ciclismo
Los hermanos Castrillo brillan en el Campeonato de España de ciclismo
Pablo Castrillo ha sido séptimo en la clasificación general de la prueba con meta en San Lorenzo del Escorial y su hermano Jaime, tercero en Élite.
Los hermano Castrillo, Pablo y Jaime, brillaron con luz propia en el Campeonato de España de ciclismo en línea Elite y Sub 23 que se celebró este domingo con salida y llegada en San Lorenzo del Escorial. Pablo Castrillo, del Kern Pharma, fue uno de los animadores de la prueba y concluyó séptimo en la clasificación general, liderada por dos ciclistas del Movistar, Alex Aranburu, campeón, y Oier Lazkano, segundo. El aragonés terminó a 1:03 del vencedor. Su hermano Jaime, del Huesca La Magia, fue tercero en la categoría Élite y 23º de la general a 3:49 minutos de Aranburu.
Por su parte, el barbastrense Sergio Samitier contribuyó al triunfo del Movistar en esta carrera de 201,6 kilómetros. Se involucró en una fuga neutralizada a 44 kilómetros de la meta y terminó en el puesto 31º, el 26º en Élite UCI, a 4:14 del campeón. Los otros representantes aragoneses, Jorge Arcas y Fernando Barceló, no pudieron terminar un nacional de gran dureza.
El rey en El Escorial fue Alex Aranburu, el año pasado bronce en el mismo escenario y ahora campeón nacional después de una escapada a 20 kilómetros de meta que le permitió llegar en solitario, con tiempo para disfrutar su éxito, con un tiempo de 4:39.59, a una media de 42,3 km/hora.
Aranburu, reciente ganador de etapa en la Vuelta a Bélgica, dio brillo al festival de Movistar con su octava victoria profesional, ya que, a 52 segundos, entró, también destacado, Oier Lazkano, quien cedió el maillot abanderado a su compañero. La tercera plaza fue para Jesús Herrada a 58 segundos, seguido de Carlos Canal (Movistar) y Mikel Landa (Soudal).
Una prueba exigente en la sierra madrileña, sin respiro, con 3.200 metros de desnivel acumulado en un recorrido de cinco vueltas a un circuito largo con las subidas a Fresnedilla de la Oliva y tres vueltas al duro bucle final que incluía la subida a las faldas del Monte Abantos, en El Escorial. A pesar de la dureza del trayecto, muchos se animaron de inicio a intentar la aventura.
