El Real Zaragoza y la decisión de Víctor
Se vienen días clave para el Real Zaragoza en el corto y medio plazo. El club tiene que reordenar las piezas sueltas que ha ido adquiriendo, y que ahora debe comprobar si le encajan en el puzle. Son días en los que se deben tomar decisiones muy importantes, con la dificultad que aporta el paso del tiempo: se tienen que adoptar cuanto antes para que la planificación de la próxima temporada sea serena, meditada y ordenada.
A día de hoy, no se puede decir que Víctor Fernández vaya a ser el entrenador del equipo la próxima temporada. Tiene contrato, pero también cuenta con vías de escape que le sacarían del banquillo y le colocarían en otra esfera, más de antepalcos y menos de césped. El técnico aterrizó por cuarta vez en el Real Zaragoza con el club en una situación delicada, pero quiso dejar claro que no llegaba de bombero. No quiso adoptar exclusivamente ese papel de apagafuegos que le tocó, sino que también quiso tener la posibilidad de construir algo más importante.
Su primer papel lo ha cumplido con un sufrimiento casi extremo, con una permanencia agónica. El segundo aún está por ver si decide afrontarlo o no. Víctor quiere saber cuál va a ser su papel y con qué piezas va a contar. Quiere ser seducido por el club antes de afrontar un reto que sabe que no será sencillo, vista la experiencia de esta temporada… y de las once anteriores en Segunda División. De esta decisión depende casi todo lo demás.
En el club se confía, al menos de cara al exterior, en que Víctor Fernández y Juan Carlos Cordero formen una buena pareja, incluso a la hora de fichar. La versión oficial ve en el conocimiento del cartagenero y en el poder de seducción del zaragozano un buen tándem para acudir al mercado. Las fuertes personalidades de ambos, así como la visión del fútbol que tiene cada uno, siembran dudas sobre el futuro de este matrimonio de conveniencia, pero el tiempo dará o quitará razones.
