Iker Borao, el joven gimnasta aragonés que apunta a lo más alto

Cuentan que de pequeño ya iba dando brincos y haciendo piruetas de un lado para otro de la casa. Iker Borao, cuando tenía apenas 5 años, se apuntó a gimnasia artística: «Mi prima hacía rítmica y yo tenía mucha flexibilidad», cuenta el joven que, ahora ya con 15 años, tratará de obtener «toda las medallas posibles» en el campeonato de España de vía olímpica que se celebra este fin de semana en Pamplona. Borao se siente fuerte en suelo –donde defiende el oro– y en salto, pero opta también al triunfo en paralelas, anillas, caballo con arco, barra fija...

Hasta la fecha es el único gimnasta aragonés de artística que ha recibido la llamada de la Federación Española y el pasado diciembre estuvo concentrado en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, en unas jornadas de tecnificación para jóvenes talentos.

«Que Iker se concentre con la Real Federación Española de Gimnasia da visibilidad al trabajo que hacemos», explican desde el Club Flip-Flap, que se fundó en Zaragoza hace 34 años y es el único especializado en gimnasia artística en la comunidad de alto nivel. Además de Iker, ahí despuntan otros chavales como Noah Lobato, Iker Acevedo, Juan García Val, Fabio Ortigosa, Pablo Bueno… No en vano, la Federación Aragonesa de Gimnasia también ha comenzado este año el programa de tecnificación de gimnasia artística. Iker es la punta de lanza, habida cuenta de que cuando él se incorporó al Flip Flap «apenas habría una decena de niños y ahora formamos 600 gimnastas, tanto escuela como equipo», explica su entrenador, Álex Castro. Los más pequeños hacen iniciación en el polideportivo Salduba, pero la mayoría se reúnen en las instalaciones del CDM Pepe Garcés, que casi se empiezan a quedar pequeñas para todo el tirón del Club Flip Flap.

Castro lleva la friolera de ocho años con Borao y asegura que «en el último año le he visto una evolución muy grande, además acompañada de reconocimiento y de medallero». «Iker destaca en suelo y en salto –continúa–, pero este año hemos empezado a crecer en el resto de aparatos». Para el entrenador sería un sueño «tener un puesto en la selección española», pero antepone «que Iker siga aprendiendo y que disfrute».

Imágenes del entrenamiento del gimnasta aragonés Iker Borao

Borao cursa 3º de la ESO en el colegio Santa Magdalena Sofía y compaginar las clases el exigente entrenamiento de un atleta en vía olímpica 5 no resulta sencillo. En el CAR ha llegado a entrenar hasta siete horas diarias, si bien su semana habitual se divide en: lunes, miércoles, viernes y sábado, colchonetas y tatamis; los martes y jueves, libros e hincar codos.

«Cuando salgo del instituto, a las 14.30, voy a casa a comer, estudio un rato y a las 18.00 empieza el entrenamiento: calentamiento de media hora, otra media hora de preparación física, y luego ya los aparatos», cuenta Borao, que confiesa que en algún momento de su trayectoria ha tenido dudas, pero que le «compensa» esta exigente disciplina. «Estoy satisfecho, ha habido fases en las que surgen dudas, y también algunos miedos, las paralelas me dan respeto, no quiero caer sobre el aparato o de cabeza», comenta. Otro hándicap de este deporte individual es que apenas cuenta con compañeros de su edad. «Empezamos poquitos, cinco o seis, y algunos fueron cayendo. Ahora sí hay más gente de mi edad pero al estar en otro nivel, los veo poco: en el calentamiento y entre aparatos cogiendo magnesio».

Este verano, Borao no prevé descansar demasiado (flexiones, abdominales y «tenemos que mandar vídeos por correo con algunos ejercicios de control»), porque –además– no piensa quitar ojo al gran escaparate de los Juegos Olímpicos, en donde uno de sus ídolos –Ray Zapata– tiene opciones de medalla. Quizá esa sea su meta a futuro (previo paso por el CAR y los campeonatos de Europa y Mundiales), de momento, la primera parada está en el campeonato de España, en dos días, en Pamplona.