El gol de Oyarzabal desata la locura de los más de 7.000 zaragozanos en el pabellón Príncipe Felipe
Niños, jóvenes y mayores han disfrutado del triunfo de la selección española en medio de un gran ambiente futbolero.
![fotografo: Colaborador 2 [[[PREVISIONES HA]]] tema: Final de la Eurocopa en las pantallas gigantes](https://imagenes.heraldo.es/files/image_990_556/uploads/imagenes/2024/07/14/fotografo-colaborador-2-previsiones-ha-tema-final-de-la-eurocopa-en-las-pantallas-gigantes-52.jpeg)
Gritos ensordecedores, alegría desbordada y alguna que otra camiseta por los aires. El gol de Mikel Oyarzabal en el minuto 86, que ha consagrado a España como campeona de la Eurocopa 2024, ha desatado la locura de los más de 7.000 aficionados que han presenciado la final ante Inglaterra en las pantallas gigantes del pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
Las gradas del pabellón han vivido un ambientazo de principio a fin, con una afición entregada, que ha celebrado cada córner, protestado cada falta y celebrado como nunca el gol de Mikel Oyarzabal gracias al que España vuelve a reinar en Europa doce años después. “Si no se llena, poco le va a faltar”, aseguraban miembros de la organización en la previa del partido. Y poco ha faltado, ya que solamente algunas zonas del último anillo de butacas se han quedado vacías.
Jóvenes, mayores, amigos y familias al completo. Nadie ha querido perderse esta fiesta. “Venimos a pasar una gran noche con los amigos y a disfrutar del ambiente en el Príncipe Felipe”, aseguran Atenea Ramos y Aitana Olmo, que han venido a disfrutar del partido junto a varios amigos.
Las puertas del pabellón zaragozano se han abierto algo antes de las 20.00 de la tarde, donde desde varias horas antes del inicio del choque se han concentrado miles de aficionados equipados con camisetas, banderas y bufandas de la selección española. “El ambiente está muy entretenido y animar entre todos es más divertido. Nos encanta que la ciudad promueva este tipo de iniciativas”, aseguraba Raúl Morata, que ha acudido al pabellón zaragozano junto a su mujer y sus dos hijos pequeños. “Hemos venido por la emoción de toda la gente y para ver a España ganar todos juntos”, explicaba también Antonio Artigas, acompañado de su pareja.
Dentro del pabellón, música, 'olas' y entusiasmo
Ya dentro del pabellón, la música de DJ Castas y la voz del speaker David Aso ha levantado a los miles de zaragozanos de sus asientos al ritmo de canciones como “A por ellos”, “Qué viva España” o “Yo soy español, español, español”. El público, entregado, no ha dejado de corear todos y cada uno de los temas. También ha habido hueco para el ‘Moverse, maños, moverse’ y algún que otro cántico zaragocista.
Poco a poco, los últimos rezagados han ido ocupando sus asientos mientras que el pitido inicial se acercaba cada vez más. Los miles de zaragozanos han ido entrando en ambiente con varias ‘olas’ y, en el momento de los himnos, con todo el público en pie, pocas gargantas se han quedado sin cantar el ya tradicional “lo, lo, lo, lo…”.
Las luces se han apagado y únicamente las cuatro pantallas gigantes que colgaban del techo del pabellón han iluminado el poblado graderío. El público, como el partido, ha ido de menos a más, aunque ha protestado cada acción comprometida a favor de Inglaterra y ha jaleado a los suyos sin importar el resultado.
“Creo que va a ganar España 3 a 1, con goles de Olmo, Lamine y Nico”, aseguraba Antonio Artigas en la previa. Por lo menos, terminó acertando uno de los goleadores. El tanto de Nico Williams en el arranque de la segunda mitad ha desatado la locura en las gradas, donde la explosión de alegría ha sido mayúscula.
El optimismo se ha adueñado entonces de cada uno de los aficionados del pabellón que, con el paso de los minutos, veían cada vez más cerca la cuarta Eurocopa española. Pero a falta de quince minutos para el final, un gran disparo colocado de Cole Palmer desde la frontal ha congelado los ánimos, al ver que Inglaterra conseguía devolver las tablas al marcador.
Con el partido abierto, los corazones estaban demasiado acelerados, sabiendo que cualquier mínimo detalle podría resultar fatal, aunque el dominio español ha devuelto poco a poco el optimismo. Pero cuando la mayoría se preparaba ya para la prórroga, el tanto de Mikel Oyarzabal, a falta de cuatro minutos del final, ha vuelto a desatar la locura.
Camisetas fuera, saltos incontrolables y lágrimas de emoción. Éxtasis en la grada. Solo algún precavido esperaba a que el VAR terminase de revisar el posible fuera de juego antes de celebrar. Finalmente, ha subido al marcador.
Los corazones han vuelto a pararse en el tiempo de descuento con la triple ocasión inglesa que, primero Unai Simón y Dani Olmo después sobre la línea lograron despejar. Los últimos segundos han parecido minutos, pero el pitido final ha confirmado la alegría. España vuelve a reinar en Europa doce años después y Zaragoza lo celebra a lo grande.
