un nuevo compromiso de varias campañas -la idea, a falta aún de moldear el primer boceto de contrato, serían cuatro o cinco temporadas-, con un salario fijo mayor (más objetivos) y escalable temporada a temporada, más un incremento en caso de ascenso a Primera División. La idea del Zaragoza y del jugador es pulir y rematar la operación en las próximas semanas, antes de que empiece la pretemporada, para que el jugador la inicie ya con su futuro estable y aclarado.
El pasado marzo, el Real Zaragoza anunció la renovación de Liso hasta 2027, aunque ese contrato se circunscribía al Deportivo Aragón, con ficha del filial y un salario de alrededor de 15.000 euros netos anuales. La cláusula de rescisión se limitó a dos millones de euros. En ese acuerdo, se incluyó una opción por la que el Zaragoza podía convertir a Liso en futbolista de la primera plantilla en cualquier momento, activándose así un contrato de tres temporadas a iniciar desde el momento de la ejecución de esa opción, con un salario por el mínimo de la categoría (alrededor de 97.000 euros la próxima temporada) y una cláusula de rescisión de 10 millones de euros.
Todas esas condiciones se verían ahora mejoradas si prospera en el buen sentido la operación acelerada en las últimas horas. El Zaragoza no quiere exponer a Liso al mercado en sus circunstancias contractuales y lo considera un valor clave de presente y de futuro tras su irrupción del pasado mes de marzo, por lo que la adecuación salarial a la relevancia e influencia adquirida por el jugador en los últimos dos meses y medio era un asunto vertebral en la agenda del club de este mes de junio. La progresión de Liso en este tiempo había dejado desfasadas las condiciones firmadas en el acuerdo de marzo. La voluntad y empeño del extremo zurdo por jugar en el club de su vida y asentarse en él como una pieza importante está poniendo, en todo momento, la negociación con el viento a favor.
En las últimas semanas, varios clubes habían trasladado su interés en acometer la compra de Liso y dejarlo cedido la próxima temporada. Pero el Zaragoza no ha admitido en ningún momento esta vía y su prioridad ha sido en todo momento atar y blindar al joven atacante de 19 años.
Desde su debut saliendo desde el banquillo el 13 de marzo contra el Espanyol, el papel de Adrián Liso ha sido protagonista. Ha participado en 12 partidos, siendo titular en 8, con siete de esas titularidades consecutivas en las siete jornadas finales.
Para Víctor Fernández, ha sido fijo como delantero cuando lo unió a Azón o como extremo izquierdo en los últimos partidos, en la posición en la que más lucen sus fortalezas.
En este periodo, Liso ha marcado dos goles, al Huesca y al Racing de Ferrol, pero, sobre todo, el anotado en El Alcoraz tuvo una incidencia clave en aquella victoria y, en consecuencia, en el guión de la salvación del Real Zaragoza.
