Jefe de la sección de Deportes de HERALDO DE ARAGÓN

Real Zaragoza: de Alberto Zapater al Gol Sur

Foto del partido Real Zaragoza-Tenerife en La Romareda, despedida de Alberto Zapater
Despedida de Alberto Zapater en el último partido de la pasada temporada.
Toni Galán

En el último partido de la pasada temporada, el Real Zaragoza le montó una despedida a lo grande a Alberto Zapater. El gran capitán jugaba su último partido con la camiseta del equipo de su vida y el club estuvo a la altura: fue un adiós sentido, emotivo, de puro corazón zaragocista... perfecto. Como tenía que ser, La Romareda entera se volcó en despedir por todo lo alto a Zapater, lo que tuvo un efecto colateral balsámico para el palco, que se quedó sin conocer la evaluación de final de curso del respetable.

Hoy, un año después, termina la temporada con otra despedida, la del Gol Sur de La Romareda. El fútbol volverá al viejo campo municipal en agosto con el inicio de la nueva temporada –lamentablemente otra vez en Segunda División–, pero el estadio ya no será el mismo. Le faltará la tribuna Jerusalén, que sufrirá la piqueta este verano como anticipo de lo que será una nueva Romareda.

El club ha preparado una batería de actos para decir adiós al Gol Sur tras el partido contra el Albacete, una celebración también justa y necesaria. Sin embargo, los festejos de las despedidas no deben despistar a nadie. Todo debe ir en paralelo a la profunda reflexión que tiene que hacerse en todos los estamentos del club. Si el Real Zaragoza gana hoy, terminará la temporada con 53 puntos. Son los mismos que sumó el año pasado, una cantidad que en estas dos últimas temporadas le ha permitido sobrevivir a duras penas al borde del abismo del fútbol profesional. Una agonía indigna de este equipo y muy alejada de los objetivos fijados no solo por la historia del club, sino por sus propios dirigentes.

Esta noche hay que despedir como se merece a la vieja Romareda, en esto no hay nada que objetar. Pero cuando se disipe el humo de los fuegos artificiales, el club debe decidir cuál quiere que sea su futuro y quién o quiénes van a marcar las directrices para convertirlo en una realidad. Pero con firmeza, determinación y convecimiento, no a base de parches y soluciones de urgencia. Quizá, como dice el socio más antiguo del Gol Sur -este domingo, en Heraldo-, el inicio del derribo del campo sea el comienzo del renacer deportivo del Real Zaragoza. La ciudad y su afición lo merecen.

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